martes, 20 de septiembre de 2011

ETAPA 6: MILÁN

Día 15

Igual que hace el Giro de Italia todos los años,  pusimos rumbo a la última ciudad del viaje: Milán.
El trayecto muy cómodo por la autoestrada, y en poco más de una hora entrábamos en Milán.
Gracias a nuestro GPS enseguida encontramos el hotel Regency. Este está  en una barrio residencial a unos 15 minutos del parque Sempione. El hotel muy bien, con muchas pijotadas decorativas, aunque con bastante ruido por el tranvia que pasaba al lado. Eso si, nos clavaron 12€ diarios a cada uno por el desayuno sin previo aviso


Tranvía de Milán

El día de la llegada teníamos reservada la entrada a la iglesia de Santa Maria de Gracia para ver  la última cena de Leonardo Da Vinci. Como aun teniamos tiempo decidimos aparcar cerca de la iglesia, y desde allí ir en metro a la plaza del duomo.

Duomo de Milán

Es impactante salir del metro y ver la impresionante fachada del duomo de Milán. Junto con la de Florencia y Siena, la fachada más bonita que vimos en todo el viaje.

En ese momento ya estaba cerrada al público, por lo que nos contentamos con pasear por la plaza del duomo, la galeria Vitorio Enmanuel, beber un granizado, y volver al metro para no perder nuestra cita con la última cena.

Iglesia de Santa Maria de Gracia
Decir que no fue facil conseguir hora para ver la pintura, ya que en la web van sacando poco a poco horas, y con el planning que teníamos temí quedarnos sin ver esta obra de arte. Al final conseguí sacar para ese día a las 18:00h.
Unos 10 minutos antes de la hora estabamos un grupo de unas 15 personas en una antesala, esperando que nos permitieran pasar. A la hora en punto se abre la puerta automática y una señorita nos indica donde debemos ir.
Tras pasar a una sala presurizada, por fin se abre la puerta que nos permite entrar en el refectorio y contemplar una de las pinturas más famosas del mundo.

La última cena de Leonardo da Vinci

Es una sala de unos 30 metros de largo por 10 de ancho con la última cena pintada en uno de sus extremos y una pintura de una crucifixión en el otro. La sensación delante de la pintura es muy parecida a la que tuve con la mona lisa, a pesar de haberla visto millones de veces, impacta, parece que en cualquier momento se van a poner a hablar los personajes, a moverse. Es muy recomendable ir si se puede. con una audioguía que te explique detalles del cuadro. Hay varias `personas vigilando para que ni siquiera saques el movil del bolsillo, por no decir la imposibilidad de hacer fotos. A los 15 minutos se abre la puerta automática, y toca abandonar el refectorio para que el siguiente grupo pueda disfrutar de la pintura.

Tras nuestro encuentro con Da Vinci fuimos paseando hasta el castillo Sforcesco. Una gran fortaleza situada en pleno centro de Milán, con unas torres muy llamativas. .


Castillo Sforcesco

Rodeamos la fortaleza hasta llegar al parque Sempione. Este es una especie de parque del retiro, mucho más pequeño, pero que tiene su encanto. Dentro del parque hay un anfiteatro romano, que en ese momento estaba siendo usado para un festival de música.  En el parque hay multitud de arroyuelos y arboles de todo tipo.


Parque Sempione

Al final del parque nace el Corso Sempione, es como la castellana de Milán, donde se ubican empresas muy importantes como la RAI y es donde suele acabar el Giro de Italia.

Corso Sempione

De ahi fuimos a cenar a una pizzeria que había al lado del hotel, y que era de chinos. Eso si, la pizza estaba buenísima. Tras eso al hotel a descansar.




Día 16

Poco a poco se estaba acercando el final de este magnifico viaje, pero aun nos quedaban cosas que descubrir en estos últimos días en Italia.

Para este día programamos una excursión al lago Como, asi que cogimos nuestro flamante 308 cc y en unos 45 minutos nos plantamos en Como. Dejamos el coche en un parking y fuimos hasta el embarcadero. Simplemente desde allí ya te puedes hacer una idea de lo que te espera en ese lago, con una larga superficie de agua que se abre paso entre montañas, y un monton de casitas y pueblecitos que parecen colgar de las montañas y buscar su propio hueco para hacerse visibles.


Como

Lago Como desde el embarcadero

Decidimos hacer el viaje en barco hasta Bellagio, asi que tras pagar 12€ por persona nos subimos al barco. Un barco grande y cómodo, que realizó unas 6 o 7 paradas hasta llegar a Bellagio. Sin duda el paisaje es de los más bonitos que hemos podido contemplar. Según iba avanzando el barco nos descubría nuevos pueblecitos, con unos embarcaderos idílicos y unas construcciones imposibles a lo largo de las montañas que flanquean al lago.


Pueblecito en medio del lago


El magestuoso lago Como

 Con los ojos como platos llegamos a Bellagio, y no defraudó ni mucho menos. Desde la zona del embarcadero la vista es espectacular, y el pueblecito es precioso. Sus calles con unas cuestas imponentes, engalanadas con flores, árboles, te ofrece la sensación de estar en otro mundo apartado de la civilización.


LLegada a Bellagio


Callejuela de Bellagio


Vista de Bellagio


Mini playa en medio del lago

Caminamos un largo paseo por Bellagio hasta la hora de comer. Buscamos un sitio allí que tenía buena pinta, y comimos pasta. Ya con las fuerzas recuperadas volvimos al embarcadero a esperar el barco de que nos devolvía a Como.
Impagable la espera del barco sentados en un banco contemplando la belleza del lago.

En el camino de vuelta pasamos junto a la Villa Balbianello que ha servido de escenario a películas como 007 casino royal o el episodio II de Star Wars. Como fan de Satar wars no pude dejar de hacer fotos al lugar donde se casaron Anakin y Padme.


Villa Balbianello


En unas 2 horas (con pequeño atasco incluido) estabamos aparcando en el centro de Milán. Llegamos a la plaza del Duomo que esta vez si que estaba abierto, y visitamos su interior. Es la tercera catedral más grande del mundo tras San Pedro y la de Sevilla, y hace honor a ello, su interior impresiona a pesar de haber estado en las dos citadas anteriormente.

Tiene una exposición de cuadros en su interior, y se respira una ambiente muy cargado por el incienso.


Interior del Duomo

En ese momento se estaba celebrando una misa, aunque no afectaba para disfrutar del templo.
LLama poderosamente la atención varias urnas transparentes con los cadaveres de antiguos obispos muy descompuestos, que dan bastante repulsión.

Salimos del duomo y paseamos por la galeria Vitorio Enmanuel, con sus tiendas caras, en las que llama la atención un Mc´donalds gigante y una tienda de Mercedes.


Entrada galeria Vitorio Enmanuel con la celebración de los 150 años de Italia y el 18º escudeto del AC Milan


Tienda de Mercedes Benz


Interior Galeria Vitotio Enmanuel

Tras una de las salidas de la galería nos encontramos una plaza presidida por una estatua de Leonardo da Vinci, y el famoso teatro de la Scala de Milán.

Estatua de Leonardo Da Vinci


Gran teatro de L'Scala


Degustamos un helado en un banco de esa plaza, y volvimos a la plaza del duomo.


Impresionante duomo de Milán

Nos despedimos de esta majestuosa catedral y emprendimos camino de vuelta al coche por la via Vitorio Enmanuel, llena de tiendas caras.

Aqui acababa nuestro último día completo en Italia.


Día 17

LLegamos al último día del viaje. Nuestro avión salía a las 18:30, por lo que aun nos quedaba tiempo para hacer alguna visita por la mañana.

Y como no podía ser de otra forma estando en Milán, el lugar elegido fue el estadio de San Siro. Así que descapotamos nuestro 308 cc y pusimos rumbo al templo del futbol milanes.

La verdad es que el estadio impresiona, según te acercas por las calles empiezas a ver la zona alta roja del estadio, y cuando ya estas debajo da una sensación de grandeza. Quizá al que más se parezca por su verticalidad es al Santiago Bernabeu, aunque al estar San Siro en una especie de descampado, con casas bastante alejadas, da una sensación diferente.


Estadio Giuseppe Meazza


Estadio Giuseppe Meazza

Desgraciadamente ese mismo día actuaba en el estadio el grupo Take that y tenían el museo cerrado, por lo que nos quedamos con las ganas de ver esa magnifica construcción por dentro y la colección del Inter y el Milan


Estadio Giuseppe Meazza

Al tener aun tiempo decidimos comer por el centro, para posteriormente recoger las maletas en el hotel y poner rumbo al aeropuerto de malpensa.
El aeropuerto está a unos 40km del centro de Milán, y tiene 2 terminales. Casulmente nuestro coche había que dejarla en la 2, y el avión salía en la 1, así que nos tocó ir en autobús de una a otra, ya que están separadas por varios kilómetros.
Con pena y después de un vuelo movidito llegamos a barajas, poniendo punto y final a este magnifico viaje

Aquí acaba la crónica de este viaje, que espero que os pueda servir de utilidad, y por lo menos os haya entretenido.

Cualquier pregunta que tengáis, no dudéis en hacerla.
Y también se agradece algún comentario

Saludos y gracias a todos

domingo, 11 de septiembre de 2011

ETAPA 5: VERONA

Día 13

Abandonamos con pena la ciudad de los canales, y pusimos rumbo a Verona.

Recogimos nuestro 308cc del parking y de camino por la autoestrada decidimos hacer una parada técnica en la ciudad de Padua. Queríamos ver la famosa basílica de San Antonio.
Aparcamos en una zona cercana al centro, y caminamos hasta la plaza del duomo siguiendo a nuestro querido GPS.

Aunque al principio pensamos que el duomo iba a ser la basílica de San Antonio, resultó ser una iglesia normal y corriente. Preguntamos en un punto de información y nos indicaron como ir a la basílica.

Tras unos 10 min andando nos encontramos una plaza con una gran iglesia en su interior.

Por fuera no llama especialmente la atención, sobretodo después de ver la de Florencia, Pisa, Siena... pero por dentro es espectacular.

Basílica de San Antonio de Padua
La basílica merece muchísimo la pena, es muy bonita, con numerosas capillas y ornamentos.

Interior de la basílica
Nada más entrar en la gran nave central podemos ver que las partes realmente importantes están en la parte izquierda, y al fondo de la basílica. Asi que hacia alli fuimos.

Justo detras del altar está la zona del tesoro, ahi deberian abstenerse de ir personas sensibles y con poco apego a la iglesia.

¿Porque digo esto?

Pues porque ahí nos encontramos decenas de relicarios de oro y piedras preciosas (¿alguien dijo voto de pobreza?) que contenían de todo:
la mandíbula, la lengua, el antebrazo y las cuerdas vocales de San Antonio, dedos de santos y mártires, incluso un trozo de la cruz de cristo.
A la entrada de esa zona está el manto original de San Antonio, y varias túnicas que había dentro de su sarcófago.

Reliquia con la mandíbula de San Antonio

Reliquia con la lengua de San Antonio

Tras asimilar aquel espectáculo llegamos a la zona donde esta la tumba de San Antonio. Todo con una decoración muy recargada, y con una zona llena de fotos de la gente que había ido por allí, o familiares enfermos, fallecidos...
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Tumba de San Antonio

Una curiosidad es que estaban puliendo el suelo de la basílica, pero no lo hacían con una mopa normal y corriente, sino que tenían un carrito dando vueltas como el de los centros comerciales que metía un ruido de miedo. Ruido que parecía no molestar a los 3 o 4 monjes que no paraban de mandar callar a la gente cuando emitían el más mínimo susurro.

Después de la visita volvimos al coche para continuar nuestro camino a Verona.


El Gps nos llevó rápidamente al hotel Maxim, un buen 4 estrellas situado en las afueras de Verona. Junto con el de Maranello, el mejor hotel en el que estuvimos, muy recomendable.

Para ir al centro de Verona había que buscar algún medio de transporte, ya que el hotel estaba algo separado.
Había 2 opciones una de ellas sería 20 min en autobús, y la otra 5 min en coche, así que después de tanto autobús en Roma, y la experiencia con el 23 en Florencia decidimos coger el 308cc y aparcamos en un parking a 5 minutos andando del arena, al módico precio de 2€ por 5 horas.


Entrada zona antigua de Verona

Comimos cerca del Arena y compramos una crema para las megapicaduras de mosquito que teníamos. A partir de ahí comenzamos con nuestro planning de visitas en Verona.


Arena de Verona
Caminamos al lado del Arena hasta el Castelvecchio.


Castelvecchio
Al llegar allí, y tras algún problema con el datáfono de las tarjetas de crédito, nos sacamos la Verona card por 15€ cada uno. Eaa tarjeta nos daba derecho a entrar en todos los monumentos e iglesias de Verona.

Vimos el castillo por dentro, con una exposición pictografica interesante, aunque lo mejor sin duda de la visita es una zona pegada al rio Adige. En esa zona se puede ver la grandeza del puente Scaligero, con el río corriendo bajo él.


Puente Scaligero

Rio Adige
También muy recomendable la exposición de armas antiguas dentro del castillo.

Exposición de espadas
Al salir del castillo a la derecha está el arco de Gavi, pero la zona estaba todo en obras, y casi ni se veía.


Arco de Gavi

Pasamos al lado del arena y nos tomamos un Spritz en una terracita. Seguimos por esa calle hasta la Plaza del Erbe. Ya estaban recogiendo los puestos que inundan la plaza, pero pudimos ver la Torre Lamberti, y toda esta zona típica del centro de Verona.


Plaza del Erbe

Plaza del Erbe
Por una calle estrecha se llega hasta la Plaza de la Señoría, llena de terrazas, y en la que llamaba poderosamente la atención el arco Scaligere. Eso no es más que las tumbas de la familia Scaligere, que gobernó Verona, y que decidieron hacer su monumento funerario en medio de la ciudad, al aire libre, para que todo el mundo pudiera verlo.


Plaza de la Señoría

Arco Scaligere
Dimos un paseo por la orilla del río adige, y tras una buena cena camino del coche, nos fuimos a descansar al hotel, ya que el día siguiente iba a ser largo.



Día 14

LLegaba el día de exprimir la verona card, así que después de aparcar en el mismo parking que el día anterior, fuimos directamente a la iglesia de San Fermo Maggiore. Esta tiene la peculiaridad de que por unas escaleras bajas a otra iglesia, que hay justo debajo de la principal. Así que es un 2x1 eclesiástico, en el mismo recinto 2 iglesias. Es curioso ver como construyeron la superior respetando el espacio de la inferior.


Iglesia San Fermo Maggiore por fuera

Iglesia superior

Iglesia inferior
Seguimos andando con destino a la casa de Romeo y Julieta. Hay que atravesar un pequeño tunel, y llegamos a un patio donde esta la famosa estatua de Julieta. Había una multitud de gente alrededor, por lo que decidimos visitar primero la casa y despues sacarnos la tipica foto tocando el pecho de Julieta. Entramos gratis con la Verona card, y la verdad es que la casa es un poco decepcionante. Algún mueble de época, juegos interactivos, y sobretodo el famoso balcón.


Casa de Julieta con el famoso balcón
Salí yo primero de la casa y le hice la foto a Andrea en el balcón, como si fuera la versión Bávara de Julieta. Después esperamos pacientemente nuestro turno y nos hicimos la foto agarrando firmemente el pecho desgastado de Julieta. Después continuamos el camino.

Estatua de Julieta
LLegamos a la ascensión del día. La torre de Lamberti. Se entra gratis con la Verona Card, aunque si se quiere subir en ascensor hay que pagar algo. Como teníamos las piernas frescas, y con la experiencia de haber subido al Vaticano y al duomo de Florencia, decidimos subir andando.

Torre de Lamberti
La subida es cómoda, hay un primer mirador a unos 80m y luego se sube a lo más alto a unos 100m.
La vista es bonita, con el río de fondo y el arena, aunque la es complicado disfrutarlo cómodamente por estar rodeado de verjas y columnas.
Para sacar una buena foto hay que subirse a unos escalones y meter la cámara entre las rejas.


Zona arqueológica, iglesia de Santa Anastasia y rio Adige desde la torre de Lamberti

Arena desde la torre de Lamberti
Hay que tener cuidado a las horas en punto con la campana, ya que corres el riesgo de quedarte sordo, o pegarte un buen susto si no se está atento.

Tras disfrutar de las vistas y descansar un poco iniciamos el descenso. Decir que no estaba ni mucho menos masificado. No había nada de cola, y arriba seriamos 4 o 5 personas.

Una vez abajo, cruzamos la plaza Erbe y llegamos a la iglesia de Santa Anastasia.
Es la iglesia más grande de Verona, y es bastante bonita por dentro. LLaman la atención las esculturas donde se deposita el agua bendita, con forma de jorobado. Estuvimos un rato sentados dentro, y seguimos nuestro camino.


Iglesia de Santa Anastasia

Interior Santa Anastasia
Jorobado

La siguiente parada fue el duomo. No llama especialmente la atención externamente (y más después de lo que llevamos visto), pero es destacable que en su interior se puede visitar una iglesia paleocristiana y el baptisterio.
 

Duomo

Interior del Duomo

Interior del Duomo
Baptisterio del Duomo
Decir que en todas estas iglesias hay que pagar, pero que con la Verona card se entra gratis. Además en todas te dan un folleto explicativo de la iglesia. Casualmente todos nos preguntaban si lo queríamos en inglés o alemán (¿porque será?) cuando les decíamos que en español se quedaban extrañados.

Cruzamos el río por el puente de piedra hasta la zona arqueológica y el teatro romano.

Puente de Piedra
Sacamos nuestra Verona card, ya humeante, después del uso que le estábamos dando, y entramos gratis. Había un festival de jazz en el teatro, por lo que el este, estaba preparado para la ocasión.


Teatro Romano
En la zona alta está el museo arqueológico, pudiendo subirse a pie o en ascensor. Con el calor reinante, y después del alarde físico de la torre Lamberti, subimos en el ascensor. El museo es normalito, muchas cabezas y lápidas, aunque destacan las vistas que se ven desde alli. Nos sentimos vigilados en todo momento, si bien es que éramos casi los únicos que estábamos allí, justo me llamó mi padrey con el eco parecía que hablaba a grito pelado.


Zona arqueológica

Rio Adige y Santa Anastasia desde la zona arqueológica
Bajamos del museo, esta vez por las escaleras, y fuimos directos al hotel a prepararnos para el plato fuerte del día.

Teníamos entradas para ver en el arena la ópera Nabucco de Verdi.

Así que nos engalanamos y pusimos rumbo al anfiteatro romano. El Arena es impresionante. Después de ver el coliseo de Roma, que está literalmente en ruinas. impacta ver una construcción del año 30 dc  que puede acoger espectáculos como cualquier estadio de la actualidad.


Arena antes de empezar la ópera
Después de un problemilla con la cámara de fotos, llegamos al Arena unos 30 minutos antes del comienzo de la obra. Las gradas ya estaban casi llenas. Conseguimos un buen sitio y esperamos a que comenzara la obra. En los entreactos había gente vendiendo de todo, desde cojines a libretos, pasando por helados, bocatas, bebida...  Compramos un libreto para enterarnos de la historia, eso si estaba solo en inglés, francés italiano y alemán. (Os imagináis quién lo leyó)

Nunca había estado en una ópera, pero como a Andrea le encanta, allí estábamos con nuestro libreto y sin saber lo que me esperaba.
De repente se apagan las luces y la orquesta hace unos 10 minutos de actuación sin que salga ningún actor. Tras un aplauso enorme, empiezan a salir unas 300 personas que formaban parte del coro.
Estos cantan una canción, a modo de presentación, y luego ya salen los tenores y sopranos protagonistas para comenzar la historia.


Coro

Momento de Nabucco
La puesta en escena espectacular, el escenario inmejorable y la música y acústica impresionante.
Es increíble que un tío o tía pueda llenar con su voz un estadio con más de 20000 personas..
Fueron 4 actos de unos 40 min de actuación, con 3 descansos de 45 min en medio.
En los descansos nos dio tiempo a leer el libreto, a cenar, a salir del arena a ir al baño...
En el tercer acto el coro cantó la famosa canción de "va pensiero" representando a unos esclavos, y fue tan espectacular que el público empezó a pedir un bis como si fuera un concierto normal.
Tras un silencio volvieron a interpretar la canción con más ímpetu si cabe.
Cuando terminaron hubo una ovación atronadora de más de 5 minutos y la gente a gritos dando las gracias por el bis.


Interpretación de va pensiero
Después siguió la obra hasta que termino sobre la 1 de la madrugada . La verdad es que salimos encantados, y repetiríamos sin dudar.

Tras la experiencia, tomamos algo en una terraza camino del coche y al hotel a dormir.