Amanecimos algo más temprano de lo habitual porque ese día teníamos pensado recorrer 2 ciudades cerca de Kyoto. Para ello teníamos que ir en bus a la estación de Kyoto y allí coger un tren.
Nos tomamos uno de los cafés aguados del Lawson y nos subimos en el autobús 206 para llegar en unos 15 minutos a la estación de Kyoto.
Ese día ya con menos agobio de maletas pudimos apreciar la espectacular estructura de la estación.
Por dentro es gigante, con una zona inmensa de restaurantes, una zona dedicada exclusivamente al shinkansen y frente a ella una explanada donde paraban multitud de lineas de autobús.
Es posible que no pegue mucho su imagen futurista con la tradicional Kyoto, pero bien es cierto que resulta impresionante y muy funcional.
Estación de Kyoto
Estación de Kyoto
Frente a la zona de parada de autobuses se encuentra la torre de Kyoto, que es una torre de comunicaciones de 131 metros con la forma de un cohete espacial.
Torre de Kyoto
Nos adentramos en la estación y buscamos el anden del tren que nos lleva, en unos 40 minutos, al primer destino del día: Nara
Camino de Nara
Nara fue en el s. VIII capital de Japón, y gracias a eso guarda un enorme patrimonio cultural.
Salimos de la estación de Kintetsu-nara y nos dirigimos a la zona de los templos.
La gran parte de templos importantes se encuentran en el interior del parque de Nara.
A parte de los magníficos templos que podemos visitar. la atracción turística más famosa de Nara son sus ciervos sika que deambulan con absoluta libertad por todos lados.
Llegamos a la primera parada de nuestra visita a Nara, tras unos 15 minutos de camino desde la estación.
Plaza de la estación de Nara
Estación de Nara
Calle de Nara
Estanque junto al parque de Nara
Escalera de acceso al templo
El primer templo que visitamos fue el templo budista Kōfuku-ji. Este templo fue fundado en el año 710 y llegó a tener 175 edificios.
Actualmente quedan en pie una magnífica pagoda de 5 pisos construida en 1.426, el salon principal (Tokondo Hall) de 1.415 y otra pagoda de 3 pisos de 1.143.
Fue el templo de la familia Fujiwara y estaba protegido por un ejército de monjes guerreros.
Pagamos 300Y para entrar al Tokondo Hall, que es una estancia circular donde se pueden ver unas hermosas figuras de Buda.
Tokondo hall
Pagoda
Tokondo hall
Buda
Edificio del Kōfuku-ji
Edificio del Kōfuku-ji
Vista general del Kōfuku-ji
Tras una rápida visita al Kōfuku-ji, ya que poco más había que ver que el Tokondo Hall, nos dirigimos al plato fuerte del día: el templo Tōdai-ji.
Para llegar al Tōdai-ji hay que adentrarse dentro de parque de Nara y comenzar a sortear a los cientos de ciervos sika que viven allí en absoluta libertad, y que son típicos de Japón y la imagen de Nara
.
Están por todas partes y se acercan a la gente para ver si tienen o no comida. Estrategicamente ubicados por todo el parque hay pequeños puestos donde te venden una especie de galletas preparadas especialmente para los ciervos.
Junto a esos puestos hay auténticas manadas de ciervos que acosan a los intrépidos compradores de las bolsas de galletas.
Ciervos de Nara
Ciervo de Nara
Ciervo de Nara
Museo nacional de Nara
Ciervo de Nara
Guardia de trafico
Calle de acceso al templo
Ciervo de Nara
Ciervos de Nara en remojo
Ciervos de Nara atacando a un pobre transeunte
El camino de acceso al templo está rodeado de puestos de comida y de souvenirs. En estos últimos el producto estrella era un peluche de un ciervo que costaba 2.000Y.
Por fin llegamos a la entrada del Tōdai-ji, uno de los templos más importantes de Japón.
Primera puerta de acceso
Segunda puerta de acceso
El edificio principal se llama Daibutsu-den, y se trata del edificio de madera más grande del mundo, con unas dimensiones de 56 × 50 × 50 metros.
Templo Tödai-ji
Templo Tödai-ji
Templo Tödai-ji
Para acceder a él hay que atravesar la enorme puerta Nandaimon y pagar 500Y.
En el interior del Daibutsu-den se encuentra una de las estatuas de Buda más grandes del mundo realizadas en bronce.
El gran Buda o Daibutsu se finalizó en el año 751, mide unos 16 metros de alto, y fue fundido con 437 toneladas de bronce y 130 kilos de oro.
Nada más entrar al Daibutsu-den nos impresiona la imponente figura del gran Buda con otras dos enormes figuras a cada lado.
Gran Buda
Figura junto al Buda
El gran Buda
Figura junto al Buda
Figura junto al Buda
El interior del templo es muy animado, y destaca sobretodo una de las columnas de madera que tiene un agujero del tamaño del orificio de la nariz del Buda. Según la tradición, el que pase a través de este agujero alcanzará la iluminación, por lo que niños y adultos no paran de intentarlo.
Los niños suelen pasar sin problemas, pero los adultos se ven en momentos de serios apuros para cruzar al otro lado.
Agujero en la columna
Hombre con dificultades para cruzar el agujero
Agujero de la columna
El gran buda y otra figura junto al Buda
Tras ver la divertida escena de un chico que casi se queda atrapado en medio del agujero, dimos la vuelta al templo para salir nuevamente por la puerta que hay frente al gran Buda.
Abandonamos el Tōdai-ji para volver a adentrarnos en el parque y dirigirnos al tercer y último templo que íbamos a visitar en Nara: el Kasuga Taisha.
Estanque frente al templo
Estanque frente al templo
Ciervo en remojo
Ciervos de Nara
Ciervo de Nara
El Kasuga Taisha se encuentra a unos 15 minutos andando del Tōdai-ji atravesando el parque, y sorteando a los ciervos.
Entrada al Kasuga Taisha
Barriles de Sake
El templo fue construido para la deidad protectora de la ciudad de Nara y fue también patrocinada por la familia Fujiwara.
Ha sido reconstruido aproximadamente cada 20 años debido a los múltiples percances que ha sufrido.
Acceso al templo
Fuente con forma de ciervo
Paseo de acceso al templo
Para visitar su interior hay que pagar los habituales 500Y.
Al principio dudamos si merecería la pena visitar su interior , pero finalmente decidimos entrar y la verdad es que merece la pena sobretodo por la cantidad de farolillos colgantes que hay.
Todos ellos regalo de los señores feudales de la zona.
Especialmente bonita es la sala que se encuentra totalmente a oscuras y que está únicamente iluminada por una sucesión de farolillos.
Edificio principal del templo
Entrada al edificio principal
Lámparas de bronce
Lámparas de bronce
Habitación iluminada por lámparas de bronce
Al salir vimos que se estaba celebrando un funeral en el templo, llamándonos mucho la atención la solemnidad y la indumentaria de todos los asistentes.
Zona del templo
Lámparas de bronce
Lámparas de bronce
Salida del templo
Tras esta visita pusimos punto y final a nuestro recorrido por Nara, caminando de vuelta a la estación de Kintetsu-nara.
Torii natural
Ciervo de Nara agazapado tras un árbol
Cartel que advierte de los conocimientos en artes marciales que tienen los ciervos
Casa palaciega
Calle principal de Nara
Allí cogimos el tren hasta Tsuruhashi Station, y de ahí el metro hasta Morinomiya Station. En unos 40 minutos estábamos en pleno centro de Osaka.
Tren destino Osaka
Panel informativo del tren
Osaka es la tercera ciudad más poblada de Japón con más de 2 millones y medio de habitantes, y tiene uno de los puertos y zonas financieras más importantes del país.
En esta visita express decidimos comenzar visitando el castillo de la ciudad.
Osaka
Castillo de Osaka
Parque del castillo
Foso del castillo
Para visitar el castillo lo primero que hay que hacer es recorrer un extenso parque que rodea el recinto del castillo. Llegamos a la entrada y desde ahí pudimos ver una magnífica panorámica del castillo.
Cápsula del tiempo
Castillo de Osaka
Castillo de Osaka
Esperamos una pequeña cola y empezamos la subida hacia la puerta principal.
El castillo se comenzó a construir en 1.583, y su última restauración data de 1.997.
Fue construido en dos plataformas de terreno, con murallas creadas a base de piedras cortadas, y está rodeado de un foso con agua de manera similar a los castillos europeos.
El castillo tiene cinco pisos interiores, y ocho pisos exteriores. Gracias a su remodelación se puede acceder a los pisos superiores gracias a unos ascensores.
Había bastante cola para los ascensores, así que decidimos que a valientes no nos ganaba nadie, y subimos andando.
En la planta superior hay un mirador exterior de 360 grados, que nos permite divisar todo el paisaje de Osaka.
La pena es que hay mucha gente en esa zona, lo que unido a un molesto viento, hace que la vista se disfrute de forma algo incómoda.
Vista desde lo más alto del castillo
Vista desde lo más alto del castillo
Vista desde lo más alto del castillo
Vista desde lo más alto del castillo
Desde allí destacaba en el skyline de Osaka el edificio Shin Umeda City y la noria que se encuentra en el 7 º piso del centro comercial HEP FIVE.
Gimnasio de Kendo Syudoukan desde lo más alto del castillo
Campo de béisbol desde lo más alto del castillo
Comenzamos el descenso y visitamos piso por piso el interior del castillo. En cada piso hay una exposición audiovisual con datos de la construcción del castillo
Los más interesantes son el 3º y el 4º que recopila objetos que se encontraban en el castillo. Allí podemos ver una espectacular pintura que representa una batalla, y dos armaduras completas de samurai.
Esculturas de oro
Recreación de una batalla
Cuadro de recreación de una batalla
Aprovechamos para comprar varias cosas típicas japonesas en su tienda y salimos al exterior.
Cañón defensivo
Ya que estaba anocheciendo pudimos hacer unas bonitas fotos con el cielo prácticamente rosa y compramos unos bento para comer algo.
Junto a la entrada al castillo había una pequeña feria organizada por Mitsubishi donde presentaban al público 2 nuevos modelos de la marca. Aprovechamos para conocer el nuevo deportivo nipón y caminamos hasta el metro de Tanimachiyonchome Station.
Nuevo Mitsubishi
Puesta de sol en Osaka
Castillo de Osaka al atardecer
De camino pasamos junto al gimnasio de Kendo Syudoukan, que es uno de los más importantes del país.
Curiosamente el metro de Osaka, que no es JR, es de los más complicados que nos encontramos, ya que en el plano que se situaba junto a las maquinas expendedoras de billetes, los nombres de las estaciones únicamente estaban en japonés.
En Tokio, Kyoto o Yokohama siempre estaba el nombre de las estaciones en alfabeto occidental, pero en Osaka no. Además el billete había que cogerlo en función del número de estaciones recorridas.
En la máquina se seleccionaba la cuantía del trayecto, no el trayecto en si, así que es difícil acertar.
Nosotros tras mirar 20 veces google maps sacamos un billete de 240Y, pero debe ser que nuestro japonés aun no es los suficientemente bueno, porque al salir tuvimos que pagar 60Y más porque nos habíamos quedado cortos.
Nos bajamos en la parada de Shiten-Nojimaeyuhigaoka Station. Desde allí bajamos una empinada calle para llegar en unos 15 minutos a Den den town.
Den den Town es el equivalente a Akihabara en Osaka. Dimos un paseo por allí y entramos en algunas tiendas la mar de pintorescas. Entre ellas destaca una dedicada exclusivamente a uno de los iconos de nuestra infancia: Mazinger Z.
En la que más tiempo pasamos fue en una dedicada a los hobbies, donde compramos unas cuantas maquetas realmente espectaculares a unos precios de risa.
Den den town
Den den town
Llegaron las 20:00 horas y todas las tiendas echaron el cierre, así que nos dirigimos a la zona con más animación de Osaka, el Dotonbori.
Esta es una calle que monopoliza la vida nocturna de Osaka. Allí se puede encontrar de todo, restaurantes, cines, teatros, karaokes, discotecas...
Había muchísima gente, y en todos los restaurantes con buena pinta había una cola considerable.
Dotonbori
Dotonbori
Dotonbori
Centro de besado de gatos
Restaurante especializado en pulpo
Restaurante especializado en gyozas
Centro de Osaka
El día había sido muy largo y estábamos bastante cansados, así que esa noche pecamos y en vez de esperar cola en algún restaurante, cenamos en el Mc donalds.
Eso si, las hamburguesas disponibles variaban en gran medida con las que podemos probar en Madrid.
Tras la cena bajamos a la estación de namba para coger el metro y posteriormente el tren de vuelta a Kyoto.
Estación de Kyoto
Llegamos a Kyoto sobre las 23:00 horas y desgraciadamente solo pudimos coger un metro que nos acercaba a unos 30 minutos andando del apartamento. Como el día había sido bastante duro decidimos que nuestros maltrechos pies no se merecían eso, y cogimos un taxi hasta Mototanaka.