miércoles, 16 de diciembre de 2015

ETAPA 1 TOKYO

DÍA 1

La aventura comenzaba por fin.

Tras muchos preparativos y años de espera, por fin íbamos a realizar uno de los viajes más espectaculares que se pueden hacer: JAPÓN.

Con la sensación de tener todo más o menos atado y organizado, nos presentamos en la T4 de Barajas con la intención de vivir un viaje que recordáramos el resto de nuestra vida.

Antes de pisar por primera vez el país del sol naciente, nos esperaba un auténtico maratón de vuelos.

Tras una breve demora por un problemilla en la facturación de las maletas, embarcamos rumbo a Helsinki.

Hasta el momento de realizar este viaje el vuelo más largo que había realizado no superaba las 3 horas. 
Solo este primer envite ya superaba en casi una hora ese tiempo, por lo que se me hizo relativamente largo el trayecto hasta la capital finlandesa.

Una vez en el aeropuerto de Vantaa, utilizamos nuestro pasaporte para superar un exhaustivo control que nos llevaría a la zona de salida de los vuelos con destino al continente asiático.

Tras una hora de espera, nos dirigimos a la puerta de embarque donde nos esperaba un Boeing 787 Dremliner de Finnair que nos transportaría directamente a Nagoya, en el centro de la isla principal de Japón. 

En esa hora aprovechamos para degustar los productos típicos fineses en el Burguer King de la sala de espera... 
Allí constatamos que el Whopper sabe igual aquí que en Finlandia. 


Típica foto pre-vuelo


Nuestro avión


Por fin estábamos en nuestro asiento del vuelo con destino Japón. 

El avión no tiene nada que ver con el anterior, además de tener una amplia fila central, cada asiento contaba con una pantalla interactiva de entretenimiento. 
Allí se podían visualizar películas (unas 15 en castellano), series (todas en VO) y música. 

Además se podía ver en tiempo real datos sobre el vuelo, velocidad, altura, posición en un mapa, y las imágenes de dos cámaras, una frontal y otra en la parte inferior del avión

Teníamos por delante 9 horas y 45 minutos de vuelo. Había que mentalizarse para ello y gracias a 4 películas, un par de horitas de sueño y las 2 comidas que nos ofrecieron pudimos sobrevivir a tan largo viaje.


La ruta hacia Japón


Por fin la tripulación avisó que estábamos acercándonos al Chubu Centrair International Airport de Nagoya. 

La pantalla en ese momento nos mostraba en directo como nuestro avión se iba acercando poco a poco a la isla artificial donde se encuentra el aeropuerto. 

Suavemente tomamos tierra y en ese momento por fin podíamos decir que estábamos en Japón.


Aterrizando en Nagoya


Nuestro primer contacto en tierras niponas fue el control de inmigración. 
El trámite nos llevó apenas 15 minutos, y allí tuvimos que entregar dos documentos que rellenamos en el avión, y poner nuestras huellas dactilares. 
Una vez sellado el pasaporte, ya podíamos entrar oficialmente en territorio japonés.

Recogimos las maletas y nos dirigimos a la oficina de correos situada en la planta baja de la terminal del aeropuerto. 

A pesar de ser una terminal bastante pequeña, para encontrar la oficina de corres tuvimos que recurrir a preguntar en dos mostradores de información. 
Allí nos dimos cuenta que la comunicación no iba a ser fácil, ya que si en un mostrador de información en un aeropuerto nos costaba comunicarnos en inglés, no me quería imaginar en las zonas más rurales.


Chubu centrair airport

Por fin conseguimos dar con la oficina de correos y ahí comprobamos por primera vez la exagerada amabilidad de los japoneses. 

Yo intentaba entrar con el carro de las maletas en la minúscula sala de la oficina, salió una mujer que pasaba por allí y sin decir nada cogió el carro y tras 15 maniobras consiguió meterlo dentro de la oficina. Esperó a que saliera para volver a ayudarme sin decir absolutamente nada. 

En la oficina recogimos nuestro más fiel ayudante en el viaje, un dispositivo wifi portátil con el que podíamos conectar permanentemente los móviles y la tablet a internet.

Realizamos el cambio de Euros a Yenes, con una buena tarifa 1€ = 135Y. 

Ahí vimos lo exhaustivos que son los japoneses con su trabajo. El empleado de la entidad de cambio contó 4 veces nuestros euros manualmente, y otras 4 en una máquina contadora de billetes. Cuando vio que las 8 veces daba el mismo resultado, por fin comenzó el mismo procedimiento con los yenes.

Tras un buen rato en la oficina de cambio, por fin usamos los primeros Yenes para comprar nuestros billetes de tren y poner rumbo a la estación central de Nagoya. 

En los 45 minutos que duró el trayecto empezamos a familiarizarnos con el paisaje que se iba a repetir una y otra vez durante nuestros desplazamientos en tren. 

Pudimos ver como recorríamos una población tras otra sin solución de continuidad. Es como si se estuviera en la misma ciudad, ya que es una continuación de casas sin que entre ellas haya un solo metro de campo, o zona sin urbanizar.

Saliendo de la isla del aeropuerto


Llegamos a la estación de Nagoya y lo primero que hicimos es dirigirnos a las oficinas de Japan Rail para activar nuestro JR Pass de 14 días que nos permitirá utilizar todos los transportes de Japan Rail durante ese tiempo.

En Japón conviven varias compañías de transportes. y cada una tiene sus lineas y tarifas propias. 

Nosotros teníamos el bono JR Pass por lo que podíamos utilizar todos los medios Japan Rail, salvo los trenes Nozomi, pero para utilizar otras lineas de compañías diferentes como Touzan u Odakyu hay que pagar a parte.

Canjeamos nuestro JR Pass y reservamos asiento para el próximo tren con destino a Tokio.

Los trenes de alta velocidad en Japón son los famosos trenes bala o Shinkansen, que discurren a una velocidad máxima superior a los 300 km/h y nos llevan a casi cualquier parte del país nipón.

Al tener el JR Pass podíamos utilizar todos los Shinkansen, menos los llamados Nozomi. 
Para utilizarlos se podía reservar gratuitamente el asiento, o bien entrar en uno de los vagones que se utilizan sin reserva. 
El problema es que se corre el riesgo de tener que viajar de pie si todos los asientos "no reservados" están ocupados. 

Y diréis ¿si es gratis porque no se reserva siempre? 
Pues el problema es que muchas veces se llega a la estación con el tiempo justo de coger el tren, por lo que es preferible ponerse a la cola de los vagones no reservados, que esperar la cola para reservar, con el riesgo de poder perder el tren. 


Shinkansen


Después de esta pequeña explicación retomamos el relato.

El recorrido entre las estaciones de Nagoya y Tokio duró aproximadamente 2 horas.

Nuestro hotel se encontraba en la zona de Ueno, y para llegar allí cogimos por primera vez la que sería una de nuestras lineas de cabecera, la linea Yamanote de metro.

Tras 4 paradas llegamos a Ueno Station y nos dirigimos por fin a pie al hotel. Ahí fue nuestro primer contacto con el espectacular metro de Tokio. Solo con ver el plano ya nos hacemos una idea de su complejidad.


Estación de Ueno


Plano del metro de Tokio


Estación de Ueno


Tras 20 horas de viaje por fin estábamos en el Sutton Place Hotel Ueno.

Nos dimos una ducha reparadora y deshicimos las maletas, 
Ya más descansados decidimos que ya era hora de empezar a conocer esta gran ciudad que nos acogía. 

Para comenzar la visita por algo realmente típico nos dirigimos a uno de los barrios más tradicionales de Tokio: ASAKUSA.

La forma más directa de ir a Asakusa era en la linea Ginza de Metro, ya que en apenas 10 minutos nos dejaba en la estación de Asakusa. 

Ahí nos surgió el primer "percance", ya que esta linea pertenece a "Tokio Metro", no a JR, así que tuvimos que pagar 170Y cada uno, y luchar contra las complicadas máquinas expendedoras de billetes.

Llegamos a Asakusa Station, y tras girar a la derecha vimos una marabunta de gente fotografiándose con uno de los iconos de Tokio: la puerta Kaminarimon

En el pequeño espacio de acera frente a esta vistosa puerta hay que hacer acopio de paciencia y evitar ser golpeado por los palos de selfie, para poder hacer una buena foto.

La llamada puerta de los truenos, data del año 942 y ha sido reconstruida en numerosas ocasiones. 

En el centro destaca la lámpara gigante de papel con estructura de bambú, que mide 4 metros de alto, 3.4 de diámetro y pesa 670 Kgs. 

La lámpara actual es una restauración donada por la empresa Panasonic en 2003.


Puerta Kaminarimon



Linterna

Esta puerta es simplemente el acceso a uno de los templos más famosos de Japón: el templo Senso-ji


Según una leyenda que data de hace 1.000 años, dos hermanos fueron a pescar un día al Río Sumida-gawa en el este de Asakusa y su red quedó enredada en una pequeña estatua de Kannon, la personificación budista de la infinita compasión. 
Con esa estatua se creó un monasterio en honor de Kannon, con un gran sentido de piedad, lo que dió origen al Templo Senso-ji.

El templo fue terminado en 645, por lo que es el templo más antiguo de Tokio. 
Está formado por la sala principal, reconstruida después de la Segunda Guerra Mundial, y por una pagoda de 55 metros de altura.

Para llegar al templo propiamente dicho hay que superar una pequeña ginkana llamada Nakamise-dori. Esta es una estrecha calle comercial con unas 80 tiendas donde se puede comprar todo tipo de souvenirs y de comida. Al ser bastante estrecha hay que ir sorteando a las hordas de clientes y de mirones que se agolpan frente a las tiendas.


Calle Nakamise-dori


Calle Nakamise-dori

Tokio Skytree

Cuando por fin llegamos a la segunda puerta del Senso-ji nos encontramos a la derecha la posibilidad de consultar nuestra fortuna en los llamados Omikuji. 


Se trata de una caja metálica donde hay una serie de palillos. Sacamos uno al azar por el agujero de la caja, y vemos la palabra que tiene grabada el palillo. Frente a la caja hay numeroso cajones con las diferentes palabras. 

Buscamos con dificultad el cajón que corresponde a nuestro palillo y extraemos el papel que nos dice si vamos a tener mala o buena fortuna.

Nosotros por suerte comprobamos que la diosa fortuna estaba de nuestro lado, pero en caso de no ser así tendriamos que haber atado nuestro Omikuji en unos travesaños dispuestos para tal fin junto al templo, para paliar esa mala suerte. 

Como todo en Japón este tipo de "rituales" son previo pago de 100Y o 200Y en una pequeña urna junto a los Omijuki. 

Nosotros como tuvimos buena suerte, para no perderla decidimos realizar el ritual solo en esa ocasión, no vaya a ser que los dioses se enfadaran.


Segunda puerta del templo


Dos japonesas con Yukata


Junto al Omijuki se encontraba la fuente de purificación. Allí con agua fresca tienes que lavar tus manos y enjuagar tu boca para entrar al templo totalmente purificado.


Fuente de purificación


Edificio principal del templo

Una vez purificados entramos al interior del templo, donde pudimos comprobar la rica decoración que tiene. 

Frente a lo que sería el altar principal hay una urna donde los fieles arrojan unas monedas, dan dos palmadas y agachan la cabeza para pedir el favor del Dios correspondiente. 

Es un ritual curioso, pero que hasta los más pequeños tienen interiorizado.






Altar principal


Decoración del techo


Pagoda de 5 pisos


Salimos del templo y pasamos por el santuario sintoista de Asakusa, que está pegado al Senso-ji en su parte derecha.



Pagoda de 5 pisos


Edificio principal


Entrada a santuario sintoista


De allí caminamos hasta el puente Azuma-bashi para cruzar el río Sumida y ver el edificio donde se encuentran las oficinas de la cerveza Asahi. 

Este es un edificio singular donde llama la atención la famosa llama dorada

Esta es una escultura de 360 toneladas que supuestamente representa el ardiente corazón de la cerveza Asahi, y complementa a su edificio contiguo que representa un gran vaso de cerveza. 
Pero al parecer los japoneses lo han interpretado de otra forma y lo llaman kin no unko, o (con perdón) gran mierda dorada.


Calles de Asakusa


Llama dorada


Sede de la cerveza Asahi y Tokio Sky Tree


Río Sumida


Puente Azuma-Bashi


Asakusa desde el puente


Embriagados por el "espectáculo" que nos ofrecía la cerveza Asahi, decidimos sentarnos en una terraza que había en los bajos del edificio. 

Allí pedimos obviamente una cerveza Asahi, y un calzzone para matar un poco al gusanillo. 
En ese momento nos dimos cuenta que el precio de la cerveza es tanto o más caro que el de la mayoría de platos de comida. 
Una cerveza normal estaría entorno a los 600Y o 700Y, que equivale a unos 4,5 - 5€ al cambio.

Tras el breve descanso cruzamos una pequeña plaza para llegar a los pies del espectacular Tokio Skytree.



Tokio Skytree


Calles de Asakusa

La Tokio Skytree inaugurada en el 2012 es la torre de radiodifusión más alta del mundo, con sus 634 metros de altura, siendo la segunda estructura más alta del mundo, solo superada por el Burj Khalifa de Dubai. 


La torre tiene una base de trípode, con una columna central de hormigón armado que la protege de los habituales seísmos que se producen en la zona.



Tokio Skytree


Nos acercamos a las taquillas y nos ofrecieron la posibilidad de no esperar cola enseñando nuestro pasaporte extranjero pagando un plus a la entrada. 

Nosotros preferimos ahorrárnoslo y esperar los 10 minutos de cola que había para comprar la entrada. 

Hay dos tipos de entrada, la general que nos lleva hasta el mirador "tembo deck" a 350 metros de altura (2.060Y) y la premium que nos llevaría al mirador "tembo gallería" a 450 metros de altura (3.090Y).


Interior del ascensor


Nosotros consideramos que 350 metros es una buena altura y nos dirigimos a uno de los 4 ascensores. 

Cada uno de ellos está decorado con motivos de una estación meteorológica. 
Subimos por el otoño, y bajamos por la primavera. 

El ascenso es vertiginoso, a una velocidad de 7 metros por segundo. 

Llegamos a nuestro mirador en pocos segundos y salimos para contemplar la majestuosidad de la ciudad de Tokio a nuestros pies. 

Es impresionante como la ciudad se extiende hasta donde la vista alcanza, pudiendo abarcar decenas de kilómetros sin ver nada que no sea una sucesión de edificios. En días despejados se puede ver el monte Fuji. 

Nosotros no tuvimos esa suerte, pero si pudimos disfrutar de la ciudad de día y de noche, ya que el sol se puso mientras estábamos en el mirador.


Tokio desde el Tokio Skytree


Tokio desde el Tokio Skytree


Shinjuku y torre de Tokio


Cristal que deja ver el suelo


Fascinados por el magnífico paisaje comenzamos el descenso de la torre. 

Hay que bajar varias plantas repletas de zonas comerciales, hasta que por fin encontramos los ascensores que nos devuelven al nivel de la calle. 

Eso si antes de la propia salida hay más zonas comerciales, entre ellas una especie de mercado de productos frescos al estilo del Harrods londinense.

A escasos metros de la salida del Tokio Skytree se encuentra la parada de metro que recibe el nombre de la torre, pero nosotros caminamos hasta la estación de Oshiage para coger la Hanzomon Line hasta Jimboche, y desde allí la Mita line hasta Suidobashi station.

Al salir de la estación vimos uno de los iconos deportivo de la ciudad: el Tokyo Dome

Este es un enorme pabellón con capacidad para 55.000 espectadores. Es sede del equipo de los Giants de béisbol. 
Allí se han celebrado multitud de conciertos y eventos deportivos de todo tipo.


Tokio Dome


Frente al pabellón hay un pequeño parque de atracciones dentro del centro comercial Tokyo Dome City Attractions. 

Destaca la espectacular noria big O, que no tiene sección central, y sobretodo la montaña rusa Thunder Dolphin. 

La montaña rusa discurre alrededor de todo el centro comercial, pasando por el centro de la noria, y entre la fachada del propio centro. 

El viaje cuesta 1.000Y, y la verdad es que merece realmente la pena. Fue una buena experiencia.


Cartel de la montaña rusa Thunder Dolphin


Centro comercial Aqua y montaña rusa

Tras el subidón de adrenalina provocado por la montaña rusa, volvimos a la estación de Suidobashi, para dirigirnos de vuelta a Ueno. Para ello utilizamos la Chuo line hasta Akihabara, y desde allí la Yamanote hasta Ueno.


Para cenar nos habían recomendado un restaurante junto a la estación de Ueno cuya especialidad es el ramen. 
Esto es una especialidad japonesa, en la que se mezclan en un cuenco, fideos japonenes, con una salsa más o menos picante, cebolleta, carne de cerdo y algún ingrediente adicional más.

Se llama restaurante Ichiran, y al llegar nosotros había bastante cola. Pero afortunadamente en menos de 5 minutos ya estábamos  dentro, y esto es porque el funcionamiento de este tipo de restaurantes es rápido y curioso. 

En la puerta hay una máquina expendedora con fotos de los diferentes tipos de ramen que se ofrecen. 
Allí elegimos lo que queremos y obtenemos un ticket de nuestro pedido. 

Junto a esto te dan un formulario para que indiques la dureza deseada de los fideos o lo picante que queremos la salsa.

Una vez dentro nos asignaron un cubículo individual con una ventana donde entregar el ticket. 

Desde esa ventana te sirven inmediatamente tu cuenco de ramen y bajan una cortinilla para darte total privacidad. 

En tu cubículo tienes un grifo individual de agua, palillos para comer y un timbre por si necesitas algo más.

La verdad es que la comida estaba buenísima, hasta tal punto que repetimos una nueva ración de fideos.


Habitáculo del restaurante de ramen


Cuenco de ramen


Con el estómago lleno, paseamos de vuelta a nuestro hotel. 

Tocaba descansar después de este maratoniano día.

DÍA 2

Después de un sueño reparador, comenzamos nuestro primer día completo de visitas en Tokio.

Desayunamos en el hotel y cruzamos las vías del metro por una plataforma elevada situada junto a una de las entradas de la estación de Ueno.



Tras unos minutos de paseo llegamos a la entrada principal del Parque de Ueno

El parque de Ueno es un amplio espacio verde situado en pleno centro de Tokio, en cuyo interior se encuentra el Museo Nacional de Tokio, el Museo Nacional de Ciencia de Japón y el Museo Nacional de Arte Occidental.

Además en el parque hay varios templos importantes y un enorme zoo.


Museo Nacional de Tokio

Pasemos por la zona central del parque, y nos llamó bastante la atención la existencia de bastantes personas sin hogar acampadas por todo el parque. 
Allí fue la zona donde más vagabundos vimos en todo Japón.


Parque de Ueno


Enorme Starbucks


Zoo de Ueno


Tras descartar acudir a museos y zoo, nos aproximamos al Santuario Toshogu
Este es un importante templo construido en 1627 y se trata de uno de los principales edificios que se conservan desde la época Edo.

El santuario está dedicado a Tokugawa Ieyasu, el fundador del shogunato Tokugawa.

Es famoso por las pinturas y esculturas de influencia china que decoran la fachada y el interior.

En su acceso destaca la gran colección de lámparas de bronce que eran regalos de los señores feudales al Shogun.


Entrada al santuario



Paseo de lámparas de bronce

Es posible realizar una visita al interior del templo, aunque realmente no se accede al interior, sino que la visita se limita a rodear el templo por la zona de los jardines. 

En la zona lateral podemos ver el enorme árbol sagrado, que está profusamente decorado.


Santuario Toshogu



Lateral del santuario



Árbol sagrado



Altar sintoista



Lateral del santuario



Fachada principal del santuario



Pagoda de 4 pisos


Frente a la entrada se encuentra la llama de Hiroshima y Nagasaki

Para explicar porque se encuentra ahí lo mejor es reproducir el cartel que encontramos junto a la llama:

"El 6 de agosto de 1945, las fuerzas de EE.UU. lanzaron la primera bomba atómica en la historia sobre Hiroshima y otra sobre Nagasaki el 9 de agosto del mismo año, se cobró la vida de cientos de miles de personas en un instante. Incluso ahora, muchos sobrevivientes todavía sufren los daños. 


Llama de Horoshima y Nagasaki



Llama de Hiroshima y Nagasaki

Algún tiempo después, Tatsuo Yamamoto fue a Hiroshima en busca de su tío, y encontró una llama producida por la bomba atómica en las ruinas de la casa de su tío. 

La recogió y trajo de vuelta a Hoshino-mura, su ciudad natal en la prefectura de Fukuoka. 


La mantuvo ardiendo en su casa como recuerdo de su tío y una expresión de su pésame. 


Pero pasaron los años, el sentido de la llama se convirtió en un símbolo de su deseo de abolir las armas nucleares y por la paz. 


El pueblo Hoshino-mura construyo una antorcha y la llama fue trasladada el 6 de agosto de 1968. 


Se ha mantenido la llama desde entonces como la llama de la paz, con la siguiente leyenda:. 


 “El uso de las armas nucleares va a destruir toda la raza humana y la civilización … La eliminación de las armas nucleares … se ha convertido en lo más urgente y crucial para la supervivencia misma de toda la humanidad. Nunca debe haber otro Hiroshima en ninguna parte del mundo. Nunca debe haber otro Nagasaki en la tierra. ” 

(Desde el “Llamamiento de Hiroshima y Nagasaki”, emitido en febrero de 1985). 

 En 1988, la llama fue tomada de la antorcha y se fusionó con otra llama encendida por la fricción de tejas rotas de Nagasaki. 


Junto con 30 millones de firmas recogidas en apoyo del “Llamamiento de Hiroshima y Nagasaki”, se llevó a cabo la tercera sesión extraordinaria de la Asamblea General de la ONU para el Desarme que se celebró en Nueva York. 


En abril del mismo año, los miembros de la “Asociación de Pueblos de Shitamachi” presentaron la idea de prender la llama en la zona de Ueno Toshogu Shrine en Tokio. 


Saga Shozen, el sumo sacerdote, acogió con satisfacción la propuesta, y prometió la creación de un monumento y trabajar juntos para mantener encendida la llama. 


En abril de 1989, la “Asociación para la Llama de Hiroshima y Nagasaki al Lit Toshogu Ueno” fue fundada con la gente de todo el pueblo. 

Decenas de miles de personas participaron en la recaudación de fondos por más de un año y la construcción del monumento fue completado el 21 de julio, 1990. 

En conmemoración de los 45 años de las tragedias de la bomba atómica, una llama de Hiroshima fue tomada de Hoshino-mura y encendió en el monumento el 6 de agosto, y una llama de Nagasaki, generado por la fricción de tejas Nagasaki, también se agregó al monumento. Por la presente se comprometieron a mantener ardiendo la llama de la bomba atómica, convencido de que este monumento debe contribuir a fortalecer el movimiento de personas en todo el mundo para abolir las armas nucleares y lograr la paz, que es la tarea más urgente para el pueblo a través de las fronteras. 


Agosto de 1990 Association for the Flame of Hiroshima and Nagasaki Lit at the Ueno Toshogu."


Salimos del santuario y vimos a unos estudiantes entrenar en un campo de béisbol frente a la entrada del zoo.


Unos metros hacia delante pudimos ver el santuario Hanazonoinari dedicado al Dios Inari. Esta es la deidad japonesa de la fertilidad, el arroz, la agricultura, los zorros, la industria y el éxito en general. Tiene dedicados multitud de templos por todo el país.


Campo de beisbol



Toriis de entrada a templo



El dios Inari



Templo

Unos metros hacia delante tomamos un desvío a la derecha para cruzar la calle que nos separa del estanque Shinobazu

Este es un estanque natural que está cubierto en su mayor parte por nenúfares y flores de loto, y en cuyo centro se ubica el templo Bentendo

El Bentendo es un templo de planta octogonal dedicado a la deidad Benten, que es la diosa de la música y de la feminidad, también es una de las siete deidades de la buena fortuna. 

Como curiosidad, en el interior había un monje que estaba llorando de forma absolutamente desconsolada. 
Se oían sus lamentos desde bastante distancia.


Estanque Shinobazu



Templo Bentendo



Lápidas conmemorativas



Lápidas conmemorativas



Entrada al templo



Altar principal

En la parte posterior del templo hay una zona recreativa dentro del lago, donde se pueden alquilar barcas de todo tipo.


Nenúfares y flores de loto del estanque


Parte posterior del templo


Peces del estanque


Zona recreativa del estanque


Zona recreativa del estanque


De vuelta al interior del parque pasamos junto a un templo dedicado a Kannon y llegamos a la entrada sur del parque, donde se encuentra la estatua de Saigo Takamori
Esta estatua representa la figura del último samurai, que fue una importante figura de la restauración Meiji.

Junto a la estatua se recuerda a los soldados que pelearon para lograr la restauración Meiji, y hay diversos murales de la época feudal japonesa.


Estatua del último samurai


Monumento a los soldados de la restauración Meji


Recreación del parque en la era Edo


Abandonamos el parque y cogimos la linea yamanote del metro en la estación de Ueno para bajarnos en la estación de Tokio. 

De allí salimos por la entrada principal para caminar hacia los jardines del Palacio Imperial.


Estación de Ueno


Interior de la estación


Anden de la linea Yamanote


Tornos de la estación de Tokio


Escaleras mecánicas


Estación de Tokio desde el exterior


Es curioso como desde la calle la estación de Tokio no resulta especialmente grande. Ahí nos damos cuenta de la cantidad de metros de construcción subterranea que tiene esta ciudad.

Caminamos unos 10 minutos hasta el comienzo de un enorme parque, donde se encuentra el Kokyo, que es el palacio imperial, y que constituye la residencia del Emperador de Japón. 

El palacio solo es visitable 2 días al año, pero es posible aproximarnos hasta el mirador que se encuentra frente al famoso puente Nijubashi

Allí hordas de turistas buscan una de las fotos más famosas de Tokio.


Edificios de oficinas


Foso exterior del palacio imperial


Explanada de entrada


Edificios de oficinas desde el palacio imperial


Foso interior


Puente Nijubashi


Detalle palacio imperial


Una vez visitada la zona, volvimos sobre nuestros pasos y recorrimos nuevamente el camino de piedrecitas que separa la tranquilidad del palacio imperial del ajetreo constante de los grandes edificios de oficinas de Tokio.


Árbol frente al palacio imperial


Vista general de los edificios de oficinas


En unos 10 minutos llegamos a la estación de Tokio para coger la Chuo line hasta Shinjuku.

Salimos de la enorme estación de Shinjuku y nos adentramos en uno de los más importantes barrios de Tokio. 

La estación de Shinjuku es la estación de trenes más utilizada del mundo, con más de 3 millones de pasajeros diarios.

Shinjuku es el más importante centro comercial y administrativo de Tokio. 
En este distrito podremos encontrar el mayor número de rascacielos y hoteles de lujo, así como restaurantes, cines, karaokes...



Shinjuku


Nuestro destino era el edificio del Gobierno Metropolitano de Tokio, también conocido como Tocho.



Edificio del Gobierno Metropolitano de Tokio


Plaza frente al Tocho

Allí teníamos una cita en la oficina de turismo para realizar un tour gratuito.


El tour que habíamos contratado comenzaba a las 13:00h y se denomina "A 30 minutos de Shinjuku, historia y naturaleza".

Entramos en la oficina de turismo y nos presentaron a nuestros guías. 

Se trataba de dos encantadores ancianos de más de 70 años que habían vivido en España, y que les encantaba enseñar su ciudad y hablar en español. 

El tour es totalmente gratuito, lo único que hay que pagar es el transporte que se utiliza. 

Nos acompañaba también una pareja de amigos de Zaragoza con una extraña fijación en fotografiar flores y arañas.

Nuestros guías nos condujeron de nuevo a la atestada estación de Shinjuku, para volver a coger la Chuo line hasta la estación de Kokubunji. 

Es curioso, que la Chuo line en cuanto sale de la vorágine de Shinjuku, es absolutamente recta. 
Kilómetros y kilómetros de vía completamente recta.


Anden de la estación de Shinjuku


Llegamos a Kokubunji en algo menos de 30 minutos, y a pesar de seguir en la misma ciudad, la sensación es de tratarse de una zona mucho más rural.

Salimos de la estación y entramos en el Jardín de Tonogayato

Este es un precioso jardín japones diseñado a principios del siglo XX, y que constituye un claro ejemplo de como son este tipo de jardines. 

Junto a la entrada nos encontramos una pradera perfectamente cuidada con unos senderos alrededor. 


En la orilla de esos senderos crecen flores de todo tipo y cerezos que florecerán en primavera. 


El perímetro de la zona más alejada de la entrada está formado por unas hileras de árboles de bambú. 


En el centro hay un estanque por donde fluye permanentemente el agua y que está habitado por muchos peces de colores. 


Nuestros guías nos explicaron que esa zona de los alrededores de Tokio es famosa por tener numerosos nacimientos de agua, ya que discurren numerosos acuíferos subterráneos por allí. 


Cruzamos el estanque por una hilera de piedras y subimos por una escalera que nos lleva a un salón de té desde donde se domina todo el espacio del jardín. 


Es increíble lo limpio y bien cuidado que está todo. Se trata de un remanso de paz y tranquilidad en medio de una de las mayores ciudades del mundo. 


Desde mi punto de vista fue el jardín más bonito que vimos en todo el viaje, solo se le acercaba el de algún templo de Kyoto.



Entrada al jardín de Tonogayato


Pradera del jardín


Pasillo vegatal


Flor típica japonesa


Zona de descanso y meditación


Flor típica japonesa


Bosque de bambú


Detalle del jardín


Nacimiento de agua


Estanque japonés


Peces del estanque


Estanque japonés


Vista desde la casa de te


Fuente típica japonesa


Servicio para samurais y geishas


Pradera del jardín


Después de enseñarnos todos los rincones del Jardín de Tonogayato, nuestros guías nos dirigieron por una bajada para girar a la derecha y encontrarnos el Camino de Otaka

Este es un bonito paseo que discurre junto a un riachuelo, que nos ofrece unas vistas muy bonitas de la zona. 

Se agradecía bastante esta zona, porque estábamos empezando a notar como apretaba el sol, y este camino está muy cubierto por una arbolada que hace la atmósfera muy agradable.


Riachuelo


Puente sobre el riachuelo


Camino de Otaka


Fuente de Masugata


El camino desemboca en la Fuente de Masugata, que según nos explicaron es uno de los 100 nacimientos de agua más bonitos de Japón. 

Este en concreto es famoso por la creencia de que las aguas que fluyen de ahí tienen propiedades curativas. 

De hecho mientras estábamos allí llegó un hombre para llenar unas botellas con el agua de la fuente. 



Fuente de Masugata


Un hombre cogiendo agua de la fuente


Frente a la fuente hay un pequeño templo que se integra perfectamente en este precioso paisaje.


Pequeño templo en el centro del bosque


Pequeño templo en el centro del bosque


De vuelta al camino llegamos frente a la puerta Kokubunji romon
Esta es una espectacular puerta de dos alturas, junto a la cual nuestros guías nos explicaron que en todas las construcciones de este tipo para sustentarlas, únicamente utilizan la madera. 
Para fijar su estructura no llevan ni un solo clavo, todas las vigas y tabiques están formado por maderos incrustados unos en otros.


Puerta Kokubunji-romon


Método de construcción de la madera sin clavos

Nuestros guías nos explicaron que en las puertas de los templos siempre hay un guardián a cada lado que observa a los visitantes que cruzan la puerta. 

Uno de ellos tiene la boca abierta como si dijera la letra A del alfabeto japonés, y el otro la boca cerrada como si dijera wo, la última letra del alfabeto. 
Así se supone que entre los dos abarcan todas las letras posibles.

Tras ver la puerta caminamos hacia una explanada donde se alzaba uno de los templos más importantes de la antigüedad. Se trata del santuario Musashi Kokubunji, construido en el siglo VIII como uno de los referentes del budismo. 

Actualmente solo queda la forma que tendría la planta del templo principal.


Ubicación del antiguo Santuario Musashi Kokubunji


Cementerio japonés

´

Templo Yakushi


Templo Yakushi


Tras ver la zona dimos la vuelta sobre nuestros pasos para ir al templo Yakushi

Allí hay multitud de figuras de buda que son réplica de las de diversos santuarios importantes. 

Así alguien que no puede visitar los santuarios donde se encuentran las figuras originales, puede ver allí su reproducción.


Templo Yakushi


Figuras de Buda


Llegados a este punto nuestros guías nos ofrecieron la posibilidad de volver a la estación de Kokubunji en autobús, pero todos unánimemente decidimos volver dando un paseo.

Tras algo más de 3 horas de tour llegamos de nuevo a la estación de Shinjuku.

El tour realmente nos encantó, me parece una genial idea para conocer zonas de Tokio que no se podrían conocer de otra manera. 

Además gracias a nuestros guías, Sr. Higurashi y Sr. Yamada, conocimos muchos detalles interesantes del país y sus costumbres.

Llegada esa hora nuestros estómagos ya necesitaban alimento, así que comimos en uno de los cientos de restaurantes que hay en esa zona. 

Esta vez nos costó mucho comer el arroz con los palillos, así que tuvimos que recurrir por única vez en el viaje a unos tenedores.

Una vez satisfechos volvimos al edificio del gobierno metropolitano de Tokio para tratar de subir al mirador que hay en una de sus torres.



Zona de Shinjuku

Afortunadamente esta vez no nos encontramos la kilométrica cola que había a las 13:00h y pudimos subir sin esperas.




Edificio del gobierno metropolitano de Tokio iluminado


Lo bueno que tiene el mirador es que acceder a él es gratuito, y que se encuentra dentro de un distrito con multitud de rascacielos. 


El edificio del gobierno metropolitano de Tokio se conoce popularmente como el "tocho" y tiene 243 metros de altura.


Desde la parte superior hay una magnífica vista de la ciudad de Tokio.


Vista desde el tocho


De vuelta a Shinjuku station recorrimos las bulliciosas calles iluminadas de este famoso distrito de Tokio, y nos dirigimos a la isla artificial de Odaiba.

Odaiba es una enorme isla artificial situada frente a la bahía de Tokio. 
Su construcción en el sXIX fue motivada por la necesidad de defender la bahía con una batería de cañones.

La zona se desmilitarizó y en la década de los 90 se desarrolló como zona de ocio para los habitantes de Tokio. 
Se levantaron multitud de centros comerciales, hoteles e incluso grandes empresas como Toyota y Fuji tv fijaron allí sus sedes.

Llegamos a Odaiba por la Saikyo line y la Rinkai line. Curiosamente esta última no pertenece a la red JR, así que tuvimos que pagar para poder salir de los tornos en la estación.

En Odaiba lo primero que hicimos fue ir a Joypolis, que es un parque de atracciones de Sega.


Joypolis


Tokio decks

Como ya eran las 20:00 horas, la entrada nos costó 2.400Y (unos 16€) y pudimos disfrutar de todas las atracciones hasta las 22:00 horas que cerraba.


La verdad es que merece la pena, y nos quedamos con ganas de montar en alguna más. 

Destaca un simulador de skate, la atracción de transformers, una de Initial-d con coches auténticos, o una de carreras de vainas.


Atracción de transformers


Atracción de half pipe


Joypolis


Atracción de initial-d


Sonic


Una vez cerrado Joypolis nos dirigimos a la zona de la bahia.

Allí se puede disfrutar de una de las mejores vistas de Tokio con el puente Rainbow Bridge iluminado.

El Rainbow Bridge es un puente colgante de 570 metros de largo que une la bahia de Tokio con Odaiba,


Bahía de Tokio


Junto al mirador de la bahía tenemos una réplica de la estatua de la libertad. 

Esta es una copia casi exacta de la que está junto al río Sena en París, y se hizo para celebrar y mejorar los lazos y relaciones franco-japonesas.


Estatua de la libertad


Estatua y puente


Estatua de la libertad


Tras una magnífica sesión de fotos, caminamos junto al edificio de Fuji TV y nos dirigimos al centro comercial Diver-city para ver una de esas rarezas que solo puedes ver en Tokio.


Edificio de fuji tv


Centro comercial Venus Fort


Allí frente a la entrada del centro comercial se encuentra la figura a escala 1:1 de un Gundam RX-78-2. 

Para los no entendidos se trata de un robot de 18 metros de altura protagonista de la serie Mobile Suit Gundam.

La figura es imponente, y mas aun iluminada en medio de la noche. 
Además emite varios sonidos e incluso sale humo por sus toberas frontales.



Gundam


Gundam


Tras la sesión de fotos con el Gundam emprendimos camino de vuelta al hotel.

En ese momento nuestro wifi se quedo sin batería en el peor momento, así que tuvimos que improvisar un poco para encontrar el camino de vuelta. 

Afortunadamente volvió a la vida con nuestro cargador externo justo antes de que pasara uno de los últimos trenes, para llegar a Ueno cerca de las 12 de la noche. 

Fue un día largo y estábamos bastante cansados, así que cogimos algo de comer en el 7 eleven que había frente al hotel, y nos fuimos a dormir.

DÍA 3

Un nuevo día comenzaba en Tokio. Desayunamos en el hotel y emprendimos la marcha.

Una vez más cogimos nuestra linea de cabecera (yamanote) para llegar a Yoyogi Station.


Andén estación de Ueno


Yoyogi station


Paso de cebra múltiple


Esta primera parte del día la dedicamos a la visita del barrio de Harajuku

Este es el considerado barrio de la moda de Tokio. 
Allí encontramos desde las más exclusivas boutiques, hasta las pequeñas tiendas dedicadas a todo tipo de culturas urbanas.

De camino pudimos ver el espectacular NTT Docomo Yoyogi Building
Se trata de un edificio de estructura similar al Empire State de Nueva York, que al tener instalado un reloj en la fachada se ha convertido en la torre de reloj más alta del mundo con sus 272 metros de alto. 
Es además el tercer edificio más alto de Tokio.



NTT Docomo Yoyogi Building

Antes de involucrarnos en el fragor de la moda de Harajuku, nos adentramos en el parque Yoyogi para visitar uno de los templos más importantes de Tokio: el Santuario Meiji.


El santuario Meiji es uno de los santuarios sintoístas más populares de todo Japón. 

Está dedicado al primer emperador del Japón moderno, el emperador Meiji y su esposa, la emperatriz Shoken. 

El emperador Meiji llegó al trono en 1.867 en un momento en que Japón dejaba atrás el cerrado periodo feudal de Edo, abriéndose al mundo y a la modernización y occidentalización, tras la recuperación del poder por parte del emperador en 1.868 y la caída del shogunato Tokugawa.


Torii de entrada al santuario


El santuario está rodeado de un enorme bosque de más de 120.000 árboles, y sus entradas son unos enormes toriis de madera y cobre.


Bosque Yoyogi


Bosque Yoyogi


Recorrimos el recinto principal del santuario para impregnarnos de esa calma y tranquilidad que emana este santuario sintoista.


Santuario Meiji


Interior del santuario


Interior del santuario


Edificio principal


Vista general del santuario


Fuente de purificación


Barriles de sake


Barriles de sake


Tras recorrer toda su extensión salimos por otro de los enormes toriis que nos lleva a pasar junto al parque Yojogi y llegar hasta la estación JR Harajuku. 

Para llegar a la zona de la estación pasamos por el puente Jingu-bashi que es el lugar donde, los fines de semana, se reúnen decenas de personas disfrazados de cosplay.


Parque Yojogi


Gran torii de entrada o salida


Torii de madera y bronce


Harajuku station


Harajuku station


A escasos metros de la estación se encuentra la entrada de la famosa calle Takeshita-dori

Esta es una de las calles comerciales más pintorescas que se pueden encontrar. 

Allí vemos mayoritariamente tiendas de marcas independientes de ropa, muchas de ellas especializadas en ciertas tendencias de moda poco comunes. 

Se trata del lugar donde nacen las últimas tendencias de moda japonesas, así que si quieres estar a la última en moda este es tu sitio. 


Nosotros recorrimos la estrecha calle sorteando a la multitud de gente que se agolpaba frente a las tiendas. 


Es realmente una visita curiosa que no te va a dejar indiferente.




Entrada a Takeshita-dori


Takeshita-dori


Takeshita-dori


Otro extremo de takeshita-dori


Una vez recorrida Takeshita-dori giramos a la derecha para entrar en la calle Omotesando, que es una gran avenida arbolada en la que se encuentran las boutiques más prestigiosas del mundo: Chanel, Dior, Bulgari... 

Los propios japoneses definen esta calle como los Campos Elíseos de Tokio.


Centro comercial Tokio Plaza


Calle Omotesando


Nuestro presupuesto no nos permitía acceder a esas tiendas, así que pusimos rumbo a nuestra siguiente parada: Shibuya

Recorrimos a pie la distancia entre Harajuku y Shibuya en algo más de 15 minutos. 

De camino a la derecha vimos el gimnasio nacional de Yoyogi, que es un pabellón con capacidad para 13.000 espectadores y que fue sede de la natación en los JJOO de 1.964.


Gimnasio Nacional de Yoyogi


Camino de Shibuya


Camino de Shibuya


Camino de Shibuya


Zara cerca del cruce de Shibuya


Llegamos a una de las zonas más conocidas de Tokio: el cruce de Shibuya

Se trata de una intersección con 5 pasos de cebra que están totalmente sincronizados. 

Cuando circulan los vehículos, aparenta ser una calle normal. pero poco a poco cientos de personas se van acumulando en las aceras dispuestos a cruzar en cuanto los semáforos lo permitan. 

Llega el momento del verde y una multitud inunda los pasos de cebra en cualquiera de las direcciones posibles. 

Curiosamente nadie se choca entre si, ni hay ningún tipo de aglomeración.


Cruce de Shibuya


Foto antigua del cruce de Shibuya

Es el paso de cebra más transitado del mundo, con más de 1 millón de viandantes que lo recorren a diario.


La mejor forma de disfrutar del espectáculo que ofrece el cruce es subir al Starbucks que se encuentra en uno de los edificios que bordea la plaza. 

Así que nos pedimos un frappuccino y cogimos un sitio privilegiado para disfrutar de las vistas.


Frappuccino frente al cruce de Shibuya


Curiosos autobús sobre el cruce


Tras el merecido descanso en el starbucks, cruzamos el paso de cebra y buscamos otro de los grandes atractivos turísticos de la zona: la estatua de Hachiko.


Shibuya a pie de calle


Shibuya a pie de calle

Famosa tienda Shibuya 109


Autobus perruno de cerca

Hachiko fue un perro que, desde la muerte de su amo en 1.925 y durante 10 años, acudía a la puerta de la estación de Shibuya cada tarde a esperar el regreso de su amo de la universidad como lo hizo durante su vida. 


La famosa estatua fue inaugurada en presencia de Hachiko en 1.934 para conmemorar su fidelidad. 

Es uno de los lugares de encuentro más habituales de Tokio, así como una de las fotografías más típicas.



Estatua de Hachiko


Tras hacernos la foto con Hachiko, entramos a la estación de Shibuya para coger el metro hasta la estación de Hamamatsucho. 
Para ello tuvimos que utilizar una vez más la linea Yamanote.


Vagón de metro/oficina de turismo


Shibuya station


Shibuya desde la estación


Allí visitamos el templo Zōjō-ji
Este es el principal templo de los budistas Chinze, construido en 1.398, se convirtió en el templo familiar de la familia Tokugawa.

Nada más entrar al recinto del templo, nos llama la atención la imagen de la imponente Torre de Tokio justo en la parte posterior del Zōjō-ji.


Zojo-ji y torre de Tokio


Edificio principal Zojo-ji


Gran puerta de entrada


Detalles del templo

Este templo sirve como escenario a una de las escenas principales de la película Lobezno Inmortal. 


Su interior está bastante decorado, con una gran imagen de Buda, apreciándose una gran diferencia con los templos sintoistas.


Interior del templo


Interior del templo


Campana ritual


Torre de Tokio


Edificio anexo al templo

Junto al templo hay varios cementerios. 


En uno de ellos hay enterrados 6 shogunes de la familia Tokugawa, que eran los máximos dirigentes de la época. 

En otra zona había un gran número de estatuas Jizo, que son figuras con gorritos de lana, bufandas y baberos rojos, siendo estos protectores de los niños y la maternidad. 
Además cuida las almas de los niños que nunca llegaron a nacer o que murieron en edades muy tempranas y que se encuentran en un lugar llamado sai no kawara.


Estatuas Jizo


Estatuas Jizo


Tras la visita al templo, nos dirigimos al enorme monumento que sobresalía tras este: la Torre de Tokio

Se trata de la torre de metal más alta del mundo, ya que con sus 332,6 metros supera en 8,6 a la torre Eiffel, de la que toma su diseño original.



Torre de Tokio

Está pintado en un llamativo tono rojo y blanco por normas de aviación civil japonesa.



Entrada a la Torre de Tokio

Entramos al vestíbulo y pagamos 820Y para subir al mirador de la torre. 


Desde allí pudimos contemplar una espectacular panorámica de la ciudad de Tokio a nuestros pies.


Vistas desde la torre


Vistas desde la torre


Templo Zojo-ji desde la torre


Cristal con vistas al vacío

Como curiosidad, en la parte baja de la torre había una exposición permanente del manga/animé One Piece. 


Allí podíamos comprar cualquier objeto relacionado con la serie en una enorme tienda, hacer una visita a la exposición en si, o comer en uno de los 2 restaurantes temáticos.

Nosotros nos comimos un perrito en uno de ellos para matar un poco el gusanillo.


Restaurante de One Piece


Tienda de One Piece


Torre de Tokio

Salimos de la torre hacia la estación de Kamiyacho, y recorrimos la Hibiya line hasta Hacchobori station, y de allí la Keiko line hasta Maihama station.



Estación de Kamiyacho


En unos 50 minutos llegamos a la puerta de Tokio Disneyland

Este es uno de los dos parques temáticos que hay en el Tokio Disney Resort, y es el primer parque de Disney que fue construido fuera de los Estados Unidos, siendo inaugurado el 15 de abril de 1983. Ambos parques se encuentran unidos por una linea exclusiva de monorrail.


Monorrail de Disney


Entrada Tokio Disney Resort



Entrada Tokio Disneyland


Entrada principal


Main street


Pagamos religiosamente los 6.900Y de la entrada y nos empezamos a adentrar en el mágico mundo Disney. 

Era la primera vez que íbamos a un parque Disney y nos sorprendían muchas cosas. Justo cuando llegamos había una cabalgata frente al castillo de la bella durmiente y una multitud de gente se agolpaba junto a ella.



Castillo de la bella durmiente


Walt Disney y Mickey


Zona de fastpass

Nuestra primera parada fue la atracción "estrella" Space Mountain. 

Desgraciadamente los fast pass ya no funcionaban ese día, por lo que tuvimos que hacer una interminable cola de 1 hora. 

La atracción consistía en una montaña rusa cerrada y oscura, lo que supuestamente aumentaba la sensación de velocidad. 
Desde nuestro punto de vista fue bastante decepcionante para la alta expectativa generada.

Space Mountain


Space Mountain

Después pasamos a la atracción de Star Wars que esta vez si colmo las grandes expectativas de un gran seguidor de la saga, y salí absolutamente encantado. 


Se trata de una proyección en 3D en una sala móvil que simula el vuelo de una nave espacial por los escenarios de La guerra de las Galaxias.


Atracción Star wars


Entrada Star Tours


Interior de la atracción

Nuestra siguiente parada fue la mansión encantada que estaba ambientada en la película Pesadilla Antes de Navidad, y que nos llevó por un recorrido sobre la película. Eso si tras su correspondiente hora de cola.



Atracción de pesadilla antes de navidad

De ahí nos dirigimos a la atracción Big Thunder Mountain, que de trueno tenía poco, ya que es una montaña rusa ambientada en el oeste y cuyo carro es un tren, así que la velocidad que llevaba no era excesiva. 


Además mientras esperábamos la ya habitual hora de cola empezó a llover. 

Eso sí los japoneses gritaban como posesos en cuanto la atracción cogía un poco de velocidad.

Era ya noche cerrada en Tokio, y comprobamos que el señor Disney no gasta mucho presupuesto en luces, por que la mayor parte del parque estaba en absoluta oscuridad.

Subimos en la atracción de Monstruos SA, que era un tren que recorría escenarios de la película, y repetimos en la de Star Wars, en la que curiosamente vimos una película diferente.


Atracción de Monstruos S.A.


Atracción de Monstruos S.A.


Zona de Alicia en el país de las maravillas

Vimos pasar una cabalgata con los personajes más característicos de Disney, y los fuegos artificiales desde el castillo.



Hadas en la cabalgata


Bella


Chip, Chop, Pluto y Goofy


Hotel Disney

La verdad es que fue una visita un poco express, eso si, pese a la lluvia y a las colas lo disfrutamos enormemente.


De vuelta a Ueno, recorrimos la Keiko Line hasta Tokio y la Yamanote hasta nuestra estación. 

Al llegar al hotel nos quitamos la ropa mojada y volvimos a nuestro restaurante de ramen favorito para volver a disfrutar de aquel manjar que tanto nos gustó. 

Curiosamente en la cola para entrar, un japonés nos preguntó si sabíamos lo que íbamos a comer. Por que al parecer le había sorprendido que dos occidentales fueran a cenar a un restaurante de ramen.

Tras una magnífica cena volvimos al hotel para descansar.