viernes, 16 de noviembre de 2012

Etapa 2.- Mauthausen, Berchtesgaden, Konigssee, Hallstatt y Salzburgo

DIA 3


Comenzamos este tercer día con las fuerzas renovadas y listos para afrontar la primera gran ruta del viaje. Teníamos por delante más de 500km y 4 visitas importantes antes de finalizar el día en Salzburgo.

Iniciamos la mañana con un buen desayuno en la pastelería del día anterior, y tras hinchar la rueda de nuestro clase B, nos despedimos de Viena para poner rumbo oeste por la misma autopista que habíamos tomado dos días antes.


Campo de Concentración de Mauthausen

Nuestra primera visita del día era quizá la menos vistosa y agradable de todo el viaje. Pero pasábamos prácticamente por la puerta de este recinto histórico, así que creí la necesidad de realizar una visita.

Nos desviamos de la autopista tras unos 150 km de camino. Cogimos una carretera que cruzaba el Danubio, y que posteriormente discurría por su orilla. 

Está bastante bien indicado el camino hacia el campo, ya que el camino está sembrado de señales marrones indicando la dirección del KZ Mauthausen. Mucho mejor que en Stutthof.

Subimos una cuesta considerable, y a nuestra derecha apareció la imponente tapia de granito del campo.

Aparcamos justo enfrente de la entrada principal y nos dirigimos al centro de recepción de visitantes.


Muro exterior

Muro del campo y entrada

Sacamos dos entradas a 2€ por cabeza, y nos dieron una audioguía en inglés.

El campo de concentración de Mauthausen es conocido como "el campo de los españoles", ya que en casi su totalidad fue construido por albañiles españoles, y fue lugar de reclusión de multitud de exiliados republicanos españoles.


Foto liberacion del campo

Entrada al recinto de Mauthausen

Zona de entrada

Entramos al recinto del campo, y de nuevo tuve la misma sensación que en Polonia, entrar en un sitio donde ha sufrido y muerto mucha gente, y que tiene un aura especial. 

A ello contribuye el ambiente serio, el silencio de la gente, las lápidas recordando a los internos. 

A pesar de no ser un lugar agradable para visitar, creo que es muy recomendable sumergirse entre sus recuerdos.y rendir un particular homenaje a las víctimas.


Puerta de entrada a la zona del campo

La calle central del campo está flanqueada por una serie de barracones con literas, baños y exposiciones. 
Quizá es más completo Stutthof en cuanto a mobiliario conservado, y recreación de la vida en el campo, pero Mauthausen tiene rincones absolutamente estremecedores.


Barracones

Literas

Patio central

Vista central de los barracones

Al final de la hilera de barracones hay dos pequeños cementerios, en los que sería una de las ampliaciones finales del campo.


La entrada desde el final del campo

Cementerio judío

Al otro lado del patio central están los edificios más impactantes del campo. Son edificios que nada tienen que ver con los barracones, estos son sólidas construcciones de ladrillo bien acondicionadas para soportar los rigurosos inviernos austriacos.

Lo realmente impactante está en los sótanos de estos edificios. Lo primero que nos encontramos fue una puerta con un cartel de "zona de ejecución". Ya nos pudimos hacer una idea de lo que podríamos encontrar en esa zona.


Entrada a la zona de ejecución

Nada más bajar las escaleras nos hayamos en una pequeña sala con las paredes cubiertas por placas y lápidas de recuerdo. En esa zona la mayoría estaban escritas en italiano y polaco.


Lápidas recordatorio de las víctimas

La siguiente estancia se trataba de la cámara de gas. Era una estancia de unos 4 o 5 metros cuadrados con dos enormes puertas herméticas, y que a pesar de estar abiertas de par en par, provocaba una enorme sensación de claustrofobia. Tenía una puerta que daba a la estancia por lo que entramos, y otra en uno de los laterales. 


Entrada a la cámara de gas

Interior de la cámara de gas

Cruzamos la cámara, y continuamos en otra sala cubierta de lápidas, donde destacaba sobretodo una enorme dedicada a los republicanos españoles.

 
Recordatorio a los republicanos españoles

Continuamos por una amplia estancia con las paredes de ladrillo  medio a construir, y tras bajar unas pequeñas escaleras nos encontramos una sala bastante sobrecogedora. 
En ella había dos hornos crematorios con flores y velas encendidas, y alrededor multitud de placas y lápidas, la mayoría de ellas en español. 
Esa fue la sala que más me sobrecogió de todo el campo, además estaba yo solo dentro, ya que no había más gente, y Andrea no quiso entrar. 

 
Hornos crematorios

Sales de allí con el corazón encogido, y planteándote como el ser humano fue capaz de realizar tales atrocidades a otros seres humanos, solo por el hecho de pensar o ser diferentes.

De vuelta a la escalera, a mano derecha había otra estancia con hornos, y un pasillo totalmente a oscuras que daba a la parte posterior del edificio.


Muro exterior

Salimos por allí y volvimos cruzamos de vuelta al patio central. 

El siguiente edificio era la lavandería, y con una pequeña capilla acababan las construcciones del campo.


Entrada a la lavandería

Capilla

Cruzamos de nuevo la puerta de entrada, y vimos a la derecha un enorme monumento homenaje a las víctimas. 
Es bastante parecido al de Stutthof.


Monumentos en recuerdo a las víctimas

A mano derecha hay una pequeña rampa que culmina en la entrada principal del recinto del campo, pero si continuabas recto, además de más monumentos de homenaje, nos encontramos con una de las zonas más tristemente famosas de Mauthausen. 

Se trata de la cantera de granito. 

En esta cantera estaban obligados a trabajar los internos del campo hasta su muerte por extenuación.
La cantera está separada de los barracones por la llamada escalera de la muerte, cuyos 186 escalones tenían que subir los internos cargados con bloques de más de 20 kilos a sus espaldas.

Tenían que repetir la subida hasta 10 o 12 veces diarias, lo que unido a la debilidad propia de sus condiciones de vida, provocaba la muerte de muchos de ellos.


La escalera de la muerte

El punto más elevado de la cantera es el llamado "muro de los paracaidistas", donde los soldados nazis tiraban varios internos, y hacían apuestas a ver cual de ellos caería antes sobre las duras rocas de granito.


Parte alta del muro de los paracaidistas

Me decidí a bajar la escalera, en parte quería ver como se veía aquello desde la parte más baja de la cantera, y sobretodo para ponerme en el lugar de los pobres internos que tenían que subir esa escalera.


Acceso a la escalera

La primera zona está bastante desgastada, muchas de las piedras del suelo están levantadas y suponen un serio peligro de tropezar. 

A los pocos metros comienza la escalera propiamente dicha, tendrá unos 4 o 5 metros en la zona más ancha. 

Cerca del final tiene unos tramos muy empinados, que complican el descenso, y en ese momento no quiero ni pensar en el ascenso.


Detalle de la escalera

Llegué al final de la escalera, y me encontré en una amplia zona donde se extraian las rocas de granito. 

Además hay un pequeño lago y varias placas de recuerdo a las víctimas. 

Desde allí el muro de los paracaidistas se veía enormemente alto y amenazador, con rocas afiladas en su arista.


Muro de los paracaidistas y la cantera

La cantera

De vuelta hacia arriba

Decido comenzar el ascenso. 

La primera parte es muy empinada, lo que supone realizar bastante esfuerzo. 

Poco a poco el desnivel va disminuyendo, de igual forma que el cansancio aumenta.

Llegado el ultimo tramo, y ya jadeante me encuentro a Andrea, que vino en mi búsqueda.

Por fin, con esfuerzo, conseguimos coronar los 186 escalones de la escalera de la muerte.

La verdad es que si ya de por si cuesta bastante subirlos en nuestro estado, con una temperatura normal, no quiero ni pensar como sería subir esa escalera con un bloque de piedra de 20 kilos a la espalda, mal alimentados y con temperaturas bajo 0.

Después de realizar este pequeño homenaje a las víctimas nos dirigimos a la salida principal del complejo.

Antes de volver al coche, no pude evitar girarme, y en un último vistazo a la entrada del campo, imaginarme la famosa foto de la liberación de Mauthausen. Allí cientos de españoles prisioneros por tener ideas políticas diferentes al poder dominante, enarbolaron una enorme pancarta que rezaba; "Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras"

Momento de la liberación de Mauthausen


Salida de Mauthausen

Devolvimos la audioguía y pusimos rumbo de vuelta al coche.

La visita a KF Mauthausen fue más dura que en Polonia a KF Stutthof, pero creo que este lugar es algo que no puede perderse en el olvido.

Por eso recomiendo a todo el mundo que pueda, se acerque para ser consciente de las barbaridades que acontecieron en ese lugar, y de ese modo se consiga evitar que se repita.

Berchtesgaden y nido del águila

De vuelta a nuestro coche decidimos hacer un pequeño cambio en el itinerario.

La idea inicial era ir a Hallstatt después de Mathausen, pero viendo que se nos había hecho un poco tarde, preferimos ir primero al único sitio que tenía horario de cierre: el Kehlsteinhaus o Nido del águila.

Así que pusimos rumbo a Alemania, ya que el pueblo de Berchtesgaden pertenece a Alemania, aunque por izquierda y derecha es territorio austriaco. 


Llegamos por la autopista hasta Salzburgo, y luego de unos pocos  kilómetros llegamos a las cercanías de Berchtesgaden. 

Unos 5 kilómetros antes de llegar al pueblo hay un desvio a la derecha que nos indica la dirección correcta hacia al Kehlsteinhaus. Esta es una estrecha carretera de montaña con unos desniveles bastante pronunciados.

A los pocos kilómetros nos encontramos en la zona de aparcamiento y táquillas. Como en todos lados hay que sacar un ticket de un parquímetro para poder dejar allí el coche.

El nido del águila es una casa tipo chalet que se encuentra situado en la cima de la montaña Kehlstein a 1834 metros de altura. 

Se trata de un regalo del partido nazi a Adolf Hitler con motivo de su 50 cumpleaños.

Para llegar a él hay que recorrer unos 6,5 km por una estrecha carretera de montaña. 
Esa carretera actualmente está cerrada al tráfico privado, y solo la transitan autobuses lanzadera que salen desde el parking principal.


Parada de autobuses e inicio de la carretera hacia el nido

Los últimos 124 metros de desnivel son salvados por un ascensor que discurre por el interior de la montaña, y al que se accede por un túnel de unos 60 metros escavado en el granito de la montaña.

Su principal uso debía ser el de las recepciones diplomáticas, y el de servir como retiro a Hitler.

Pero este solo subió allí en contadas ocasiones, ya que al parecer la altura le provocaba vértigo, y el ascensor claustrofobia.

Bajamos unas escaleras y a la izquierda está la taquilla. El precio es de 12€ por persona.

Cogimos el billete del autobús y a eso de las 15:15h nos pusimos en marcha rumbo al nido del águila. 

El trayecto en bus es de unos 15 - 20 minutos y las vistas desde la carretera son espectaculares.


Vista durante la subida

Nada más llegar, lo primero que hay que hacer una vez te bajas del autobús, es pasar por la taquilla de arriba para comunicar la hora a la que se quiere bajar. 

Nosotros elegimos para bajar el autobús de las 17:00h, que era el último disponible.


Entrada al tunel y el nido del águila arriba

Nos encaminamos entonces a la entrada del túnel. 

Este tiene unos 4 metros de ancho y unos 60 metros de profundidad. Al final del túnel se gira a la derecha y hay una pequeña estancia circular con la puerta de acceso al ascensor.


Tunel dirección al ascensor

Esperamos un par de minutos y se abrió la puerta del ascensor. 

Este tiene forma circular, y está recubierto por bronce pulido y espejos venecianos. 

Entramos unas 20 personas en su interior, y el ascensorista accionó el botón de subida. 

Suavemente recorrimos el trayecto por el interior de la montaña, hasta que la puerta se abrió y pudimos salir al exterior.


Interior del ascensor

Estábamos dentro del nido del águila.


Restaurante en el interior del nido

El edificio en la actualidad es un restaurante de comida típica bávara. 

Nosotros giramos a la izquierda para acceder a la terraza. 

En el lateral hay varias mesas del restaurante, y en la parte posterior además de las mesas hay un pequeño kiosko de recuerdos. 

En las mesas como siempre había grupos de alemanes dando buena cuenta de sus enormes jarras de cerveza


Salzburgo desde el nido del águila

La vista desde allí simplemente espectacular. 

El día acompañaba, ya que el cielo estaba completamente despejado y eso permitía ver una panorámica preciosa. 

Entre otras cosas se distinguía perfectamente la ciudad de Salzburgo, que se encuentra a 35km del nido.

Subimos unos metros por el sendero que se abre tras el kiosko de la parte posterior de la casa, y pudimos contemplar el edificio del nido del águila en todo su esplendor.


El nido del águila

Los alpes nevados

En la parte más alta hay una cruz, y un mirador donde nos indica todos los elementos de la panorámica que tenemos delante.


Vista desde el mirador del nido del águila

En el lado derecho se puede ver el lago Konigssee (a 15 km), y unas vistas magníficas de las cumbres alpinas de más de 2000m. de altitud. 

En la parte final del camino comienzan varios senderos que se adentran más en las escarpadas montañas que rodean al nido del águila.


Los alpes con el lago Konigsee al fondo

La cruz que corona la montaña

Lago Konigssee

Nos sentamos en un banco que tenían en la parte más alta, para disfrutar tranquilamente del paisaje.

Poco a poco se acercaba la hora de salida del bus, así que bajamos de vuelta al restaurante y esperamos la llegada del ascensor.


Puerta del ascensor


Carretera de bajada con nieve en la cuneta

Autobuses preparados para descender.

De vuelta al bus, en poco más de 15 minutos estábamos de nuevo en el coche.

La visita es muy recomendable si se tiene la suerte de contar con un día despejado.  

Es algo caro subir, pero bajamos muy satisfechos.

Lago Konigssee

De vuelta a nuestro Mercedes nos dirigimos a ver el lago Konigssee, a unos 15km de Berchtesgaden.

Llegamos a un enorme parking (de pago como todos) dentro del pequeño pueblecito de Schonau am Koningssee. Del parking sale una calle repleta de tiendas de recuerdos y restaurantes.


Entrada al Konigssee

Curiosamente había una zona con un telescopio que indicaba la situación del nido del águila 


El nido del águila desde el Konigssee

Por fin llegamos al embarcadero principal del lago.
La vista es bonita, aunque desde esa zona parece que este sea mucho más pequeño de lo que realmente es.

El lago Konigssee es de origen glaciar, y tiene una apariencia similar a la de un fiordo. 

Su longitud es de más de 5km, y con una profundidad máxima de 190 metros, es uno de los lagos más profundos de Alemania.

Hay varias empresas que ofrecen viajes en barcas eléctricas, pero a esas horas ya estaba cerrado.


Lago Konigssee desde el embarcadero

Nos dirigimos a la derecha, bordeando el embarcadero, para buscar la zona donde se puede disfrutar de la vista panorámica más famosa. 

Esta es el Malerwinkel (esquina del pintor), que nos ofrece una vista impresionante. 

Se tardan unos 10 minutos andando, y de camnio nos encontramos con un hotel - restaurante con el mismo nombre.


El lago Konigssee desde el Malerwinkel

Casa típica bávara

Montañas junto al lago

De vuelta al coche compramos unas piedras de sal típicas de la zona en una de las múltiples tiendas de souvenirs que hay en el camino.

Hallstatt

Nuestro siguiente destino se encontraba de nuevo en Austria. Se trata de Hallstatt. Este es un pequeño pueblo a orillas del lago Hallstätter See . 

Se considera a Hallstatt uno de los pueblos más bonitos del mundo situado a orillas de un lago.

A pesar de distar de Konigssee 90km, tardamos cerca de 2 horas en llegar, ya que la carretera era muy sinuosa y no se podía ir más rápido.

Desgraciadamente llegamos a Hallstatt ya siendo noche cerrada, a eso de las 19:45h

El pueblo es muy bonito, aunque está muy poco iluminado, lo que evita poder disfrutarlo mejor de noche.


Hallstatt de noche

Recorrimos la calle principal hasta la Markplatz, y en ese recorrido no vimos prácticamente a nadie.
Llama mucho la atención ver un lugar tan turístico prácticamente desértico a las 20:00h.

Decidimos entonces terminar nuestra serie de visitas del día y nos pusimos de camino a Salzburgo.

Llegamos sobre las 21:30h al Amedia Hotel Salzburg.

Buscamos un sitio cerca del hotel para cenar, y encontramos un típico restaurante austriaco a unos 5 minutos andando.


Tras una buena cena, nos retiramos a nuestra habitación para un merecido descanso.


Este es nuestro recorrido del día:



  

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