miércoles, 31 de agosto de 2011

ETAPA 3 : MARANELLO

Día 9

Tocaba decir adiós a la toscana, y poner rumbo al norte de la península itálica. Pero antes teníamos una parada obligada para cualquier amante del motor: Maranello.

Llegamos al pueblo de ferrari por una autopista muy estrecha y sinuosa llena de camiones. El GPS nos quería meter por caminos de cabras, pero al final siguiendo los carteles llegamos a Maranello.

Nos alojábamos en el hotel Maranello Village, y fue un gran acierto. El hotel tiene un gran sabor a ferrari, llegando a tener un monoplaza encima del mostrador de recepción, además la habitación espectacular. Eran 3 edificios (Monza, Le Mans y Daytona que era el nuestro), las alfombras con los nombres de los modelos del cabalino, y piezas de motor dentro de las habitaciones.


Recepción del hotel Maranello Village


Edificio Daytona

Tras comer en el autoservicio del hotel (bueno y barato) pusimos rumbo al museo ferrari.


Entrada museo ferrari

Al llegar había un nutrido grupo de españoles que venían de Monza, y era complicado poder ver a gusto los coches, así que decidimos dejarles margen para que avancen en el museo, y verlo nosotros tranquilamente.

La primera parte es una mezcla de modelos antiguos de calle y de competición, además de una reproducción de un box y un muro.


Ferrari de formula 1 de 1951 y detras prototipo de Le mans de 1947


Ferrari 250 GT de 1959


Ferrari 250 GT competizione de 1958


Ferrari 512 M Le Mans de 1971


F10 desmontado


Muro del box de ferrari


F1 90

Destaca el coche de Gilles Villeneuve y el de Nigel Mansell.


F1 89 de Nigel Mansell


Fi 126C de 1981 pilotado por Gilles Villeneuve

Siguiendo adelante nos encontramos con un ferrari enzo y una exposición sobre las reformas llevadas a cabo en la fábrica. El Enzo es impresionantemente ancho, necesitaria 2 plazas de parking para el solito.

Ferrari Enzo

Un poco más adelante estaba el plato fuerte de la exposición, donde podíamos ver los últimos 8 monoplazas de ferrari campeones del mundo, los 7 de Schumacher y el de Raikkonen. Además en la pared hay decenas de trofeos de grandes premios en la parte superior, y debajo los cascos de los pilotos campeones del mundo con ferrari. pasamos un rato haciendo fotos, y viendo de cerca esas maravillas de la competición.


Los 7 últimos F1 campeones del mundo de ferrari


Trofeos de victorias de grandes premios de F1


F 2008 de Raikkonen

Tras eso subes unas escaleras y aparece una de las joyas de la corona, el F40. Curiosamente un grupo de españoles que hablaban con uno de los vigilantes consiguieron que les abrieran el F40, y vimos que no tenía ningún tipo de lujo ni detalle interior. No tenía elevalunas eléctricos, y ni siquiera tenía radio. Les explicaba el chico que cuando diseñaron el F40 de lo único que se preocuparon, e invirtieron dinero fue en las prestaciones del coche (motor, suspensiones, aerodinámica...)


Ferrari F40

Interior del F40

Es uno de mis coches favoritos de siempre, y la verdad es que es una pasada.

Detrás hay un 360 módena, un 458 italia y varios modelos antiguos. El Italia lo conocimos por primera vez en la puerta del casino de Mónaco, y es muy bonito.


Ferrari 458 Italia


Ferrari SA Aperto


Interior del ferrari

Para terminar había un prototipo, una zona interactiva y poco más.

La verdad es que la galería no es ni mucho menos grande, pudiendo verse en 1 hora con detenimiento.

Salimos de la galería y nos asaltaron 2 señoritas ofreciéndonos conducir un ferrari. Yo ya iba con la intención de conducirlo, por lo que dejamos que nos hicieran ofertas.

Al final acepté 30 minutos en un Ferrari California, con Andrea de acompañante en los asientos posteriores, más el video en alta definición.
El Ferrari California monta un motor V8 delantero de 460 CV, está equipado con una caja de cambios automática de 7 velocidades con doble embrague, y lleva frenos cerámicos fabricados por Brembo. El California es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en un tiempo de 3,7 segundos y su velocidad máxima es de 310 km/h. Su precio se estima en 160.000€..


Ferrari california que conducí

Esperamos 5 minutos con los nervios a tope, y apareció uno de los trabajadores de la tienda, se presentó, y nos dijo que era la persona que nos iba a acompañar. Nos subimos al coche, yo al volante, de copiloto el empleado de la tienda y Andrea en el asiento trasero.
Tras explicarnos un poco lo básico me dice que en principio íbamos a ir con la transmisión automática, y que si vemos que va bien, podríamos poner el cambio secuencial. El recorrido era por las carreteras próximas a Maranello, obviamente con tráfico abierto.
La experiencia simplemente brutal, tener 460cv debajo del pie derecho es impresionante. El sonido al acelerar y al reducir es música celestial.
Al principio tuve bastante tráfico, por lo que tuve que adelantar a varios coches, y no pude apretarle mucho. A los 10 minutos me dijo si quería cambiar a transmisión secuencial, a lo que acepté sin dudar. Fue un gran acierto, ya que así llevaba totalmente el control del coche y lo disfruté mucho más.
Luego ya me llevo por una zona con menos coches, y ahí si que pude pisarle más, y disfrutar de las prestaciones que puede ofrecer un ferrari.


Vista sentado en el California

Fueron los 30 minutos más rápidos de mi vida. Aun con las piernas temblorosas, y después de una sesión de fotos, nos dieron el video, decidimos dar una vuelta andando por el pueblo, para ver la fábrica de Ferrari (por fuera) y el circuito de pruebas de Fiorano.


Circuito de pruebas de Fiorano

Para ver el circuito hay que ir a una zona de un puente, o entre unos matorrales. La pena es que cuando nosotros fuimos no había nadie rodando.


Zona de Boxes del circuito de Fiorano

Vimos la fábrica y el restaurante il cabalino, que era donde Enzo Ferrari iba a comer al salir de la fábrica.


Entrada a la fábrica de Ferrari


Restaurante Il cabalino

Llegamos al centro del pueblo, donde está la iglesia que repica las campanas con las victorias de ferrari, y la verdad es que parece que todo el pueblo vive por y para Ferrari.


Supertienda de ferrari

Tras el paseo por Maranello volvimos al hotel a descansar, ya que después de quemar tanta adrenalina nos sentíamos agotados.

Cenamos otra vez muy bien en el autoservicio del hotel, y a preparar las cosas para irnos al día siguiente a Venecia.

martes, 23 de agosto de 2011

ETAPA 2 FLORENCIA Y LA TOSCANA

Día 5

Con pena por tener que decir adiós a la ciudad eterna, recogimos nuestras cosas y pusimos rumbo a la estación de Términi, donde nos esperaba el tren de alta velocidad para ir a Florencia.
La estación es un poco caótica, ya que en los paneles solo pone el destino final del tren, sin especificar los destinos intermedios.
Buscamos con el número de la reserva, y vimos que nuestro tren es el que finalizaba su trayecto en Venecia, así que en el nos subimos. Salimos puntuales y el viaje fue muy cómodo. En apenas 75 minutos entrábamos en la estación de Santa Maria Novela de Florencia.

Teníamos reservado el hotel Malaspina, a 5 minutos andando de la estación, y que a pesar de su nombre, estaba realmente bien. La habitación tenía una distribución un tanto rara, pero estaba en pleno centro y era bastante acogedor.

Comimos cerca del mercado central una pasta que estaba buenísima, y donde nos clavaron 8€ de covert charge. Eso nos obligó a estar pendientes en próximos restaurantes para no volver a ser estafados. Con el estómago lleno encaminamos nuestros pasos hacia la plaza de la Signoria.

Palacio Vecchio

Simplemente con entrar en la plaza de la signoria ya se aprecia un ambiente de ciudad importante, culturalmente hablando. Destaca en la plaza el palacio Vecchio, con su torre, rodeado de multitud de estatuas (unas originales y otras copias)

Es un edificio del palacio es imponente, así que decidimos empezar la visita de su interior.
Lo primero que te encuentras al entrar es la gran Sala del Cinquecento, una sala que según el catálogo mide 54 metros de longitud, 22 metros de anchura y 17 metros de alto. Esa misma sala se puede ver a lo largo de la visita desde una zona más elevada para apreciar mejor las pinturas.


Sala del Cinquecento

El recorrido dentro del palacio es sorprendente, destacando el salón del trono, la sala de los mapas y los aposentos de los medici.

Salón del trono


Nos gusto mucho el palacio, una grata sorpresa.

Al salir nos mezclamos con la gente que se hacía fotos con las estatuas de la plaza de la Signoría. Destaca la copia imponente del David de Miguel Angel (con el original teníamos cita 2 días después), Perseo con la cabeza de la medusa, Hércules matando al centauro, el rapto de la sibila...

Réplica del David en el lugar donde estaba el original


Estatuas de la plaza de la Signoria, con Teseo en primer plano

Hercules matando al centauro Neso


Teseo con el David al fondo


Antes de que cerrara visitamos la iglesia de Orsanmichele. Es una iglesia cuadrada, situada en pleno centro de Florencia, pero que no ofrece nada especial.

Interior iglesia Orsanmichele

Salimos hacia la iglesia de la Santa Cruz. Hay que pagar 5€ de entrada, pero merece la pena. Esta ubicada en una plaza grande donde se organizan eventos varios, (en ese momento había un campo de fútbol), y tiene una fachada de mármol típica de la toscana.

Fachada iglesia Santa Cruz

Dentro nos encontramos con el altar tapado por andamios, un techo de madera, y más que una iglesia podríamos decir que es un panteçon de hombres ilustres. Hay más de 300 tumbas dentro de la iglesia. Destacan las tumbas de Galileo Galilei, Miguel Angel, Maquiavelo, Rossini...

Tumba de Miguel Angel

Tumba de Galileo


Detalle iglesia Santa Cruz

No queríamos acabar el primer día en Florencia sin conocer el puente Vecchio, por lo que pusimos rumbo al río. Atravesamos la galería de los Uffici con todas las estatuas de los grandes artistas (Leonardo, Rafael, Miguel Angel, Giotto...), y en poco tiempo ya oíamos el ruido de las aguas del rio Arno. Un poco a la derecha aparece ya el famosísimo puente Vecchio. Justo enfrente estaban los famosos candados colocados por parejas emulando la obra de Federico Moccia.


Puente Vecchio

El ponte Vecchio es el puente más antiguo de la ciudad, y esta formado por dos hileras de joyerías, que le dan ese aspecto tan peculiar.
Cuando caminas por encima del puente parece una calle más de la ciudad. Es algo realmente curioso.


Puente Vecchio con las joyerías

Hay un mirador a cada lado, donde podemos ver un bonito paisaje toscano.


Vista desde el puente


Vista desde el puente

Tras una buena cena, dimos por finalizado nuestro primer día en Florencia.

Día 6
:

El plato fuerte del día era la Galería de los Uffici. Teniamos reservada la entrada a las 11:00h, asi que fuimos directamente a las oficinas a por nuestra entrada, y sin esperar más de 2 minutos, ya estabamos dentro.


Galeria de los uffici

Lo primero que te dicen es que está tajantemente prohibido hacer fotos, incluso sin flash. Para ello hay apostados varios vigilantes en cada sala, que amenazan con echar de la galería al que haga una mísera foto. Las primeras salas son de pinturas sacadas de iglesias de toda la toscana, son tablas antiguas, que sinceramente a mi no me llaman especialmente la atención.
Entramos en las salas de pintura italiana, y la cosa mejora.
Pudimos ver el nacimiento de Venus, la anunciación de Leonardo y otras muchas obras de arte de Boticelli, Bocaccio, Caravaggio...


Foto clandestina del nacimiento de venus


La anunciación de Leonardo da Vinci


Adán y Eva

Esa es la mejor parte del museo para mi gusto. La galería es grande, nosotros estuvimos algo más de 2 horas, aunque sinceramente yo me esperaba algo más. Es so, es muy recomendable para todo turista que visite Florencia, y algo imprescindible para los amantes del arte.

Al salir ya era casi hora de comer, y fuimos a un restaurante que se llamaba Uffici, donde comimos muy bien y barato.

Con el estómago lleno tocaba una buena caminata. Pusimos rumbo al puente Vecchio, pasando por encima del Arno, y seguimos por esa calle hasta el palacio Pitti.


Palacio Pitti

Es curioso ver como entre el palacio vecchio y el palacio pitti hay un pasadizo elevado que conecta ambos palacios, pasando por el puente vecchio y los uffici. El palacio es muy grande y contiene una gran colección de obras de arte en su interior. Desde sus ventanas se pueden admirar los jardines del Boboli, que también se pueden visitar, pero que tienen una entrada demasiado cara para lo que es.

Nuestra última parada del día era la Plaza Michelangelo. En una guía de viajes indicaban que el autobús 23 subía hasta allí, para disfrutar de una preciosa vista de Florencia. Encontramos la parada del 23, y enseguida apareció el autobús. Entramos sin pagar, como todo el mundo, y de repente toma el camino opuesto a la subida al mirador. Dimos un tiempo de margen, y al ver que cada vez se alejaba más, tuvimos que bajarnos y esperar a que viniera uno de vuelta. Así que por su alguien ve que el 23 sube a la plaza Michelangelo, que sepa que no es así.
Por tanto nos tocó subir andando una empinada cuesta, eso si entre árboles, hasta llegar por fin a la plaza Michelangelo. La verdad es que el esfuerzo mereció la pena, ya que la vista es magnifica.


Puente Vecchio y palacio Vecchio desde el mirador Michelangelo


Duomo y Palacio Vecchio desde el mirador Michelangelo

Hay una réplica del David de Miguel Angel gobernando la plaza, y a unos 300 o 400 metros hacia arriba está la Iglesia de San Miniato Al Monte, y ese fue nuestro siguiente destino. Teníamos miedo de que estuviera cerrada, ya que por el percance del autobús se nos había hecho tarde, pero por suerte era día de bodas en la iglesia, y pudimos entrar. La iglesia es más bonita por fuera, que por dentro, pero merece la pena subir hasta alli.


Iglesia San Miniato al monte

Emprendimos camino de regreso al centro de Florencia, no sin hacer una parada técnica a comer un heladito, que nos vino de muerte después del agotador día.

Día 7

Comenzamos el día con la visita a la Galería de la Academia. Como siempre teníamos las entradas compradas, y nuestra hora de entrada eran las 11:00. Una vez más nos ahorramos una buena cola, y en 5 minutos estábamos dentro. Después de que el día anterior los uffici nos dejara algo fríos, esperábamos que la academia colmara nuestras expectativas.

Lo primero que nos encontramos es la estatua original del rapto de la sibila, muy bonita, aunque ya teníamos más que vista la copia.
Luego a la derecha hay unas salas con una exposición de instrumentos musicales antiguos. Había un violín Stradivarius y varios pianos antiguos, violas, violonchelos...
Al salir de allí empieza lo bueno, lo primero que se encuentra son los 4 esclavos inacabados que estaban proyectados colocar en la tumba del papa Julio II junto al Moises. Son espectaculares, figuras humanas que parece que tratan de salir de las rocas de mármol. La pena es que como en los uffici esta terminantemente prohibido hacer fotos, por lo que no puedo ilustrarlo como debe ser.
Al final de la estancia nos encontramos con la imponente figura del David de Miguel Angel. La luz y la estancia son perfectas para acompañar la enorme belleza de la escultura. había varios alumnos de bellas artes realizando dibujos del David, llegando a rodearle. Es imprescindible admirarlo desde todos los ángulos, para ver el increíble trabajo que hizo Miguel Angel. Tras estar un buen rato deleitándonos con la escultura, seguimos nuestro camino por una sala llena de bustos y esculturas de mármol, que no le llegaba a las del Vaticano a la suela de los zapatos.


David de Miguel Angel

La visita continuaba con unas salas con tablas sacadas de iglesias Toscanas, que la verdad no me resultan nada del otro mundo. Y con eso llegamos al final de la academia, con la sensación de que quitando las obras de Miguel Angel, no merece la pena.

Salimos camino del Duomo, pero antes pasamos por el palacio Medici. Como ya habíamos estado en los otros 2 palacios, decidimos verlo solo por fuera, no siendo nada excepcional.


Palacio Medici

Llegamos a la plaza del duomo y a pesar de haber pasado varias veces por allí, nos quedamos un rato boquiabiertos mirando la fachada de la catedral de Santa Maria del Fiore, realizada çintegramente en mármol blanco, verde y naranja. Justo enfrente está el baptisterio de San Giovanni, y a un lado el campanille de Giotto.

Fachada del duomo y Campanille de Giotto


Baptisterio de San Giovanni


Nos pudimos a la cola para entrar al duomo, y en unos 15 minutos estábamos dentro. La entrada es gratuita, pero hay que ir correctamente vestidos. Delante nuestro, no dejaron entrar a un grupo de 5 chicas que llevaban pantalón corto, y para cubrir los hombros de las mujeres dejaban una especie de chal.


Una vez dentro la decepción fue mayúscula. Todo lo bonita que es por fuera, es de sosa por dentro. Muy poca decoración, muy oscura. Lo único que desttaca es la gran cúpula de Brunelesqui, que además no se podía admirar bien desde abajo por estar cerrado el acceso.


Interior del duomo

Así que con la misma nos salimos y nos pusimos a la cola para subir a la cúpula.
Antes quisimos ver de cerca las puertas del paraíso del baptisterio, con relieves de pasajes de la biblia.

Puertas del paraíso

Tras 15 minutos de cola nos cobraron 8€ por persona para subir más de 500 escalones, ya que no hay ascensor. Al principio es una escalera de caracol, que lleva justo al interior de la cúpula. Ahí si que se pueden admirar detenidamente los frescos de la cúpula. Seguimos subiendo, esta vez por una zona estrechísima, que además era a la vez subida y bajada. LLegados a un punto la escalera se estrecha y se empina para subir por lo alto de la cúpula. La última fase es una estrechísima escalera donde hay que esperar que nadie baje para subir, eso nos sirve para llegar a lo más alto de Santa María del Fiore.


Subida a la cúpula

La vista es espectacular, con todo Florencia a nuestros pies. Mientras recuperamos el aliento en unos socorridos bancos pudimos ver el río Arno, el puente Vecchio, el palacio Vecchio, la basílica de la Santa Cruz, iglesia de San Lorenzo... Merece muchísimo la pena subir hasta allí. Junto con el Vaticano, la mejor subida que hicimos.


Florencia desde la cúpula del duomo


palacio Vecchio desde la cúpula

Tras el largo descenso de la cúpula comimos algo y fuimos directos a la iglesia de San Lorenzo. Cobraban 5€ por entrar, y daba derecho a entrar en la biblioteca laurenciana. Vimos las capillas de los Medici y la escalinata de Miguel Angel.

La siguiente parada era la iglesia de Santa María Novela. La fachada era también de mármol blanco y verde, y nuevamente cobraban 4€ por entrar. La iglesia es pequeña, y simplemente destacaría el altar por su decoración, y poco más. El claustro no esta mal, pero tampoco es espectacular. También esta prohibido hacer fotos allí.


iglesia de Santa Maria Novela

Para terminar este largo día de visitas en Florencia, nos acercamos a la farmacia de Santa maría Novela. Es una farmacia del siglo XIII, y como Andrea es farmacéutica, era de visita obligada. Además fue una grata sorpresa, ya que no parecía ni mucho menos una farmacia. Había como 7 u 8 habitaciones decoradas y dedicadas cada una a una función. No vendían medicamentos , sino remedios preparados por ellos, había herbolario, zona de exposiciones,... Fue una agradable sorpresa, aunque los precios, como no, eran muy elevados.


Farmacia Santa Maria Novela

Ese día prontito a la cama, que al día siguiente tocaba ruta por la toscana.

Día 8

Tras un buen desayuno, fuimos andando a la oficina de Hertz a recoger nuestro coche de alquiler, que reservamos previamente desde Madrid.

Al llegar había muchísima cola, y tras casi 30 minutos nos atendieron. Habíamos reservado un Focus o similar, ya que al ir con maletas, y tener pensado movernos bastante, no queríamos un coche pequeño. Cual fue nuestra sorpresa. cuando nos sacan un Corsa de los antiguos 1.1.
Con el mosqueo ya apareciendo volvimos a la oficina y nos dice el caradura que no tenia coches disponibles de las características que habíamos reservado, y que como favor nos daba el corsa y un descuento de 20€!!!! Todo ello sin ni siquiera consultárnoslo. Nos negamos en rotundo, ya que si reservas algo, y luego no dispones de ello, lo normal es que te den un coche de igual o superior categoría. Después de consultar con el jefe y de otro rato esperando, viene con las llaves de un 308 cc con exactamente 5 km. Así que como el que no llora no mama, cogimos nuestro descapotable a estrenar y pusimos rumbo a Pisa.


Nuestro Peugeot 308cc

En menos de 45 minutos llegamos a la ciudad de la torre inclinada. No fuimos por la autoestrada de peaje para disfrutar de las vistas, y la verdad es que merece la pena.

LLegamos a la zona del Miracoli y buscamos aparcamiento. Allí es todo zona azul, pero al ser domingo se podía aparcar "gratis". Lo pongo entre comillas porque hay un ejercito de gorrillas por toda esa zona que te asaltan y te piden dinero para "cuidarte" el coche. Tras soltar el euro de rigor entramos en el recinto del Miracoli. Lo tienen muy bien montado todo. Primero está el baptisterio, luego el duomo, y detras la torre inclinada. Todo ello rodeado de una especie de muralla y con césped por todos lados. Además a lo largo de la muralla hay una hilera de puestos de souvenirs y recuerdos.

Al primer lugar donde se va la vista es a la torre inclinada. Está mucho más inclinada de lo que parece, da la sensación de que puede caerse en cualquier momento. A pasar de haberla visto millones de veces, impresiona mucho estar ahí debajo y ver lo inclinada que está. La explaanada está llena de gente hacíendo la típica foto sujetando la torre.


Torre inclinada de Pisa

Buscamos las taquillas para entrar a los monumentos, y hay varias opciones, desde entrar a 1 monumento, a 2, a los 3, al museo... Subir a la torre era muy caro 18€ por persona, asi que decidimos entrar al duomo, que eran solo 2,50€. La verdad es que mereció la pena entrar, es una de las catedrales más bonitas que vimos por dentro. Destaca sobre todo el púlpito, al que te puedes quedar un rato mirando, viendo todos los detalles que tiene.

Interior del duomo

Púlpito de la catedral


Baptisterio, duomo y torre inclinada

Con la historia del coche, ya se nos había hecho tarde, así que comimos allí en Pisa en un Mc donalds que había nada más salir del Miracoli.

Tras eso pusimos rumbo al sur. Llegamos sobre las 5 de la tarde a Siena, tardamos algo más de 2 horas por culpa de un atasco provocado por unas obras en la autopista, y por un problemilla con el cargador del GPS. Eso si, mereció la pena. Siena es una ciudad preciosa, es imprescindible perderse por sus callejuelas peatonales. Como no puede ser de otra forma destaca sobretodo el duomo. Nada más entrar en la ciudad, lo vimos en lo alto, gobernando la ciudad, y a medida que te acercas se aprecian los detalles de mármol con pinturas.


vista de Siena

Duomo de Siena

Además es ineludible la visita a la plaza del Campo, con los palacios, y es curiosísimo ver la zona donde se organizan las carreras de caballos todos los veranos.


Plaza del Campo


Circuito de carreras de caballos

Después tuvimos que buscar una tienda de electrónica-informática para conseguir un nuevo adaptador USB para mechero de coche, ya que se nos había roto el que teníamos para el GPS. Después de mucho andar, preguntar, y con el cansancio haciéndose patente, encontramos un Unieuro. Era una especie de PC City, y allí conseguimos el adaptador. Así que por fin fuimos de vuelta al coche con la seguridad de que no nos íbamos a perder de vuelta a Florencia

Teníamos pensado visitar San Gimignano, pero ya se nos echó la noche encima, y con el cansancio acumulado, decidimos volver a Florencia. Otra vez será.

Dejamos el coche en un parking, ya que en el centro de la ciudad solo se permite la circulación a residentes, y fuimos a cenar algo rápido, para descansar lo antes posible.