martes, 27 de septiembre de 2016

ETAPA 1: NUEVA YORK

ETAPA 1: NUEVA YORK

Muchos meses previos de preparación, muchas reuniones, muchas ilusiones puestas para presentarnos por fin en el aeropuerto de Madrid-Barajas e iniciar allí una gran aventura, que nos iba a llevar por primera vez para casi todos a cruzar el charco.

Sin saber muy bien como, nos habíamos puesto de acuerdo 5 grandes amigos para realizar uno de los viajes de nuestra vida.

¡¡¡Íbamos a recorrer durante 14 días la Costa Este de los Estados Unidos!!!

Presentamos nuestra documentación, y comenzamos la aventura con un pequeño aperitivo en forma de vuelo, que suponía realizar la ruta Madrid-Lisboa. Después de una hora de viaje, y de recorrer en autobús todo el aeropuerto Lisboeta por fin llegamos a la puerta de embarque del vuelo que nos iba a llevar a Nueva York.

El vuelo de TAP nos trasladó desde la capital portuguesa al aeropuerto JFK de Nueva York en unas 7 horas.


Nuestro avión
Comiendo mientras jugamos al golf virtual

Interior del avión

Cruzando el charco

Coche de policía de Nueva York

Una vez en el JFK recogimos sin problema las maletas y nos pusimos en contacto con la empresa con la que teníamos reservado el traslado desde el aeropuerto a nuestro apartamento. En el mismo aeropuerto hay teléfonos gratuitos para comunicar con estas compañías.
Quedamos con nuestro chofer en la terminal 2 del JFK, y para ello tuvimos que desplazarnos en el airtrain que comunica las 8 terminales de esta gigantesco aeropuerto.


Llegamos a NYC

Tras una pequeña confusión apareció por fin nuestro asiatico chofer con una van de 7 plazas donde pudimos colocar perfectamente nuestras maletas emprender el viaje a nuestro apartamento.

Todos los apartamentos del viaje los reservamos a través de la web Airbnb, y salvo en Boston, cabe decir que nos encontramos muy satisfechos con la calidad de los alojamientos.

Nuestro destino se encontraba en Unión City en el estado de Nueva Jersey.
Para llegar allí tuvimos que atravesar Manhattan y sufrir por primera vez sus tremendos atascos y los peajes de sus túneles.
Eso sí pasamos por primera vez justo al lado del Empire State Building, y solo por eso el trayecto ya había merecido la pena.


Empire State Building

LLegamos sobre las 10:30 de la noche a nuestro apartamento de Union City, y allí nos estaba esperando el empleado del dueño.Este nos dio las llaves y nos indicó todos los detalles del apartamento.

El alojamiento estaba genial, con 2 plantas y 5 camas, un sitio genial para pasar los siguientes 7 días.

A escasas 3 calles del apartamento nuestro recepcionista nos recomendó un diner que abría 24 horas  al día, de la cadena Four Star. Estos diner están abiertos todo el día y son una buena opción para comer o cenar a deshoras. Además tiene toda la estética americana, para empezar el viaje con algo muy típico.



Four Star diner

Cominos unos sandwiches y nos retiramos a descansar, ya que había sido un día muy largo y necesitábamos estar al 100% para el día siguiente.

DÍA 1

Con las pilas cargadas y un buen madrugón gracias al jet lag, comenzamos nuestro primer día completo en Nueva York.

Desayunamos en un bar-restaurante colombiano un café bastante decente y una dona, y buscamos nuestro medio de transporte para Manhattan.

Al encontrarnos alojados en Nueva Jersey, para acceder a Manhattan teníamos que utilizar un transporte interesatal, ya que Manhattan pertenece al estado de Nueva York.

La zona de Unión City no tiene metro, por lo que nuestra única alternativa era cruzar en autobús.
Para ello teníamos 2 opciones. Por un lado los autobuses tradicionales que nos dejaban en la estación de Port Authority, y por otro unos autobuses privados que van parando prácticamente donde quieras y que también enlazan con la estación de Port Authority.


Autobús escolar desde el apartamento

Ese día y los sucesivos optamos por los autobuses privados, que por 3$ nos llevarían a Nueva York.
Los llamados "van" eran casi siempre conducidos por latinoamericanos y nos amenizaban el trayecto con los últimos "exitos" del electrolatino.


"Autobús" que nos lleva a manhattan

Para llegar a Manhattan hay que atravesar el túnel Lincoln de 2,4 km que discurre bajo el río Hudson. 
Este tunel tiene un peaje a la entrada que provoca que siempre haya retenciones en esa zona. 
Este primer día tardamos unos 30 minutos en llegar desde Union City al cruce de la calle 42 con la octava avenida en pleno corazón de Manhattan.

Que decir de ese momento. Sin duda uno de los momentos más fascinantes del viaje. 
Pusimos el pie en Manhattan por primera vez y nos quedamos asombrados por todo el despliegue de luz, sonido y movimiento que nos encontramos en esa zona.

Hay teatros, restaurantes, tiendas, muchísima gente paseando o de camino al trabajo, y presidiéndolo todo enormes rascacielos que evitan que se filtre la luz del sol.


Manhattan

En escasos 5 minutos llegamos a una de las intersecciones más famosas del mundo: Times Square.
Se trata de la intersección que forman la avenida Broadway y la Octava avenida.

Recibe su nombre de la antigua ubicación en ese lugar del periódico New York Times, y ahora se ha convertido en una de las zonas más icónicas de Nueva York.


Times Square
Times Square

Times Square

Edificio del New York Times
La bola de fin de año

Manhattan

Manhattan

Manhattan

Manhattan

Tienda de los NY Yankees

Manhattan

La plaza es en gran parte peatonal y allí se ubican multitud de pantallas en alta definición que proyectan constantemente anuncios que llegan a abrumar de la cantidad de luz que se desprende.

En la parte más cerrada de la plaza se encuentran las famosas escaleras desde las que se puede contemplar todo el espectáculo visual que ofrece Times Square.
En el lado opuesto de las escaleras está la bola brillante que en nochevieja anuncia que comienza un nuevo año a la multitud presente en la plaza.

Tras una breve sesión de fotos cogimos por primera vez el metro para dirigirnos al sur, ya que teníamos reservado el tour gratuito por el bajo Manhattan.
Al ser la primera vez que utilizábamos el suburbano, tuvimos que comprar la tarjeta metrocard.
Por 32$ pudimos utilizar el metro de forma ilimitada durante 7 días.


Estación de Times Square

El metro tiene muchas características que sorprenden inmediatamente a cualquier viajero.

Una de ellas es que hay trenes "local" y trenes "express".
Los primeros paran en totas y cada una de las paradas de la linea, mientras que los segundos solo paran en unas determinadas. Muchas veces pasan los dos por el mismo andén, o uno enfrente del otro, por lo que hay que tener muy claro en que parada nos queremos bajar.

La frecuencia de los trenes es muy buena, pasando un tren cada 4 o 5 minutos. Ademas los convoy son larguísimos, por lo que no se generan grandes aglomeraciones en el interior.

Pero el metro tiene también su parte mejorable.

Los andenes son muy viejos con zonas estrechas llenas de columnas y sin aire acondicionado. Eso provoca que en el anden haya temperaturas muy altas. Existe un gran contraste cuando llega el tren y entramos al vagón. Dentro hay 15 Cº así que se pasa del calor asfixiante del anden al frescor del vagón.


Metro de NY

Estación de Wall Street

Nos bajamos en la parada de Wall Street y buscamos el camino hacia el museo nacional de los indios americanos. 
Allí comenzaba el tour gratuito que teníamos reservado.

Al salir del metro tuvimos unos momentos de confusión porque el wifi de alquiler de repente perdió toda su cobertura, por lo que tuvimos que buscar nuestro destino a la manera tradicional: preguntando a la gente.


Museo Nacional de los Indios Americanos

Comenzamos el tour con nuestro guía y nos empezó a contar la historia de esta maravillosa ciudad.

Frente al museo nacional de los indios americanos se encuentra el famoso parque Bowling Green que recuerda una de las principales sublevaciones frente a los ingleses que se produjo con anterioridad a la independencia de los USA.

En la parte norte del parque vemos uno de los símbolos de la ciudad de Nueva York, el Charging Bull o Toro de Wall Street.
Es una escultura de bronce de 3.200kg que representa a un toro a punto de embestir. Simboliza el optimismo, la agresividad y la prosperidad financiera, algo que ha convertido al toro en el símbolo del distrito financiero de Nueva York.


Toro de Wall Street

Un nutrido grupo de turistas hacen cola para fotografiarse frente al toro, y otro aun mayor para hacerlo acariciando los genitales del toro, ya que se considera que da buena suerte.

Nuestro guia casi no nos dejó acercarnos y nos fuimos corriendo hasta Battery Park.

Este parque del extremo sur de Manhattan recibe su nombre por la colocación de baterías defensivas durante las ocupaciones holandesa e inglesa. 
En el centro del parque se encuentra el Castillo Clinton que es un fuerte defensivo finalizado en 1.811 y que hoy en día se utiliza para actos culturales y conciertos.


Bowling Green

Bowling Green

Castillo Clinton

Si dirigimos nuestra mirada hacia la desembocadura del río Hudson podemos ver el monumento más representativo de la ciudad. 

La Estatua de la Libertad.

Desde esa zona se ve muy en la lejanía, pero pronto la veremos más cerca.


Río Hudson y Estatua de la Libertad

Vista de la Estatua de la Libertad

Después de llegar corriendo al parque y de una charla de 20 minutos sobre los colonos holandeses, rodeamos Battery Park para volver al distrito financiero.


Bandera de Nueva York

Battery Park

Águila imperial americana

Plano de la antigua Nueva Amsterdam

Una vez más corriendo llegamos frente a la coqueta iglesia de Nuestra Señora del Rosario y aguantamos otros 20 minutos de peripecias de ingleses y holandeses en Nueva York.


Iglesia de Nuestra Señora del Rosario

El guía nos indicó un restaurante-bar-cafetería para hacer un descanso, y en ese momento decidimos que habíamos tenido suficiente con esa parte del tour, y el resto íbamos a seguirlo por nuestra cuenta.

El guía salía literalmente corriendo de un sitio a otro y en vez de contar curiosidades sobre los edificios y las zonas que visitábamos, se dedicaba a contar acontecimientos históricos de holandeses e ingleses. Alguno de ellos podía ser interesante, pero estando en la capital del mundo, se espera algo más que eso.

Así que por primera vez abandonamos a la mitad un tour de Sandeman y continuamos por nuestra cuenta.

Como el restaurante-bar-cafetería que nos recomendó el guía nos parecía un abuso en cuanto a precio, decidimos buscar un food truck para nuestra primera comida neoyorkina.

Junto al Bowling Green encontramos uno bastante interesante, y comimos unos platos de arroz con pollo y especias muy buenos, y bastante bien de precio.
Para integrarnos, nos sentamos como tantos otros neoyorkinos en las escaleras del museo nacional de los indios americanos a degustar ese plato que a esas horas ya nos supo a gloria.

Lo primero que hicimos fue acercarnos a ver de cerca el toro de Wall Street, ya que anteriormente lo habíamos visto a 50 metros. Nos hicimos un par de fotos y cruzamos para llegar a Broad Street.

Curiosamente cualquier persona asocia la bolsa de Nueva York con Wall Street, pero realmente la entrada principal de la bolsa, donde se encuentra la gran bandera de Estados Unidos, se encuentra en la calle Broad Street.

La bolsa de Nueva York es el mayor mercado de valores del mundo, cuenta con un volumen anual de transacciones de 21 mil millones de dólares.


Bolsa de Nueva York

Bolsa de Nueva York

Nos hicimos unas fotos frente a la entrada y continuamos por Broad Street hasta el Federal Hall.

El Federal Hall fue el primer capitolio de los Estados Unidos , siendo el lugar de la investidura de George Washington en 1.789. Frente al edificio vemos una imponente escultura del propio George Washington, primer presidente de Estados Unidos.


Federal Hall

Estatua de George Washington

Desratizadores

Justo al lado del Federal Hall se encuentra en el 40 de Wall Street el edificio Trump.
Este edificio propiedad del actual presidente Donald Trump, se convirtió en 1.930 en el más alto del mundo con sus 283 metros de altura. 

Este imponente edificio de oficinas ha sufrido impactos de aviones y fue sede de importantes compañías.




Edificio Trump

Al lado opuesto del federal hall podemos ver uno de los famosos contrastes de Manhattan. 
Entre grandes rascacielos aparece de repente la figura de la Iglesia de la Trinidad. Esta iglesia finalizada en 1.846 esta realizada en estilo neogótico, y en el momento de su inauguración era el edificio más alto de Nueva York con sus 87 metros de altura.



Iglesia de la trinidad

Iglesia de la trinidad
Edificios de Wall Street

Lo que en su momento servía como faro para los inmigrantes que llegaban a la ciudad, hoy en día queda empequeñecido por la multitud de rascacielos que la rodean.


De vuelta a Broad Street continuamos dirección norte para pasar junto al edificio de la Reserva Federal de Estados Unidos

Desde ahí se implementa toda la política monetaria de Estados Unidos. 
En la cámara acorazada se guardan 5.000 toneladas de oro en lingotes.




Edificio de la Reserva Federal De USA

Giramos a la izquierda por Fulton street para llegar de nuevo a Broadway y ver la pequeña capilla de Sant Paul, que data de 1.764 y es el edificio religioso más antiguo de Manhattan.



Capilla de Sant Paul

En la acera de Broadway podemos ver diferentes desfiles que se han celebrado en esta calle a lo largo de la historia. 



Inscripciones en Broadway

Ambulancia neoyorquina

Frente a la capilla se encuentra el City Hall Park, o parque del Ayuntamiento de Nueva York.


En mitad del parque podemos ver una bonita fuente, y frente a ella el protegido edificio del City Hall neoyorkino. El edificio es la casa consitorial más antigua de Estados Unidos, siendo utilizado para las mismas funciones desde 1.812. 

Actualmente ocupa la alcaldía el demócrata Bill de Blasio.

Plaza del ayuntamiento

Ayuntamiento de Nueva York

City Park Hall

Junto al parque del Ayuntamiento en plena Avenida Broadway vemos unos de los primeros rascacielos de Manhattan, el edificio Woolworth

Se construyó en 1.913 y con sus 241 metros de altura, fue el edificio más alto del mundo desde su construcción hasta 1.930. Incluso hoy mismo resulta imponente su figura, con el admirable aliciente de llevar más de 100 años en pie.



Edificio Woolworth


Típicas escaleras de incendio


Contraste de edificios

El día avanzaba y ya llevábamos unas cuantas horas pateando la gran manzana, así que decidimos tomar un descanso en un sport bar que vimos junto al edificio Woolworth. 

En ese momento eran las 20:45 en España, lo que significa "horario champions". Así que pedimos a los amables camareros si podíamos ver el PSV- Atletico de Madrid, y así fue. 

Por lo que a 5.000 km de casa pudimos ver como el atleti ganaba su primer partido de champions.

Tras comprobar que la cerveza en USA es carísima (8$ más propina cada una), llegamos a la zona del World Trade Center. Allí vimos sobre nosotros el gran coloso que sustituye a las malogradas torres gemelas: el One World Trade Center


Se trata del edificio más alto del hemisferio occidental, y el sexto más alto del mundo, con sus 541 metros de altura. 

Se ve desde gran parte de la isla de Manhattan, y desde su parte baja resulta espectacular.

Nuestra intención era subir al mirador situado a 417 metros de altura, pero entre la cola que había y nuestras dudas sobre si se podía subir con la city pass, preferimos dejar la subida para otro día.




One World Trade Center



One World Trade Center

Junto a la entrada del rascacielos se encuentran 2 piscinas con forma cuadrada, que se ubican en el lugar en el que se encontraban las torres gemelas.

Es sobrecogedor ver los nombres de los 2.753 fallecidos el fatídico 11 de septiembre de 2.001 grabados en un memorial que rodea el perímetro de las piscinas. 

Es posiblemente el lugar de Nueva York donde más policías encontramos, vigilando que nadie se apoye o pueda dañar el memorial.


Memorial de las torres gemelas

Memorial de las torres gemelas

Memorial de las torres gemelas

Estación World Trade Center

Justo enfrente se encuentra el nuevo intercambiador del World Trade Center diseñado por el arquitecto español Santiago Calatrava.
La verdad es que su estética como en tantas otras ocasiones no pega nada con su entorno.

Tras ver ambas piscinas recorrimos la West Street hasta el South Cove Park
Este parque tiene un bonito paseo a orillas del río Hudson, que utilizan muchos neoyorquinos para practicar el running.


Avenida de Manhattan

Edificios de Manhattan

El río Hudson

Vista de Nueva Jersey

Pasamos junto al museo del holocausto judio y llegamos a Battery Park, nuevamente. 

Allí vimos the Sphere, que es una estructura metálica que simboliza la paz mundial a través del libre comercio.Su ubicación original era la plaza que se encontraba entre las torres gemelas. tras el colapso de las torres, toneladas de escombros cayeron sobre la esfera, y las autoridades de Nueva York decidieron rescatarla y reubicarla en Battery park sin repararla para que sirva de homenaje a las víctimas del 11S.

Junto a ella hay una escultura memorial de la guerra de Corea



The Sphere


Memorial de la guerra de Corea

Museo del holocausto judío

Atravesamos el Battery Park y llegamos a la terminal del ferry gratuito que conecta Manhattan con Staten Island. Este ferry tiene la peculiaridad de que pasa muy cerca de la estatua de la libertad y de Ellis island, sin hacer parada en ellas.

Estación del ferry

Cruzamos las puertas tras esperar unos 10 minutos y subimos al ferry.
Buscamos asiento en la cubierta superior derecha para tener la mejor vista posible, y en unos 10 minutos pasamos cerca del gran símbolo neoyorquino: la estatua de la libertad.



Subiendo al ferry

Vista de Manhattan

La Estatua de la Libertad fue un regalo de los franceses a los estadounidenses en 1.886 para conmemorar el centenario de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y como un signo de amistad entre las dos naciones. la estatua mide 46 metros alto, a lo que hay que sumar otros 46 metros de pedestal.

La estatua es unos de los símbolos de Estados Unidos, y representa la libertad y la emancipación con respecto a la opresión. Además era el primer símbolo americano que se encontraban los inmigrantes que llegaban a Estados Unidos para intentar conseguir una vida mejor.



Estatua de la libertad

Junto a Liberty Island podemos ver Ellis Island

Esta no es ni mucho menos tan glamurosa como su vecina. Allí se encontraba la principal aduana del pais. Por allí pasaron más de 12 millones de inmigrantes que fueron examinados legal y médicamente. 
Muchos de ellos no superaron las pruebas y tuvieron que regresar al barco que les había traído a Nueva York.


Ellis Island

Nuestro barco llegó a la estación portuaria de Staten Island y desembarcamos.



Staten island

En vez de volver en el siguiente barco, decidimos permanecer un rato en Staten Island, por lo que dimos un pequeño paseo por allí. 

Junto a la estación del ferry había un campo de béisbol, y para allá que fuimos. 
Se trata del Richmond County Bank Ballpark, donde disputan sus partidos el equipo de las ligas menores Staten Island Yankees.


Campo de beisbol

Pero sin duda lo mejor fue sentarnos en un banco frente al Hudson y poder ver todo el skyline de Manhattan frente a nosotros.


Manhattan desde Staten Island

Poco a poco iba anocheciendo, por lo que decidimos volver al ferry y aprovechar para ver iluminados los rascacielos y la propia estatua de la libertad.
Sin duda, por las vistas merecía la pena el paseo en barco.



Estación del ferry

Interior de la estación

Estatua de la libertad

Ferry y Manhattan

Estatua de la libertad

Manhattan desde el ferry

Desembarcamos de nuevo en la isla de Manhattan y cogimos el metro para dirigirnos a otro de los distritos de la ciudad de Nueva York: Brooklyn.

No subimos en el metro en South ferry station y cruzamos por debajo del East River para bajarnos en Court Street., ya en pleno Brooklin.

Caminamos unos 10 minutos siempre con dirección al río y llegamos a la calle Middagh. Esta es una de las típicas calles con sus casas precedidas de escalera. Una zona realmente acogedora, y que a pesar de ser ya noche cerrada, no denotaba ninguna inseguridad.

Al final de la calle y tras pasar junto a un parque infantil llegamos al Fruit Street Sitting Area. Esta es una especie de balconada llena de bancos en fila, desde la que puede disfrutar del espectacular skyline de Manhattan.



Manhattan desde Brooklyn

Tras descansar un poco nuestras ya maltrechas piernas, y una larga sesión fotográfica, levamos anclas y nos dispusimos a recorrer uno de los puentes más famosos del mundo: el Puente de Brooklyn.

Para llegar al puente caminamos unos 10 minutos de vuelta por la calle Middagh y giramos a la derecha para encontrar las escaleras que suben a la plataforma peatonal del puente.



Cruzando el puente de Brooklyn

Cruzando el puente de brooklyn

Cruzando el puente de Brooklyn

El puente de Brooklyn es otro de los iconos de Nueva York. Fue inmortalizado en numerosas películas, series e ilustraciones. Woody Allen abre todas sus películas localizadas en Nueva York con él, y gracias al puente pudimos capturar a Godzilla.

El Puente de Brooklyn se inauguro en 1.883, y con sus 1.825 metros de largo era el puente colgante más largo del mundo.

El puente consta de 3 plataformas diferentes. A cada lado están las plataformas para el tráfico rodado, y en el medio la plataforma peatonal con un carril bici.


Dada la antigüedad del puente, no todos los vehículos pueden recorrerlo, teniendo que buscar una alternativa los vehículos más grandes y pesados.

En la plataforma peatonal hay que andar con bastante ojo, ya que en varias zonas se estrecha considerablemente, y las bicicletas pasan a gran velocidad junto a los peatones.


La vista desde lo más alto del puente es espectacular. A un lado toda la zona de sur de Manhattan, con el One World Trade Center destacando, y al otro la zona norte con el Empire State y el edificio Chrysler. Además a escasos metros también cruza el East River el Manhattan Bridge, con su plataforma para el metro.

Recorrimos el puente de extremos a extremo, y justo cuando llegábamos de nuevo a Manhattan vimos una enorme comitiva policial que cortaba la carretera que bordea el East River . Alguien muy importante se desplazaba en uno de los coches que estaba siendo escoltados.

Con las piernas bastante cansadas cogimos el metro por última vez ese día. Lo cogimos en Chambers Street y nos bajamos en la parada de Port Autority con la 42.




Edificio Chrysler

Cerca de allí degustamos nuestra primera hamburguesa americana en el Dallas BBQ, siendo a la postre una de las mejores hamburguesas que comimos en USA.

Tras una cena típica americana, caminamos hasta la estación de Port Autorithy para buscar un autobús que nos llevara de vuelta a New Jersey. 

Ese día, al igual que el resto de días que estuvimos en Nueva York, cogimos el bus 123 que nos dejaba en la Av Palisade de Union City a escasos metros de nuestro apartamento. 

El trayecto en bus bajo el Lincoln Tunnel duraba unos 15 minutos y nos salía por 3,20$.

TOTAL ANDADO EL PRIMER DÍA EN NUEVA YORK: 25,04 KM (según la app S.Health)

DÍA 2

Comenzaba el segundo día completo en la gran manzana, y empezaba pronto "gracias" al jet lag.
Sobre las 7 de la mañana ya estábamos todos en pie, y empezamos a planificar el día.

Comenzamos desayunando nuevamente en el restaurante colombiano junto al apartamento, y cogimos el van que nos llevaría a Manhattan. 

Afortunadamente este día había mucho menos tráfico para cruzar el túnel Lincoln. por lo que en unos 15 minutos estábamos en la calle 42.



Edificio de manhattan

Publicidad de fútbol americano

Estación Port Authority

Entrada al metro

Fuimos directamente al metro para coger las lineas amarillas hasta la parada de Union Square.

Al salir a la superficie nos encontramos un animado mercadillo que ocupaba prácticamente toda la plaza.



Union Square

Mercadillo de Union Square

Salimos de Union Square por el norte siguiendo Broadway para conectar con la quinta avenida a la altura de uno de los edificios más conocidos de Manhattan: el Edificio Flatiron.

El Edificio Flatiron se inauguró en 1.902 y mide 87 metros de alto. LLama sobretodo la atención su forma triangular tan característica. Tal es así que recibe su nombre de un tipo de planchas de la época.



Edificio Flatiron


Edificio Flatiron

Cruzamos la plaza para empezar a caminar por la quinta avenida.
Esta es la calle más famosa e importante de Nueva York. Comienza en la plaza Washington
a la altura de la calle 8, y finaliza en Harlem, a la altura de la calle 142. 
Además a partir de esta avenida se dividen las calles en este y oeste, siendo por ejemplo la E 42 St o W42 St si se está al este o al oeste de la quinta avenida.

A lo largo de la quinta avenida encontramos muchos de los edificios más emblemáticos de la gran manzana, como el ya mencionado edificio Flatiron, el Empire State, Rockefeller Center, o incluso la Catedral de San Patricio.



La Quinta Avenida


Edificio de la Quinta Avenida

Porcelanosa en la Quinta Avenida

En nuestro camino de este día vimos algunos de ellos, siendo completada la visita 2 días después junto con Central Park.

Avanzamos dirección norte para encontrarnos el edificio más icónico de Nueva York: El Empire State Building.




Empire State Building

El Empire State se inauguró en el año 1.931 y con sus 443 metros fue el edificio más alto del mundo durante más de 40 años. 

Tras la destrucción del World Trade Center fue de nuevo el edificio más alto de Nueva York, hasta que el moderno One World Trade Center lo superó.

Entramos al vestíbulo Art Decó del Empire State y fuimos pasando por diversas salas donde se incluyen paneles informativos sobre el edificio y la eficiencia energética que se ha conseguido en él.


Para poder subir teníamos la tarjeta City Pass, que nos permitía disfrutar de 3 atracciones neoyorquinas, entre las que se encontraba el Empire State. Nos hicimos la foto de rigor antes de llegar a los ascensores.



Entrada al Empire State Building

Ascensores


Hall principal


Plano del Empire State Building

King Kong

Afortunadamente no había casi nada de cola, y enseguida estábamos subiendo hasta el piso 80.
Allí hay una enorme tienda de recuerdos y ventanas desde las que ya se aprecia la altuna en la que nos encontramos.


Nos ofrecieron subir lo últimos 6 pisos por las escaleras, y 3 valientes optaron por ello. 

Yo preferí no maltratar más las piernas y esperamos 10 minutillos para subir en el ascensor.

En el piso 86 está el famoso mirador del Empire State. Desde allí se puede disfrutar de una magnífica panorámica de Manhattan. El resto de edificios parecen minúsculos desde la mole en que nos encontramos. dada la cantidad de rascacielos, es hasta complicado ver la calle y el tráfico rodado.

Dimos una vuelta de 360º para disfrutar de la totalidad de las vistas disponibles y bajamos al piso 80, esta vez si, todos por las escaleras.



Manhattan desde el Empire State Building

Manhattan desde el Empire State Building

Manhattan desde el Empire State Building

Manhattan desde el Empire State Building

Manhattan desde el Empire State Building

Manhattan desde el Empire State Building


Antena superior del Empire State Building

Es una experiencia que hay que vivir, el subir al que es probablemente el rascacielos más famoso del mundo.


Bajando las escaleras del Empire State Building


Escaleras del Empire State Building

Una vez de vuelta en la quinta avenida, continuamos avanzando en dirección norte.

La siguiente parada que hicimos fue en la Biblioteca Pública de Nueva York. Esta es una de las bibliotecas más importantes del mundo, con más de 3 millones de ejemplares en su interior. 


Además es famosa por aparecer en películas como Cazafantasmas o El Día de Mañana.


Biblioteca pública de Nueva York

Biblioteca pública de Nueva York

Sala de lectura

Desgraciadamente la sala principal de lectura estaba en proceso de restauración por lo que nos limitamos a dar un paseo por sus salas antes de volver al bullicio de la quinta avenida.


Interior de la biblioteca

Llegamos a la calle 42, y en vez de continuar por la quinta avenida hacia el norte, giramos a la derecha.

En el cruce con Park Avenue se encuentra una de las estaciones de ferrocarril más famosas. la Grand Central.



Grand Central Station

Es curioso que una estación de ferrocarril sea un monumento, pero esto es lo que pasa con la Grand Central. 
Su construcción data de 1.903 y consta de 67 andenes entre ferrocarril y metro.
El hall principal es una gran joya. 

Tiene un gran mapa mundi pintado en el techo azul, y los sus famosos paneles de información antiguos.
Coronando este hall principal hay un enorme apple store, donde se podía ver y probar todos los productos de apple.



Gran Central Station

Grand Central Station

Grand Central Station

Grand Central Station

Salimos de la estación para encontrarnos frente a otro de los edificios más emblemáticos de Nueva York: el edificio Chrysler

Este precioso edificio art decó tiene una altura de 319 metros, lo que le convirtió en el edificio más alto del mundo durante 11 meses, hasta que lo supero el Empire State. 
Aun hoy es el edificio más alto realizado en ladrillo. Destacan en su parte superior las águilas desde las que Spiderman vigila la ciudad de Nueva York por las noches.



Edificio Chrysler

Si continuamos por la calle 42 hasta el East River, podemos ver el edificio sede de las Naciones Unidas.

Nosotros hicimos un alto en el camino para comer. Comimos unos platos de pasta a precio de oro en la sandwicherie de la calle 42.

Con el estómago lleno y las piernas más descansadas, volvimos a Grand Central para coger el metro hacia el norte. Nuestro destino es el Bronx, y más en concreto el Yankee Stadium

Cruzamos en unos 20 minutos los 13 km que separan la calle 42 de la 161. Y allí empezamos a ver el ambiente previo del partido que iban a disputar los New York Yankees y Los Angeles Dodgers, al cual íbamos a asistir.

El actual Yankee Stadium se inauguró en 2.009 y tiene capacidad para 54.000 espectadores. 


Allí disputan sus partidos los New York Yankees, que es, con 27, la franquicia con más títulos ganados de todas las ligas deportivas profesionales americanas. 
También juegan en el Yankee Stadium el equipo de fútbol de la MLS New York City FC, donde juegan entre otros David Villa , Andrea Pirlo o Frank Lampard.


Yankee Stadium

El metro que lleva el nombre del estadio es una linea en superficie, que discurre por unos raíles situados a unos 10 metros de altura sobre el nivel de la calle.


Vías del metro

Vías del metro

Nada más salir del metro vimos un nutrido grupo de vendedores ambulantes que ofrecen merchandising, agua, entradas... 
Muy similar a lo que podría ser un partido de fútbol aquí en España.


Entrada al estadio

Nosotros no llevábamos ningún identificativo del equipo local, por lo que tras una ardua negociación conseguimos comprar 5 gorras de los Yankees a 8$ la unidad.

Satisfechos por sentirnos parte de la multitudinaria afición Yankee, nos dirigimos a la puerta de entrada del estadio. 


Conseguimos encontrarla tras preguntar un par de veces, y pasamos el control de acceso no sin dificultad. El problema es que las entradas las teníamos de forma digital en el móvil, y la cobertura de internet en el Bronx no es la mejor de Nueva York.



Hard Rock dentro del estadio

Por fin dentro recibimos como obsequio una camiseta gris de los Yankees que perfectamente me podría servir de camisón, ya que era una XL americana, sin posibilidad de elegir talla.


Interior del Yankee Stadium

De camino hacia nuestra localidad pasamos por el museo de los NY Yankees, donde pudimos ver los 27 trofeos de las series mundiales que posee la franquicia, así como uniformes, bates y pelotas que se han utilizado en la centenaria historia del equipo.



Anillo de campeòn de la MLB


Trofeos de campeón de las Series Mundiales

Maqueta del Yankee Stadium

Alcanzamos por fin nuestra localidad y empezamos a disfrutar del espectáculo que supone un partido de la liga profesional de béisbol. No es que tuviéramos mucha idea del juego, pero aun así el espectáculo merece la pena. 

Para empezar tanto música, megafonía, pantallas gigantes, amenizan el partido en todo momento. pudimos vivir la interpretación del himno estadounidense, las alineaciones con la música de Star Wars, la kiss cam, e incluso una petición de matrimonio en directo.


Presentación de los equipos

Momento del partido

Momento del partido

Y como colofón cuando empezábamos a entender un poco en que consistía el juego... se puso a diluviar.


Fuerte lluvia sobre el estadio

Tapando el diamante por la lluvia

Afortunadamente nuestras localidades estaban cerca de las techadas, así que retrasándonos unas filas pudimos evitar mojarnos. nuestra sorpresa fue que suspendieron el partido y pusieron una enorme lona sobre el diamante al más puro estilo Wimbledon.

Se pudo reanudar el choque a los 10 minutos, pero una entrada después la tromba de agua obligó a volver a suspender. Tras media hora esperando, y amenizado por la pantalla gigante, decidimos que eso no se reanudaba y nos fuimos.

Es curioso ver como en la zona baja de las gradas, donde no se ve el campo, hay multitud de bares y restaurantes de comida de todo tipo. 
Allí hay televisiones que emiten el partido en directo y así muchos de los aficionados pueden estar sentados en la barra dentro del campo viendo el partido por la televisión. 
Incluso en los cuartos de baño se escuchaba el audio de la retransmisión para nos perderse nada.

Abandonamos el estadio y cruzamos de nuevo el río Harlem para volver a Manhattan.

Nos bajamos en la parada Brooklin Bridge - City Hall y paseamos unos minutos hasta Chinatown

Curiosamente en esa zona no llovía, por lo que pudimos pasear cómodamente.



Rascacielos

De camino vimos muchos edificios gubernamentales, entre ellos la corte suprema de justicia de Nueva York.


Edificios federales

Edificios federales


Edificios federales


Edificios federales

En la zona de predominio chino nos encontramos todo tipo de restaurantes asiáticos, así como multitud de tiendas de souvenirs a buen precio. 

Si quieres imanes, tazas, gorras, camisetas... donde mejor precio vas a encontrar es en Chinatown. 

La pega es que los vendedores son muy pesados, pero pesados hasta para dejar de comprar por su insistencia.

Aun así cubrimos gran parte de nuestras necesidades de souvenirs y nos fuimos a cenar.


Como alguno era reticente a la comida asiática que se veía por todos lados, acabamos comiendo por primera vez en un Mc Donalds americano.

Con el estómago llevo volvimos al metro para la que iba a ser la última visita del día.
Cogimos el metro en Canal Street y nos bajamos en la calle 34 con Herald Square.

Allí pretendíamos hacer doblete y subir por segunda vez al Empire State Boulding. Pero esta vez queríamos ver la ciudad iluminada de noche.



Empire State Building

Entramos al majestuoso rascacielos y tras pasar los controles y hacernos la foto, nos dijeron que nuestra tarjeta City Pass de 3 atracciones no servía para subir 2 veces al Empire State. En la web habíamos visto que la city pass era válida para las 2 subidas, pero no caímos en que la de 3 atracciones únicamente permitía una subida.

Un poco chafados salimos a la quinta avenida y repitiendo el camino realizado por la mañana, llegamos a la calle 42. Esta vez giramos a la derecha para acercarnos a uno de los grandes atractivos de Nueva York: Times Square de noche.

No hace falta farolas, ya que las enormes pantallas iluminan la calle como si fuera de día.




Times Square

Times Square

Una parte de la plaza es peatonal, mientras que por otra sigue discurriendo el tráfico. 

En la parte sur está el edificio donde todas las nocheviejas baja la gran cola de cristal para dar la bienvenida al año nuevo, y justo enfrente una oficina de reclutamiento del ejercito de USA.


Policia en Times Square

En la zona norte están las famosas escaleras donde la gente se sienta para contemplar el espectáculo que supone la plaza. 

Nosotros pasamos un rato allí y tras disfrutar del espectáculo pusimos rumbo de vuelta a Unión City en nuestro autobús 123.

TOTAL ANDADO EL SEGUNDO DÍA EN NUEVA YORK: 20,76 KM (según la app S.Health)

DÍA 3

Este fue el día del gran madrugón. 

Habíamos contratado la excursión de contrastes que nos llevaría por los barrios más representativos de Nueva York. 

Teníamos que estar a las 8:10 am en la puerta del hotel Row, a 2 calles de Times Square. Eso suponía levantarnos sobre las 6 para asearnos y cruzar con tiempo el tunel Lincoln. 

Afortunadamente a esas horas el volumen de tráfico no era muy elevado, y nos presentamos junto al hotel Row antes de las 7:30 am. 
Aprovechamos para desayunar y prepararnos para el intenso tour que teníamos por delante.

El tour de contrastes lo reservamos con la empresa Interviajes, y desde mi punto de vista es algo imprescindible para conocer Nueva York.

Nos subimos en el autobús, donde ya había unas 40 o 50 personas y emprendimos la marcha.

Nuestro guía Martín nos iba a trasladar durante casi 5 horas por los barrios más importantes de Nueva York.

Además de la propia información sobre los lugares que íbamos a visitar, Martín nos iba dando muchos consejos y curiosidades sobre Nueva York.

Entre las cosas que más nos llamó la atención fueron, que las farmacias en la gran manzana no son iguales a lo que podemos esperar en España, allí son supermercados donde venden de todo y además incluyen un pequeño mostrador donde venden medicinas. Como muchas abren 24 horas, se puede ir a comprar cualquier cosa que se necesite en cualquier momento.

Otra cosa curiosa es la explicación sobre el famoso humo que sale de las alcantarillas de la ciudad. En realizad se trata de vapor de agua. 
Este vapor se produce en unas fabricas de las afueras de la ciudad, que calientan el agua del Hudson o del East River, y canalizan el vapor para llevarlo a las casas neoyorquinas. Gracias a este vapor, se proporciona calefacción y agua caliente a casas y oficinas. 
Cuando hay una fuga de vapor se pone una llamativa chimenea sobre la alcantarilla para evitar que los peatones se quemen con la temperatura del vapor de agua.

Otra curiosidad es que en todos los comercios de la ciudad, a los que podríamos añadir metro y autobús, la temperatura es de 15ªC. Esto se hace porque un estudio ha revelado que a esa temperatura los virus no se transmiten de persona a persona, por lo que para evitar ser contagiados tenemos que pasar frío en verano cada vez que entramos a una tienda.

La ruta del tour de contrastes pasa primero por el centro de Manhattan (Times Square, 8ª avenida), para ir subiendo dirección norte hacia nuestra primera parada en el barrio de Harlem, justo al norte de Central Park.

Harlem es un barrio típicamente afroamericano. 


A partir de los años 20 del pasado siglo se empezaron a asentar familias de afroamericanos en esa zona, en viviendas pagadas por el estado o de renta mínima. 

Actualmente el barrio ha cambiado mucho, y a pesar de mantener la prominencia de afroamericanos, se ha convertido en una zona donde las casas pueden superar el millón de dólares, y viven gente muy conocida.

Bajamos del bus para recorrer una manzana de Harlem y ver de cerca uno de los famosos autobuses escolares americanos. 

Justo al lado había un colegio que parecía mas una cárcel que un centro educativo.



Casa de Harlem

Bus escolar

De vuelta al bus, cruzamos el río Harlem, que comunica el East River con el Hudson y convierte Manhattan en una isla.


Cruzando el río Harlem

Harlem

Colegio

LLegamos al Bronx. En este distrito conviven un millón y medio de personas, predominantemente de raza negra o latinos. 
Nosotros ya estábamos familiarizados con él gracias al día anterior, pero aun así no deja de sorprender.

Paramos junto al Yankee Stadium para una breve parada, y continuamos para las zonas más conflictivas del Bronx.


Yankee Stadium

Zona deportiva junto al estadio

Zona deportiva junto al estadio



Realmente llama la atención que en muchas esquinas haya un chico parado de pie como si esperara el autobús. 

Realmente está vigilando el límite territorial de la banda a la que pertenece.

En muchas de las casas hay una placa blanca que advierte que allí está terminando de cumplir su condena un convicto.


Casa con placa de recluso

Junto a todo esto pudimos ver la pobreza en su mayor expresión, con unas enormes filas de personas esperando para recibir comida en los comedores sociales.

Pasamos junto a la comisaría número 42 del Bronx, que es la comisaría de la película Fort Apache, ambientada en este barrio neoyorquino.


Comisaría de Fort Apache

Hall de justicia del Bronx

La siguiente parara del bus fue junto al famoso graffiti del Bronx, y allí estuvimos unos minutos haciéndonos fotos. 

Esa parte del barrio está llena de graffitis, siendo este con la palabra Bronx el más famoso.


El Bronx

Grafitti del Bronx

Grafitti del Bronx

De camino en el bus vimos otros graffitis famosos como el del pequeño Jonathan que murió por una bala perdida en un tiroteo entre bandas, o del rapero Big Pun.


Grafitti de Big Pum

Tiendas del Bronx
Edificio del Bronx

Continuamos el recorrido por el Bronx para finalmente abandonar el barrio y cruzar por el R. Fitgerald Kennedy Bridge hasta el distrito de Queens.


El Bronx

El primer contacto con Queens fue una zona de espectaculares mansiones. 

El contraste con el barrio que habíamos dejado hace escasos minutos es brutal. A esa zona de Queens no llega ni el metro, por lo que todos los desplazamientos tienen que ser en vehículo privado.

No pudimos hacer ninguna parada porque sus calles son privadas. Eso significa que no se puede bajar en ninguna zona sin el consentimiento de los propietarios.



Peaje

Campos de golf de Donald Trump

Puente Robert Kennedy

Mansión de Queens

Mansión de Queens

Calle de Queens

Mansión de Queens

Continuamos el recorrido para llegar al Flashing Meadows - Corona Park


Este es el segundo parque público más grande de Nueva York, tras Central Park, e incluye varias atracciones turísticas y deportivas.

En este enorme parque se han celebrado 2 exposiciones universales, en los años 1.939 y 1.964.

De la primera exposición, se mantiene el edificio que hoy alberga el museo de arte de Queens, y que en su momento fue el pabellón de Nueva York, y la primera sede de las Naciones Unidas.

De la expo del 64 permanecen los símbolos más representativos del parque. 


Uno es el pabellón de Nueva York con sus torres de observación con forma de platillo volante que pudimos ver en le película Men in Black. 

Y otro es la Unisphere, que es un espectacular globo terráqueo realizado en acero, con 42 metros de altura.


Platillos volantes

Unisphere

Frente a la esfera se levanta uno de los recintos deportivos conocidos mundialmente: el USTA Billie Jean King National Tennis Center. 

En este enorme recinto se celebra todos los años el US Open de tenis. 
El complejo tenístico lo forman 33 pistas, entre las que está la Artur Ash, que es la pista de tenis más grande del mundo con sus 22.000 asientos. 
Este año como novedad, esta enorme pista estrena un techo retráctil que se usa en los días de lluvia.
En nuestra visita pudimos ver toda la parafernalia del US Open aun montada, ya que el torneo había finalizado el domingo anterior a nuestra llegada.


Pista Artur Ash

Pista Artur Ash

Entrada al recinto

Entrada al recinto

Detalle de la pista

Pistas exteriores

Hall of fame

Caminos entre las pistas

Hall of fame

Coches usados en el US Open

Al otro lado del complejo tenístico se encuentra otro de los grandes estadios de la ciudad: el Citi Field.

Este estadio inaugurado en 2.009 tiene capacidad para 42.000 espectadores y es el hogar de los New York Mets de las grandes ligas de béisbol.


City Field

Tras el paseo por el parque volvimos al autobús para continuar nuestro tour de contrastes.

El bus tomó la avenida Roosvelt y se internó en el barrio de Jackson Hights, o lo que se podría llamar la pequeña latinoamérica.


Todas las tiendas, y todos los restaurantes eran latinos. Incluso ll
egamos a ver algún sitio gallego y andaluz .


Nuestro guía paró junto a un restaurante colombiano llamado cositas ricas. Allí nos comimos unos insípidos perritos servidos por una camarera muy antipática.


La gata golosa

El toro bravo

Jackson Hights

De camino a nuestro siguiente destino vimos uno de los grandes contrastes que nos ofrece el viaje. 
Este se produce en la interesatatal 278, donde podemos ver el enorme cementerio del calvario con el skyline de Manhattan al fondo. 
Es brutal el contraste del camposanto donde descansan más de 6 millones de fallecidos, con la ciudad que nunca duerme donde deambulan casi 10 millones de personas todos los días.


Cementerio del Calvario

Cementerio del Calvario

En poco más de 10 minutos llegamos a la última parada del tour, pero no por ello la menos interesante, ya que nos dio que hablar durante mucho tiempo.

La parada fue en el distrito de Brooklyn, en el barrio de Williamsburg. Allí viven miles de Judios Ultraortodoxos de la rama Hasidi. 


Estas personas tienen unas costumbres y un estilo de vida que choca mucho con lo que estamos acostumbrados.

Por un lado llama la atención su aspecto. 
Los hombres no se afeitan la barba y se dejan 2 tirabuzones desde sus patillas que simbolizan su sabiduría y posición social. Llevan sombrero de ala ancha y una especie de casaca negra.

Las mujeres suelen llevar el pelo rapado cubierto por una peluca, y vestido o falda por debajo de las rodillas. Todas las mujeres que vimos iban con un carrito con uno o varios hijos.


Las mujeres se rapan el pelo cuando se casan, que suele ser a los 13 o 14 años, previo acuerdo entre los padres de los contrayentes.

Además de sus atuendos llaman mucho la atención su comportamiento, ya que al ser ultraortodoxos no se les permite tener internet, ni siquiera televisión. 
Los niños tienen que aprenderse textos de la Torah que luego recitarán y comentarán con su padre.

El pastor podrá imponer castigos a los miembros de su comunidad, entre los que están esconder sus tirabuzones, o incluso cortárselos, en función del pecado cometido.

Los móviles que usan son los típicos de concha sin cámara ni datos, y solo pueden usarlo los hombres para cuestiones de trabajo.

En sabat no pueden hacer ningún tipo de actividad, entre las que está no utilizar nada eléctrico por ellos mismos. Las familias pudientes contratan a personal no tan ortodoxo para que hagan tareas por ellos, como puede ser desde cocinar hasta encender una luz. 
Incluso los ascensores están programados para parar en todas las paradas el sábado, y así no tener que presionar ningún botón.

Todo esto nos lo fue contando nuestro guía, y pudimos comprobar, además de los atuendos, el comportamiento de algunos chicos jóvenes con los que nos cruzábamos. 
Al haber chicas europeas en el grupo de contrastes, para ellos ya suponían pensamientos impuros, así que vimos a uno sacar el movil como si hablara para disimular, o a otro que se tapaba los ojos con sus tirabuzones.


Judios ortodoxos

Tienda típica

Realmente teníamos la sensación de estar en una especie de zoo humano, que imagino no hará mucha gracia a este colectivo, pero es que sus costumbres y forma de vida nos resultan realmente curiosas.

Para terminar el tour, volvimos a Manhattan por el puente de Manhattan, y el autobús nos dejó en Chinatown junto a la calle Mott. 

En esta calle hay restaurantes tradicionales chinos que tienen su género vivo, y lo matan y trocean en directo para sus comensales. 
No llegamos a ver tal "espectáculo", pero los comercios y restaurantes parecía que nos trasladaran a China.


Chinatown

Mott Street

Puesto de comida

Giramos por la calle Mulberry para entrar en Little Italy. 

Pasamos de estar en el centro de Pekin, para entrar en el centro de Napoles. 

Las calles de Little Italy estaban cortadas, porque esos días se celebraba la festividad de San Genaro. 
Con motivo de la celebración habían sacado numerosas terrazas y puestos a la calle. Aprovechando que era hora de comer entramos en un restaurante italiano y dimos buena cuenta de unas pizzas.


Little Italy

Little Italy

Tras reponer fuerzas decidimos hacer algo realmente alternativo que no va a aparecer en ninguna guía de viaje de Nueva York.

Caminamos unos 15 minutos hasta el metro de Spring Street, y de ahí la linea azul hasta la parada de la calle 18.

Andamos unos 10 minutos desde el metro en dirección al Hudson para llegar al complejo polideportivo Chelsea Piers.



Chelsea Piers

Chelsea Piers

Chelsea Piers es un espectacular complejo deportivo ubicado en uno de los antiguos muelles del río Hudson. 

Allí se puede practicar todo tipo de deportes, desde deportes nauticos como vela o piragüismo, pasando por gimnasia artística, fútbol, baloncesto, fútbol americano, voley playa, boxeo, patinaje... Además cuenta con un enorme gimnasio y un pub con bolera.


Campo de futbol

Pero como muchas de esas cosas se pueden hacer también en Madrid, decidimos probar un deporte típico americano, el béisbol. para ello hay en Chelsea Pier unas jaulas de bateo, donde podemos ver que tal se nos da emular a Mark McGwire o a Barry Bonds con el bate.

Para nuestro fastidio nos dijeron que hasta las 6 de la tarde no quedaba ninguna jaula de bateo libre, por lo que tuvimos que hacer tiempo hasta esa hora. Y "ya que estábamos allí" (frase repetida hasta la extenuación en el viaje), decidimos practicar otro deporte en el que eramos absolutos neófitos: el golf.

Todos habíamos jugado al minigolf, pero quitando algún escarceo, no habíamos golpeado fuerte una bola en un campo de prácticas. 

En Chelsea Pier había un club de golf con una calle de 200 yardas para golpear bolas y entrenar nuestro drive.



Campo de golf

Alquilamos la opción de golpear 90 bolas por 29$. por lo que cada uno teníamos 18 intentos.

Agarramos nuestro driver, subimos al primer piso y comenzó el espectáculo.

Es más difícil de lo que parece, y en los primeros intentos nos costó mucho golpear las bolas que salían desde un tee eléctrico del suelo.

Tras muchas risas y mejorando nuestra técnica poco a poco, se nos acabaron las 90 bolas.

Cuando terminamos de emular a Tiger Woods, nos tomamos un refrigerio en el pub de la bolera y acudimos prestos a nuestra cita con el bate.

Nos dijeron que la única jaula disponible era la de alta velocidad, pero como nosotros somos unos tíos valientes decidimos ir de todas maneras.



Jaula de bateo

Al precio de 2,75$ por 10 lanzamientos, conseguimos saber como se siente un bateador en el home plate.

Escogimos la velocidad más lenta disponible y gracias a eso conseguimos conectar casi todos los batazos como verdaderos profesionales del béisbol. Al principio te conformas con darle, pero poco a poco intentas darle distancia al bateo. 
Incluso a mi me aconsejaron como buen novato como coger el bate, lo que mejoró sustancialmente el resultado.
Cuando ya pensábamos en hacer home runs, se nos acabó el cupo de lanzamientos y tuvimos que abandonar la jaula. Fue una gran experiencia para los 5.

Salimos de Chelsea Pier y recorrimos un par de calles hasta que encontramos las escaleras que nos subirían al High Line. Este es un parque elevado de unos 2 km, que se sitúa sobre una antigua linea de ferrocarril neoyorquino que nunca llegó a ser inaugurada.



Subida al High Line

Se inauguró en 2.014 y se ha convertido en un paseo muy visitado por neoyorquinos y turistas. 
Es muy habitual encontrarse gente tomando el sol en el césped o en las sillas y tumbonas que encontramos por todo el parque.
Nosotros lo recorrimos hasta su final en la calle Gansevourt, y de allí caminamos de vuelta al metro de la calle 14 para dirigirnos al sur, hasta Fulton St.



La calle desde el High Line

Empire State


Smart - Maceta

High Line

High Line bajo un edificio

Atardecer en Nueva Jersey

La calle desde el High Line

Vista desde el High Line

High Line bajo un edificio

Llegó el momento de dar rienda suelta a nuestro espíritu consumista, y entramos en los grandes almacenes Century 21
Allí se encuentra ropa, zapatos y complementos de todas las marcas a precios mucho más bajos que en España. No es un outlet, sino que ofrece ropa de temporada a precio más bajo.


Century 21

Tras dejarnos unos cuantos dólares, caminamos hasta el fulton center donde comimos en la hamburguesería Shake Shack. Las hamburguesas estaban buenas, pero tampoco nada del otro mundo. 
El concepto es parecido al TGB que hay en España.

Shake Shack
One World Trade Center iluminado

Como el madrugón había sido importante, llegó el momento de recogernos, y para ello fuimos de nuevo al metro hasta Port Autority, y de allí el autobús 123 hasta nuestro apartamento en Union City.

TOTAL ANDADO EL TERCER DÍA EN NUEVA YORK: 21,45 KM (según la app S.Health)

DÍA 4

Un buen descanso nos dejó como nuevos, y con muchas ganas de continuar recorriendo la gran manzana.

Desayunamos en un dunkin donuts cerca del apartamento, y cruzamos el tunel Lincoln para volver de nuevo a Manhattan.

Esta vez no cogimos el metro, sino que tiramos de nuestras (en ese momento), descansadas piernas, y recorrimos la calle 42 hasta la quinta avenida para retomarla desde el punto en que la dejamos 2 días antes.

Times Square

De camino por la 42 atravesamos Bryan Park, que es un pequeño oasis verde situado entre enormes rascacielos, que sirve como lugar de descanso y desconexión para los neoyorquinos.
Allí había gente jugando al ping pong, al ajedrez, o simplemente sentados en las terrazas gratuitas leyendo el periódico.


Plano del Bryan Park

Bryan Park

Bryan Park

Bryan Park

Junto al parque vemos la bank of America Tower, que es el cuarto edificio más alto de Nueva York con sus 366 metros de altura. Se inauguró en 2.009 como un modelo sostenible de rascacielos, actualmente está pasando a ser capital de un grupo chino de inversión.

Bank of America Tower

Pasamos por la puerta del enorme zara de la 42 y giramos a la izquierda hacia la quinta avenida.

La primera parada fue a la altura de la calle 45 en el NBA store.
Allí un aficionado a la liga americana de baloncesto puede encontrar cualquier tipo de objeto relacionado con las franquicias que militan en ella.


NBA Store
Cuadro de Magic y Jordan

Cuadro de Bird y Jordan

Camisetas históricas

Eso si los precios son bastante prohibitivos, por lo que solo nos dedicamos a mirar como buenos turistas.


Quinta Avenida

Avanzamos por la quinta avenida viendo tiendas cada vez mas glamurosas hasta que llegamos a la zona del Rockefeller Center.

Este es un complejo de 19 edificios que rodean la Rockefeller plaza.

Se concibió por John D. Rockefeller como una ciudad dentro de la gran ciudad, construyendo oficinas, residencias y centros de ocio.

Hoy es famoso el Rockefeller Center por ser el lugar donde se instala todos los años la pista de hielo y el enorme árbol de navidad.

Además destacan las estatuas doradas de la plaza y la del titan atlas que se encuentra en la quinta avenida.


Rockefeller Center

Inscripción del Rockefeller Center
Rockefeller Center
Rascacielos

Dragón de Lego
Estatua de Atlas

Frente a esta imponente muestra del capitalismo más voraz, se encuentra la catedral de San Patricio
Este es el templo católico más grande de norteamérica, se inauguró en 1.865 y está construida en estilo neogótico.

Catedral de San Patricio

El interior es bastante luminoso y tiene un baldaquino bastante bonito.

 
Interior de la catedral
Baldaquino

Dimos un paseo por su interior y salimos de nuevo a la quinta avenida.

A partir de ese punto las tiendas empezaban a tener nombres tan inaccesibles como Cartier, Versace, Armani, Dolce & Gabanna, Ralph Lauren... Salpicado con algún Zara y un H&M.


Ralph Lauren

Abercrombie

Uniqlo

Cartier
Cartier

Llegamos a la es posiblemente la joyería más famosa del mundo: Tiffany & Co
La joyería tiene 4 plantas y cuenta con una espectacular colección de joyas. Su fama se debe en gran parte a la película desayuno con diamantes de Audrey Hepburn.

Tiffany & Co

Interior de Tiffani & Co

Interior de Tiffani & Co

Solo uno de nosotros compró un detalle en Tiffany, y seguimos nuestro camino.

A nuestra derecha había un enorme Apple Store subterráneo con una increíble cola de futuros usuarios del iphone 7.


Cola en Apple Store

Apple Store

Justo al lado del Apple Store está la Trump Tower, donde se ubica la ostentosa residencia neoyorquina del presidente Donald Trump.


Trump Tower

Coche de lujo frente a la Trump Tower

En la acera de enfrente está uno de los hoteles más famosos del mundo, el Hotel Plaza de Nueva York.

Entramos al hall de este espectacular hotel de 5 estrellas gran lujo y vimos incluso rodar un vídeo clip en uno de sus salones.


Hotel Plaza
Bandera del Hotel Plaza

Interior del Hotel Plaza

Frente al plaza había varios comerciales ofreciéndonos la posibilidad de alquilar una bicicleta en Central Park. Este era nuestro objetivo, y tras dejarnos querer, conseguimos tras arduas negociaciones la oferta de 20$ por 3 horas de alquiler.

De camino a recoger las bicicletas oímos un gran alboroto, Resulta que eran los empleados de un hotel que estaban jugando al típico juego de golpear una diana para que una persona que está en una silla caiga a un tanque de agua.

Lo consiguieron dos veces mientras mirábamos.


Juego entre trabajadores de un hotel

Nos montamos en nuestras bicis y entramos en Central Park.

Es el gran pulmón de la ciudad, todo un oasis verde rodeado de rascacielos.

El parque tiene una vía circumbalatoria por la que se puede ir en bicicleta, de unos 10 km, y multitud de caminos interiores por los que supuestamente hay que ir andando, aunque eso poca gente lo cumplía.

El primer monumento que vimos a nuestra derecha fue la estatua de Balto. Este huskie siberiano se convirtió en un héroe nacional al liderar unos trineos que consiguieron atravesar zonas heladas y llevar medicamentos a una población aislada con una epidemia de difteria.


Estatua de Balto

Nos montamos en nuestras bicis y entramos en Central Park.

Continuamos unos metros para girar a la izquierda y llegar frente al símbolo del parque, la fuente de Bethesda.
Frente a la fuente hay una terraza que guarda en su interior una arcada muy decorada.

Tras la estatua que representa al ángel del agua, se encuentra "the lake" que es un lago donde podemos alquilar barcas de recreo.
El agua tenía un inquietante color fluorescente que hacía muy poco apetecible el baño.

Fuente de Bethesda

Fuente de Bethesda

Arcada frente a la fuente

The Lake

De vuelta intentamos dar de comer a unas ardillas, pero no se sintieron muy atraídas por los donuts que nos sobraron por la mañana, así que continuamos el camino.


Nuestras bicis

A la derecha dejamos el Museo Metropolitano de Nueva york, que contiene una de mas mejores colecciones de arte del mundo. En un próximo viaje será visita obligada.

Llegamos entonces junto al lago Reservoir, que es el más grande de todos los lagos artificiales de Central Park. Desde la orilla pudimos hacer unas magníficas fotos de la ciudad reflejada en el lago.

En esa zona hay un memorial dedicado a John Purroy Mitchel, que fue un destacado alcalde de Nueva York, y que curiosamente tenía ascendencia aragonesa.


Lago Reservoir

Memorial a John Purroy Mitchel alcalde de Nueva York

Lago Reservoir

Llegamos a la zona norte del parque y dejamos a nuestra derecha multitud de campos de béisbol, en los que siempre había gente jugando. Llegamos a contar más de 20 por todo el parque.

Llegado al punto más al norte del parque el camino hace una curva para continuar por el lado oeste.

Allí vimos la piscina Lasker Rink, que en invierno se convierte en una conocida pista de patinaje sobre hielo.


Piscina Lasker Rink

Camino de Central Park

Central Park

Lago de Central Park

Camino de Central Park

Vista del lago

Camino de Central Park

Mansión junto al parque

Continuamos el camino y pasamos junto al tenis center de Central Park, con sus 30 pistas.


Tenis center

Pasamos por la otra orilla del lago Reservoir y vimos desde lejos el castillo Belvedere. Este castillo de 1.865 está realizado en estilo victoriano, y es la sede del instituto meteorológico de Nueva York.




Castillo Belvedere


Estanque

A la izquierda dejamos el Museo de Historia Natural, al que volveríamos otro día, y llegamos a la altura de la calle 72 para salir del parque y buscar algo para comer.

Decidimos esta zona porque queríamos probar los perritos del famosos Gray´s Papaya.

Avanzamos 2 manzanas entre el denso tráfico neoyorquino y compramos un cargamento de perritos para llevar.


Gray's papaya

Con las bolsas humeantes y los refrescos nos dirigimos de vuelta a Central Park. Nos instalamos en la pradera Frisbee hill para degustar nuestros perritos calientes.

Sinceramente no es ni de lejos el mejor perrito caliente que he comido, aunque a esa hora entraba muy bien. 
Eso si, no creemos que haga honor a su fama.

Tras un breve descanso decidimos ir directamente a ver los monumentos que nos quedaban, ya que se acercaba la hora de devolver nuestras bicicletas.

La primera parada la hicimos en los Strawberry fields, allí se encuentra el memorial que recuerda al ex Beatle John Lennon que fue asesinado cerca de allí.

En el suelo hay un mosaico negro y blanco con la palabra "imagine" en su interior. En esa zona había un chico guitarra en mano, cantando canciones de Lennon.

A escasos metros de allí se encuentra el edificio Dakota, que era el lugar de residencia de Lennon y de Joko Ono. Frente a ese edificio fue asesinado el cantante en 1.980.


Memorial Imagine


Edificio Dakota

Justo detrás de donde habíamos comido los perritos, vimos la pradera más famosa del parque, la Sheep Meadow, que nos ofrece una magnífica vista de la ciudad desde el parque.

Manhattan desde el parque

Rascacielos

Detalle de Central Park

Cruzamos nuevamente por la terraza de Bethesda y tras una pequeña búsqueda encontramos la estatua de Alicia en el País de las Maravillas.

En ella se representa a Alicia, el conejo blanco y el sombrerero loco.


Alicia en el País de las Maravillas

Cerca de Alicia hay un pequeño lago, y frente a él esta la estatua del famoso escritor de cuentos infantiles Hans Christian Andersen junto al patito feo.


Estatua de Hans Christian Andersen

Enfilamos el paseo del Mall lleno de estatuas y dejamos a la izquierda el zoo de Central Park, para salir de nuevo a la calle 59, y dejar nuestras bicicletas en la tienda de la calle 58 justo a nuestra hora.


Estatua de Colón

Para recuperar fuerzas entramos en un pequeño pub de esa misma calle y dimos cuenta de unas refrescantes cervezas americanas.

Como ya nos conocíamos al dedillo la quinta avenida, esta vez decidimos bajar por la sexta.


Rascacielos

En el cruce de la calle 55 nos encontramos con la típica cola de turistas esperando para hacerse la foto típica en la famosa escultura de LOVE.
Como no, nosotros también nos la hicimos, para ponerla en nuestro carnet de turista.


Escultura de LOVE
Edificio 432 Park Avenue

Pasamos por la calle 53 donde se encuentra otro de los museos más famosos de la ciudad: el MoMA. El museo de arte moderno de Nueva York expone obras de artistas a partir del s XX, destacando la colección de Pablo Picasso.


Moma

Como el arte moderno no es lo nuestro, seguimos nuestro camino por la sexta avenida.

Pasamos junto a uno de los teatros más famosos del mundo, el Radio City Music Hall.
En este teatro han actuado todo tipo de artistas de nivel mundial desde su inauguración en 1.932.


Radio City Music Hall

Radio City Music Hall

Tonight Show

La Sexta Avenida
Detalle de edificio

Giramos a la derecha por la calle 49 para ver la famosa tienda de M&M´s.

En la tienda, mucho más pequeña que la de Londres, pudimos ver a los simpáticos dulces caracterizados de la Estatua de la Libertad, o de Marilyn Monroe.

Tienda de M&M's
Estatua de la libertad
Bombero
Elvis

Edificio de la NBC

Pasamos una vez más por Times Square y guiamos de vuelta nuestros pasos hasta el Rockefeller Center. 

De camino vimos los estudios de la cadena NBC, entre ellos los del Tonight Show de Jimmy Fallon y entramos al edificio principal del Rockefeller Center.
Nuestro destino era subir al Top of the Rock para ver nuevamente Nueva York desde las alturas.

Escape de vapor de agua

Teníamos incluido el Top of the Rock en nuestra City pass, pero nos surgió un problema. 
Al tratarse de la hora del atardecer, estaba todo completo y tendríamos que esperar hasta las 10 de la noche si queríamos subir ese día. 
Nos ofrecieron la posibilidad de reservar para el día siguiente, así que eso hicimos. 
Reservamos para las 18:40h del día siguiente, ya que se empezaba a hacer de noche a las 19h, y así lo veríamos todo bien.

Como nos quedamos con ganas de subir al cielo de Nueva York decidimos tirar la casa por la ventana y subir al One World Trade Center.


Rockefeller center

Salida a la Quinta Avenida
Atlas y la Catedral de San Patricio

Así que cogimos el metro en la 5ª av con la calle 53 y nos bajamos en World Trade Center.

Llegamos a la entrada, y confirmamos que no era nuestro día, puesto que la visita al rascacielos finalizaba a las 20:00h, y en ese momento eran las 20:03h.

Así que guardamos los 160$ que íbamos a invertir en las entradas del One World (32$ por barba) y nos fuimos a dar un pequeño homenaje gastronómico.


Entrada al One World Trade Center

Piscina de las torres gemelas

Estación World Trade Center

Vista de Manhattan

Antes de eso pasamos a ver iluminadas las piscinas que ocupan el lugar de las torres gemelas.

De nuevo al metro nos bajamos en la parada de la calle 34 Penn Station.

Tras dar una vuelta completa a la manzana por fin encontramos nuestro destino.

Esa noche cenamos en Hooters, que es el típico restaurante americano donde las camareras llevan minifalda .
La verdad es que a pesar de ser ese su reclamo, fue una de las mejores comidas que hicimos, y además el restaurante estaba repleto de televisiones donde podías ver los deportes americanos en directo.

Eso si, pedimos unos cubatas para culminar el día, y fueron realmente lamentables. Para esas cosas como en España nada.

Tras la cena salimos justo enfrente del Madison Square Garden, y cogimos la séptima avenida hasta la calle 42 que nos dirigía a Port Autority. 
Una vez allí nuestro bus 123 nos llevó hasta el apartamento para concluir el día.

TOTAL ANDADO EL CUARTO DÍA EN NUEVA YORK: 21,89 KM (según la app S.Health)
RECORRIDO EN BICICLETA 16,03 KM (según la app Runtastic)

DIA 5

Nuevamente comenzamos la rutina diaria, volviendo a nuestro restaurante colombiano de confianza para tomar el desayuno.

Teníamos un día cargado de actividades, por lo que cruzamos el Hudson para ir directamente a la séptima avenida. Se notaba que era sábado y que el volumen de tráfico era muy inferior al resto de días.

Enfilamos la séptima avenida y tras 10 minutos de paseo llegamos a nuestro primer destino: el Madison Square Garden.

El día anterior lo habíamos visto de pasada, pero ese día íbamos a realizar el tour por su interior.

La visita la teníamos a las 11:00h, y llegamos con tiempo a pesar de costarnos un poco localizar la entrada. 

Además dimos varios paseos por el interior, ya que en cada taquilla nos decían que era en otra. A la quinta, por fin conseguimos nuestras entradas para el tour.


Madison Square Garden

Nos hicimos una foto que estaba incluida con la entrada que reservamos desde Madrid, y esperamos nuestro turno para entrar al que es probablemente el pabellón más famoso del mundo.


Madison Square Garden

Taquillas

Eramos un grupo de unas 20 personas y la guía explicaba todo en inglés, aunque nos podía responder en español a las cuestiones que tuviéramos.

El actual Madisón es un pabellón con aforo para 20.000 personas que se inauguró en 1.968. Aunque con anterioridad existían otros Madison Square Garden en Nueva York, datando el primero de ellos del año 1.879.
De hecho lo primero que nos mostraron fue el cartel del primer evento que se celebró en el antiguo Madison, que fue una velada de boxeo en 1.879.


Primer evento en el Madison

Actualmente el Madison es la sede donde siputan sus encuentros como local los New York Knicks de la NBA, los New York Rangers de la NHL y las New York Liberty de la WNBA.

Pasamos por la galería principal del Garden, donde se pueden ver vitrinas que conmemoran los grandes acontecimientos vividos en el pabellón. 
Ahí podemos ver recuerdos de combates de Mohamed Ali o Mike Tyson, cuando el Garden era la meca del boxeo.

Además de objetos relacionados con baloncesto, como el último anillo de los Knicks.

Sobre hockey sobre hielo, con un panel dedicado a Wayne Gretzky.

Un panel dedicado a la lucha libre, con Hulk Hogan de protagonista. Además de los conciertos, convenciones y todo tipo de eventos realizados allí.

Destaca por ejemplo el famoso cumpleaños feliz que dedicó Marilyn Monroe a J.F. Kennedy.


Pasillo principal

Pasillo principal

Mural de Hulk Hogan

Mural de Marilyn

Mural de Wayne Gretzky

Trofeo de los Knicks

Mural del Ali vs Frazier

Nos llevaron a la sala de la cerveza, que es una sala refrigerada donde hay multitud de barriles para abastecer las sedientas gargantas de los asistentes a los eventos del Garden.


Sala de la cerveza

Esta bebida se sirve en uno de los múltiples bares que hay en el interior del pabellón. Existiendo restauración de todo tipo, tanto de comida como de bebida.

Bajamos unas plantas para llegar a la zona más exclusiva, donde se encuentran las salas VIP, y muy cerca de allí llegamos a los vestuarios.

A la derecha del acceso a la pista vimos el vestuario de los Rangers, y a la izquierda el de las Liberty, que será el de los Knicks cuando acabe la WNBA.


Vestuario de las NY Liberty

Por fin salimos al pabellón, y vimos el famoso marcador del Garden.
Sentimos la sensación de encontrarnos en un lugar mítico.


Madison Square Garden

Madison Square Garden
En lo más alto del pabellón vemos los recordatorios de los 2 anillos de los Knicks, las 4 Stanlñey Cup de los Rangers, y los dorsales retirados de los jugadores más representativos de ambas franquicias.

Entre los números retirados destacan el 10 de Frazier o el 33 de Ewing en la franquicia de baloncesto, y el 2 de Leetch o el 10 de Messier en los Rangers.


Vista de Manhattan desde el Madison

Como curiosidad nos explicaron que la pista de hielo se encuentra permanentemente bajo la superficie de juego, por lo que cuando corresponde partido de hockey sobre hielo, únicamente tienen que quitar la parte superior para poder disputar los partidos de los Rangers.

Subimos entonces a una zona que es realmente curiosa. Se trata de una especie de terraza superior colgada del techo del pabellón, que recorre los 2 laterales del recinto. Desde allí nos podemos sentar en unos taburetes con una barra delante y gozar de una privilegiada perspectiva de la cancha de juego.


Madison Square Garden

Terraza del Madison Square Garden

Camisetas retiradas

Algo más de 1 hora después finalizamos la visita y salimos satisfechos de haber conocido uno de los recintos míticos del deporte mundial.

Debido a la mala combinación de metro, nos salía igual de tiempo ir andando que en transporte a nuestro próximo destino, por lo que decidimos ir andando y ya aprovechar para comer en algún sitio.


Manhattan

Victoria's Secret

Macy's

El recorrido nos llevaba de nuevo a la calle 42, que tendríamos que recorrer hacia el oeste, hasta el río Hudson. Allí flotando en el río estaba nuestro destino, que no es otro que el Intrepid Sea - Air -Space Museum.

Museo Madame Tussauds
Museo Madame Tussauds
Aplebee's
Señor Frog's
Museo Madame Tussauds

Eso si, como decía ya era hora de comer así que paramos en una de las recomendaciones que aparecen en todas las guías, que es la cadena de hamburguesas Five Guys.
Las hamburguesas no son especialmente grandes, pero están muy buenas. Un sitio recomendable sin duda.

Llegamos al Hudson, y a nuestra derecha vimos nuestro destino, el imponente portaaviones USS Intrepid que alberga el museo del mar, el aire y el espacio de Nueva York.

El USS Intrepid es un portaaviones de clase essex construido por Estados Unidos para la II Guerra Mundial. Participó de manera muy activa en el atlántico, y en la Guerra de Vietnam.
Se dio de baja del servicio en 1.974, y desde 1.982 se convirtió en museo.


The Beast

Intrepid

Intrepid

Intrepid

Sacamos nuestra City Pass y entramos al museo. Por un pequeño suplemento pudimos entrar en la zona dedicada al espacio donde hay expuesto un transbordador espacial.

La visita al portaaviones la comenzamos por la zona del puente. 
Allí recorrimos las salas del capitán y la sala de mando llena de mapas. En cada una de ellas había un veterano de guerra que había servido en el buque y que respondía las dudas que se tuvieran.


Sillón de mando

Instrumentos de la cabina

Cubierta superior

Timón y navegación

Veterano explicando sobre el barco

Parte superior

Bajamos por una escalera y entramos en la cubierta principal, donde hay expuestos varios cazas y helicópteros.


Avión radar

Caza

Helicóptero

Caza

Caza

Caza

Caza

Caza

Crucero junto al portaviones

En la parte interior del portaaviones hay una exposición sobre la aeronáutica y sobre la evolución de los cazas y los portaaviones.


Caza

Interior del portaviones

Maqueta del portaviones

En uno de los laterales podemos subirnos en una torreta lanzamisiles, y bajar a las mismísimas tripas del barco. Allí podemos ver las enormes cadenas que sujetan el ancla, los camarotes de los soldados y oficiales, y distintas dependencias de la vida a bordo del USS Intrepid.


Camarotes

Torreta defensiva

Torreta

Carcasas de bombas

Camas

Parte exterior

Sala del ancla

En la cubierta inferior fuera del portaaviones hay estacionado una unidad del avión supersónico Concorde.
Esta es una de las 8 unidades que operó British Airways hasta el año 2.003 en el que jubilaron estos aparatos. 
Mi sensación al verlo es que es más pequeño de lo que imaginaba. 
Después de ver los dreamliners o los nuevos jumbo, este parece un caza un poco más grande.
Eso si, tanto las toberas de admisión como los motores Rolls Royce son espectaculares.


Concorde

Concorde

Concorde

Concorde

En un anexo se encuentra la zona del espacio, donde la estrella es el transbordador espacial Enterprise. 
Este fue el primer transbordador que construyó la NASA, que sirvió como modulo de pruebas para el resto de transbordadores.

Se construyó sin escudo térmico y sin motores, ya que solo realizó vuelos lanzado desde un boeing 747.

Sinceramente parece que está hecho de plástico, ya que la estructura que lo recubre da una enorme sensación de fragilidad.


Transbordador Enterprise

Transbordador Enterprise

Imagen de como transportaron el enterprise

Junto al Enterprise hay maquetas y vídeos donde se explica como funcionaba y como se transportaba. Además también información sobre el programa de los transbordadores que finalizó en el año 2.011.

Cápsula Soyuz

Interior de la Soyuz

Cápsula espacial

En la misma entrada del museo se encuentra otra de las atracciones más atractivas. 
Se trata del submarino USS Growler, un submarino que estuvo en servicio principalmente durante la guerra fría, y que tenía la posibilidad de montar misiles balísticos con ojivas nucleares.

Esperamos una media hora para subir al submarino, y una vez dentro recorrimos todo el buque: la zona de lanzamiento de torpedos, camarotes de los oficiales, cocina camas de la tripulación, sala de máquinas...


Submarino USS Growler

Entrando al submarino

Control de los torpedos

Submarino

Misil

Sala de radio

Sala de los torpedos
Camas

Sala de control

USS Growler

Torpedo

Una visita muy recomendable. Esta claro que en Estados Unidos miman de manera especialmente cuidadosa todo lo referente a su ejército.

Muy satisfechos por la visita salimos del portaaviones y recorrimos la calle 46 llena de restaurantes de todo el mundo.

Había uno español que ofrecía tortilla de patatas como degustación. Tras tantos días comiendo comida americana, se agradece un poco de comida patria.

Llegamos una vez más a Times Square y aprovechamos para hacer unas cuantas fotos en grupo.

Times Square

Times Square

De allí ya nos dirigimos al Rockefeller Center para hacer la última visita del día. 

Teníamos hora a las 18:40 para subir al Top of the Rock.


Casa de subastas Christie's

Tras subir al Empire State de día, queríamos vivir la experiencia de subir un rascacielos en la hora del atardecer. Así podíamos ver la ciudad de día y de noche.

El Top of the Rock es la plataforma de observación que se encuentra en lo más alto del Comcaast Building, o 30 Rock, de 260 metros de altura.  


Top of the rock


Obreros durante la construcción del Rockefeller Center

Subimos las 70 plantas en un curioso ascensor que tenía el techo transparente, con luces, que producía una curiosa sensación mientras subíamos.

Al llegar arriba nos dimos cuenta que mucha gente había tenido la misma idea que nosotros, y estaban esperando allí el anochecer.

Subimos a la plataforma superior y allí disfrutamos de la que para mi es la mejor vista de Nueva York, y posiblemente la mejor vista que haya disfrutado nunca.


Empire State desde el Top Of The Rock

432 de Park Avenue desde el Top Of The Rock

Central Park desde el Top Of The Rock

Empire State desde el Top Of The Rock

Río Hudson desde el Top Of The Rock

Central Park desde el Top Of The Rock

Empire State desde el Top Of The Rock

Empire State desde el Top Of The Rock

Empire State desde el Top Of The Rock

Empire State desde el Top Of The Rock

La gran diferencia con la plataforma de obverbación del Empire State, es que desde el Top of the Rock se puede disfrutar en todo su esplendor del propio Empire State.

Hacía el lado opuesto podemos ver Central Park y uno de los edificios más curiosos de Manhattan, el 432 Park Avenue. 
Este delgadísimo edificio llama la atención entre las decenas de rascacielos con sus 426 metros de altura. Su azotea es más alta que la del Empire State y que la del One World Trade Center, aunque estos dos edificios lo superan con su antena superior.
El 432 Park Avenue únicamente tiene apartamentos, por lo que se trata del edificio residencial más alto del mundo, y su ático fue vendido por 66 millones de dólares.

Tras disfrutar de la maravillosa vista emprendimos el camino de bajada.

Aprovechamos que bajábamos al interior del 30 Rock, y nos paramos a cenar en un restaurante que esta justo en los bajo del edificio., el Bill´s Bar and Burguer.
Tanto la comida como el trato fueron muy buenos.


Bill's Bar and burguer

Curioso anuncio

Moma

De camino al apartamento nos enteramos que habían puesto una bomba en un contenedor en el barrio de Chelsea http://internacional.elpais.com/internacional/2016/09/18/actualidad/1474164461_581001.html

Afortunadamente todos estamos perfectamente y avisamos a Madrid para que no se asustara nadie.

TOTAL ANDADO EL QUINTO DÍA EN NUEVA YORK: 22,84 KM (según la app S.Health)

6º DIA

Comenzamos el último día de visita en Nueva York, con la sensación de que se acababa la etapa principal del viaje.

Times Square

Esta vez no desayunamos en Union City, sino que cogimos el bus hasta Port Authority y de allí fuimos andando hasta Rudy Tuesday en la 7ª con la 41 para darnos un buen homenaje. Nos pedimos un desayuno completo con tortitas que estaba espectacular.

Después del opíparo desayuno cogimos el metro en 42 street - Port Authority y cruzamos Manhattan y el East River para llegar a la Jay Street - Metro Tech Station en Brooklyn.

Desde allí andamos unos metros para llegar a la Brooklyn Tabernacle. Esta es una de las iglesias más recomendadas para asistir a una misa góspel.
Íbamos un poco por ver como era el espectáculo, y de hecho llegamos unos 10 minutos tarde. 
Nos esperábamos una iglesia normal con varios personajes entrados en kilos cantando canciones.


Brooklin Tabernacle

Nada más lejos de la realidad.
Entramos en un teatro (aunque fuera iglesia) con capacidad para 3.200 espectadores.

Un coro de más de 300 personas y una orquesta, todos cantando y tocando en directo.

La palabra para describirlo es: espectacular. 

Todo el público en pie, 3 pantallas gigantes seguían a los solistas y al coro, y un sonido magnífico.

Cantaron 4 o 5 canciones a cada cual más movida y entretenida y apareció en escena el pastor Jim Cymbala para dar su sermón.

Todos los planos del pastor durante el sermón estaba tratados como si de una gala de los óscar se tratara,

El problema es que nosotros pensábamos que el sermón duraría un ratillo y después volvería el coro. Pero pasaban los minutos y nada. A la media hora de estar hablando decidimos que hasta ahí podíamos aguantar y nos fuimos, al igual que muchos de los asistentes a la misa.

La verdad es que es algo muy recomendable, una agradable sorpresa hasta que el pastor se puso a dar su discurso.

Interior de Brooklin Tabernacle

Al salir de la "iglesia" nos encontramos una tienda GAP de fábrica, por lo que sacamos nuestra vena consumista y cargamos unas cuantas sudaderas a gran precio.

Aprovechando que estábamos en Brooklyn, cogimos el metro en Jay Street - Metro Tech Station hasta York Street.

Andamos unos 5 minutos para ver una de las vistas icónicas de Manhattan. Se trata de uno de los pilares del puente de Manhattan, entre el que se puede ver la silueta del Empire State Building.

Es una de esas imágenes que realmente gusta retratar, y al igual que nosotros muchos turistas lo hacían. 
Incluso había modelos posando con el puente al fondo.

Famosa vista del puente de Manhattan

Tras la sesión fotográfica llegamos hasta la orilla del East River para ver a nuestra izquierda el no menos icónico puente de Brooklyn.

Habíamos cruzado el puente, pero nos faltaba ver la magnífica estampa del puente cruzando hacia Manhattan.


Puente de Manhattan

Puente de Brooklyn

Puente de Brooklyn

Puente de Brooklyn

Puente de Brooklyn

Puente de Brooklyn

En esta zona hay un carrusel muy antiguo, y antiguos almacenes que se estaban usando como restaurantes o como galerías de arte.

Aprovechamos que junto a uno de los pilares del puente del Brooklyn había un Shake Shack, y nos comimos unas hamburguesas a 10Cº. 
Es increíble el frío que hace dentro de esos sitios. Menos mal que teníamos nuestras recién adquiridas sudaderas GAP para no morir de hipotermia.

Con el estómago lleno volvimos al metro para coger la linea azul en High Street hasta la parada del Museo de Historia Natural.

Ahi tuvimos el primer y único problema con el metro, ya que el que teníamos que coger no paraba en la parada del Museo de Historia Natural, así que tuvimos que dar la vuelta 4 o 5 paradas después al tratarse de un express.

Por fin llegamos al museo, y casi no llegamos a entrar porque cobraban 22$ por el acceso.

Afortunadamente nos dimos cuenta que por la entrada de la izquierda no se pagaba, así que por allí fuimos.


Museo de Historia Natural

Las salas de antropología son bastante flojas, con recreaciones de la vida humana y animal de diferentes zonas.


Museo de Historia Natural

Las salas interesantes eran las que tenían huesos de dinosaurios y mamuts.
Destaca el gran braquiosaurio que saca la cabeza de la sala y el famoso tyranosaurus rex que sale en la película noche en el museo.
Me sorprendió encontrar una interesante sala con momias y tesoros del antiguo Egipto.


Tyranosaurus rex
Esqueleto de dinosaurio

Patas del esqueleto

Mamut

Dinosaurio saca la cabeza de su sala

Triceratops

Mamut

Albertosaurus

Diplodocus

Dinosaurio
Altar budista

Habíamos dejado pocas visitas para ese día ya que la previsión del tiempo daba lluvia, así que habíamos organizado visitas a cubierto. 

Pero al final la lluvia no apareció, por lo que dimos una vuelta por la zona cercana al museo.

Aprovechamos para tomar un refrigerio en un pub irlandés y decidimos darnos un nuevo homenaje en Hooters.

Tras una opípara cena andamos unos 10 minutos para subir a una de las terrazas más de moda de Manhattan, el 230 Fifth.

Esta es una terraza ubicada en la última planta del número 230 de la quinta avenida. Desde allí se puede tomar un cóctel o una cerveza con unas espectaculares vistas del Empire State.

Nos ubicaron en una buena mesa y pedimos unos mojitos bastante insípidos, pero que se compensaban con la espectacular vista que disfrutábamos. 

Afortunadamente no apareció la anunciada lluvia, y pudimos poner punto y final a una visita inolvidable a Nueva York.


Entrada a 230 Fifth

Vista desde el 230 Fifth

Bajamos a la quinta avenida y cogimos el metro por última vez hasta Times Square. 

Nos despedimos de la plaza que tanto nos entusiasmó y cogimos el autobús 123 en Port Authority para llegar a nuestro apartamento en Union City.

Times Square

Hicimos la maleta y nos preparamos para despedirnos con mucha pena de la espectacular ciudad de Nueva York.

TOTAL ANDADO EL SEXTO DÍA EN NUEVA YORK: 18,71 KM (según la app S.Health)