martes, 26 de junio de 2012

Día 2: Ustka - Gdansk

Día 2 Ustka - Gdansk

El despertador sonó pronto, sobre las 8:30h.

Desayunamos bien en el hotel unas salchichas, queso, bacon, huevos revueltos...

Nos enfundamos la camiseta de España, sacamos una bandera por el techo solar del coche, pusimos el Viva España de Manolo Escobar a todo volumen y nos encaminamos por carretera a Gdansk. Obviamente todo el mundo se nos quedaba mirando, la mayoría sonreían y nos hacia gestos de ánimo.

Teníamos por delante 155 km por las ya conocidas carreteras polacas.
Nada más salir de Ustka pasamos por Slupsk, que es una ciudad de unos 100.000 habitantes con un centro bastante bonito.


Slupsk

Al igual que el día anterior había poco tráfico, pero aun así tardamos más de dos horas en llegar. Hicimos una parada técnica en un Mc Donald's, y nos pidieron las primeras fotos una pareja de suecos que amaban España.
El centro de Gdansk era ya un hervidero de gente, y eso que eran solo las 11:30 de la mañana. En cualquier esquina se veía a alguien con la camiseta de España, la bandera del toro, y en menor número aficionados italianos.


Tranvía de Gdansk

Logo de la euro y la ciudad de Gdansk

Desde Madrid habíamos contactado con Jarek, un polaco de Gdansk que había estado de Erasmus en España, y que hablaba perfectamente nuestro idioma. A través de él habíamos contratado el alquiler de un apartamento en pleno centro de Gdansk.
Jarek nos estaba esperando en el lugar acordado, con un cartel, y nos llevó rápidamente al piso alquilado. Aparcamos el coche, y apareció la dueña del piso, de unos 60 años, y que únicamente hablaba en perfecto polaco. Gracias a nuestro intérprete, conseguimos firmar el contrato de alquiler, y nos instalamos en el que sería nuestro hogar los próximos 5 días. El apartamento estaba muy bien, y gozaba de una situación inmejorable en pleno centro de Gdansk, en la misma manzana que el ayuntamiento.


Vista de la torre del ayuntamiento desde nuestra cocina

Nuestro siguiente objetivo era recoger las entradas, ya que la UEFA nos mandó un voucher (vale de recogida) y allí en Gdansk tenían habilitados un par de sitios para recoger las verdaderas entradas. .
Jarek se ofreció a llevarnos en coche, así que hacia allí fuimos. 
Nos despedimos de nuestro guía particular y recogimos nuestras entradas. Todo muy solemne y con mucha seguridad, siempre identificándonos, y asegurándose de que no hay fraude.
Con las entradas bien guardadas volvimos andando al centro de la ciudad, ya que la recogida era en la ópera báltica, a unos 30 minutos andando del centro.  En ese trayecto ya vimos un adelanto de lo que nos esperaba. Muchos españoles con ganas de fiesta, y multitud de polacos que cuando nos veían con la camiseta de España nos paraban a desearnos suerte.
Pasamos por un parque en el que paseo también la selección española antes del partido frente a Croacia.

 
Parque cerca de la ópera báltica

De camino nos encontramos un tanque de la II guerra mundial 

 
Tanque de la segunda guerra mundial

Pasamos por la fan zone, pero aun estaba cerrada, por lo que fuimos dirección estación central de ferrocarril.

 
Fan zone

Edificio de las afueras de Gdansk

Cruzamos por un puente subterráneo y lo primero que nos encontramos fue una terraza llena de españoles. Cogimos una mesa y nos tomamos la primera piwo (cerveza en polaco). Al principio eran grupos dispersos de españoles dentro de la terraza, pero poco a poco se fue expandiendo la fiesta, hasta tomar una pequeña plaza en frente de la terraza. Los polacos que pasaban se quedaban totalmente alucinados con el ambiente, y ponían sus móviles a grabar como cantaban y bailaban los españoles. Repasamos todo el cancionero popular español, desde Manolo Escobar, el Fary, Paquito el Chocolatero, hasta Oliver y Benji, Marco... Hubo piques a ver quien hacía la mejor canción de camarero - camarero. Hicimos congas, remamos en el suelo, homenajeamos a Manolo Preciado... Hablamos con gente de Madrid, de Zaragoza, de Barcelona, de Galicia, muchos canarios, allí es como si todo el mundo se conociera de toda la vida.


Primeros compases del pre-partido

La fiesta prepartido

Gdansk era española

Homenaje a Manuel Preciado
Se nos pasaron 3 horas en un abrir y cerrar de ojos. Con pena, decidimos emprender rumbo al estadio, que el partido empezaba a las 18:00h. y no era plan de llegar tarde.
Cruzamos nuevamente el subterráneo camino de la estación de tren, e hicimos una parada en el Mc Donald's de la estación, ya que aun no habíamos comido, y eran cerca de las 16:00h.
Repusimos fuerzas y cogimos el tren que nos llevaría al estadio PGE Arena de Gdansk. 
Pasamos los 15 minutos de trayecto cantando el "yo soy español", y el "que viva España", hasta que paró el tren y nos encontramos de frente con la preciosa fachada ámbar del PGE Arena.


PGE Arena

Marea roja camino del PGE Arena

La marea roja salió del tren e inundó los aledaños del estadio polaco. Se veían poquísimos italianos entre la multitud roja.
Pasamos hasta tres controles de seguridad antes de pasar las propias puertas del estadio. En uno de ellos te cacheaban concienzudamente.
Llegamos a la zona de nuestra entrada y nos encontramos una charanga con música y varias personas en zancos con las camisetas de España e Italia. Allí solo había españoles muchos disfrazados de torero, de sevillana, e incluso como Rafa Nadal, que en ese momento ganaba su séptimo Roland Garros.


Charanga pre-partido
Estuvimos un rato en la charanga hasta que ya la gente se empezó a dispersar, y entramos al estadio.


La cola para entrar. Ole esas flamencas con montera

Si el PGE Arena es bonito por fuera, por dentro lo es aun más. 
Está totalmente cubierto y es enormemente cómodo para ver el fútbol. Nosotros estábamos cerca de un córner en el fondo de aficionados españoles, y se veía todo perfecto. Además en las esquinas superiores había cuatro videomarcadores donde se emitían en directo el partido.


La zona española

España - Italia

España calentando

Nuestro videomarcador

Ceremonia de inauguración de la sede de Gdansk

Manolo el del bombo

Momento del partido

El partido acabó 1-1 con goles de Di Natale para Italia y Cesc para España. España fue superior, pero no hizo un gran partido e Italia supo usar sus armas, por lo que el empate es bastante justo.

Abandonamos el estadio y la marea humana nos encaminó directamente al tranvía. Nos bajamos en la parada más cercana a la fan-zone y entramos allí. Otra vez controles y cacheos exhaustivos a la entrada.
La fan-zone tenía una pantalla gigante con una amplia zona de césped para ver los partidos, y varias carpas donde se vendían comida y bebida. Lo peor de ir allí, es que para comprar cualquier cosa, había que hacerse con una tarjeta prepago que costaba 100 Zl y que te daba 85 Zl de saldo (unos 21€). Con eso compramos unas ricas salchichas y unos enormes pinchos morunos con sus correspondientes piwos (sin alcohol).
Vimos el final del partido Croacia - Irlanda y dimos un paseo por el recinto. 

 
Pantalla de la Fan Zone

Lo que más nos gustó fue el futbolín humano, participando en un reñido partido España - Polonia.


Futbolín humano

Volvimos al apartamento por primera vez desde la mañana, para ponernos una camiseta térmica debajo de la española, ya que empezaba a hacer fresquete.
Nos sentamos en una terraza en plena calle Diuga (calle peatonal principal) Nos tomamos unas piwos hasta que la camarera nos tiró encima una bandeja entera.


La mesa inundada por el pequeño percance

Una piwo 4 zl

Fuimos entonces a la calle paralela, que es por la que se entraba a nuestro apartamento. Ahí descubrimos la dolce vita, que era un pub que vendía las piwos a 4 Zl (1€ cada una). Pasamos entonces la noche allí hablando con polacos, con españoles, hasta que ya el cansancio empezó a hacer mella y decidimos dar por terminado este magnífico día.

Este es nuestro recorrido del día:


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