jueves, 18 de agosto de 2011

ETAPA 1: ROMA

Dia 0

Nos trasladamos desde el aeropuerto de Ciampino en Autobús hasta Termini, y luego fuimos en metro hasta el hotel Marc Aurelio. Este estaba bastante alejado de todo, pero en metro o autobús te plantabas en el centro en menos de 30 minutos.

Ese día cenamos y a dormir, que nos esperaba todo un viaje por delante.

Dia 1

Desayunamos y salimos en autobús hacia la Plaza Navonna. Vimos la plaza y la iglesia de Santa Agnes. Las esculturas de Bernini que están debajo del obelisco son espectaculares. Además hay otras fuentes a los lados del obelisco también dignas de ver.


Escultura de Bernini bajo el obelisco

Salimos andando por callejuelas, y de repente se abre la Plaza de la Rotonda, donde en uno de sus flancos nos encontramos con el Panteón de Agripa.
Lo primero que llama la atención es la aglomeración de gente para entrar. Es gratis, y la gente entra en manada, llegando a ser incluso agobiante. Dentro es muy espacioso, por lo que desaparece la sensación de agobio. Entonces tus ojos no pueden dejar de mirar al gran óculo central, y la cúpula. Es una iglesia cristiana, por lo que está preparada para realizar misas allí. En el interior está la tumba del pintor Raphael y del fundador de Italia Vitorio Enmanuel II. Es sorprendente ver que el óculo no esta cerrado, por lo que si llueve se moja todo el interior, y hay agujeros en el suelo para evacuar el agua.


El panteón de agripa


Óculo central del panteón

Después de tomarnos nuestro primer Capuccino bajo las columnas del Panteon, encaminamos nuestros pasos hacia la Fontana de Trevi. De camino nos topamos con la columna de Marco Aurelio y con la entrada del Parlamento Italiano. A la columna se puede subir, pero en ese momento estaba cerrado.

Seguimos por callejuelas llenas de terrazas, bares, puestos de fruta, heladerias,... hasta que se empieza a oir un susurro de agua en movimiento. El sonido fue aumentando, hasta que de repente la calle se abre y aparece enfrente nuestra una fuente enorme con una gran estatua de Neptuno en el medio, y a los lados dos enormes caballos que parece que van a salir corriendo en cualquier momento. Menos mal que hay dos figuras hercúleas que sujetan los caballos para que no se muevan. Es sin duda la fuente más bonita y espectacular que he visto. Con alguna dificultad por la cantidad de gente que había, conseguimos cumplir la tradición de lanzar dos monedas con la mano derecha por encima del hombro izquierdo.


Fontana de trevi

Con pocas ganas de irnos de aquel espectáculo, subimos por una pequeña calle hasta la fontana de tritón (muy pequeña) con el objetivo de ver el éxtasis de Santa Teresa en la basílica de Santa María de la Vittoria. Llegamos y nos encontramos la puerta cerrada hasta las 15:30, asi que tocaba alto para comer y ver como Alonso quedaba segundo en Valencia.

Entonces llego el momento de subir otra vez hasta la basílica, para encontrarnos en su interior esta pedazo de escultura. Entre el silencio reinante, la iluminación y la escultura, nos quedamos un rato embobados. Es altísimamente recomendable ir a verla.


                         El éxtasis de Santa Teresa de Bernini

Después de salir del éxtasis fuimos paseando hasta la zona de la Plaza de España. Allí nos tomamos un helado en la escalinata y subimos a ver las vistas desde lo alto.


Escalinata de la plaza de España

Después de un paseo por la zona ya iba haciéndose de noche, por lo que decidimos volver a la Fontana de Trevi para verla iluminada. Todo un acierto.


Fontana de Trevi iluminada

Antes de volver al hotel pasamos por un kiosco abierto y compramos el Roma pass (25€ por persona) para el día siguiente.

Cenamos y al hotel a descansar.

Dia 2

Era el día de la antigua Roma, de imaginar por un momento como fue esa ciudad hace más de 2000 años.

Lo primero fue ir hacia el coliseo. Nos dejó el autobús en Plaza Venecia, y fuimos andando hasta el coliseo. Había una cola de más de 1 hora, pero como teníamos el Roma pass, pasamos por la zona de la izquierda, y en 2 minutos estábamos dentro. Había mucha gente, sobretodo grupos con guía, pero es imprescindible la entrada. Es un trozo viviente de historia de la humanidad, y como tal hay que apreciarlo y disfrutarlo. Dimos la vuelta entera por el que sería el primer anfiteatro, y luego bajamos hasta la zona que está a la altura de lo que sería la arena. En el interior había una exposición sobre Nerón.


El coliseo


Interior del coliseo

Tras un pequeño refrigerio pasamos junto al arco de Constantino camino del foro romano.


Arco de Constantino

Decidimos subir primero al palatino para admirar las ruinas desde arriba, y luego bajar a verlo más de cerca.
Esta claro que hay que echarle mucha imaginación para pensar que allí había grandes edificios y que era el lugar donde se decidían los destinos del mundo de aquella época. Pasamos bastante calor en la zona baja del foro, aunque afortunadamente cada pocos metros hay una fuente donde rellenar la botella de agua y poder refrescarnos.


El foro romano

Tras una buena comida tocaba visitas a iglesias.

La primera fue San Pietro in Vincula. El acceso es algo confuso, y desde fuera no parece para nada una iglesia, pero dentro tiene una de las mejores esculturas que he visto nunca: el Moises de Miguel Angel.
La escultura es un mural funerario dedicado al papa Julio I en el que destaca sobremanera una figura imponente de Moises tocándose la barba con semblante enfadado, que parece que en cualquier momento se va a levantar y va a estampar las tablas de la ley en la cabeza de alguien.
Además en esta iglesia hay un relicario con las cadenas que llevó San Pedro a su llegada a Roma.


El Moises de Miguel Angel

La siguiente parada era la iglesia de San Clemente. Ahí nos ocurrió una situación un poco extraña, ya que un mendigo que había en la puerta se puso muy agresivo con nosotros por no darle limosna. Esta iglesia tiene la curiosidad de ser doble, ya que hay una iglesia a nivel de calle, y bajando unas escaleras y previo pago de 4€ se accede a una iglesia paleocristiana muy interesante. La pena es que no dejaban hacer fotos dentro.

Por último teníamos el plato fuerte del día, eclesiásticamente hablando, San Juan de Letrán.


Exterior San Juan de Letrán

Simplemente entrando en la Basílica ya la sensación de amplitud y grandeza te atrapa. La basílica es grande, luminosa, con una decoración muy rica al más puro estilo barroco. Hay unas figuras enormes de cada uno de los 12 apóstoles a ambos lados de la nave central, un cenácolo en lo alto del ábside, y sobre el altar hay un baldaquino con un relicario que contiene las cabezas de San Pedro y San Pablo. Fue un buen aperitivo a lo que nos esperaba al día siguiente con la visita al Vaticano.


Baldaquino de San Juan de Letrán


Interior de San Juan de Letrán, con las estatuas de los apóstoles

Con un paseo acababa nuestro segundo y productivo día en Roma.

Día 3

Después de un buen desayuno pusimos rumbo al Vaticano.
Nuestro "querido" autobús nos dejó justo al principio de la vía de la Conciliazione, donde ya se podía ver la silueta de la imponente cúpula de la basílica de San Pedro. Al llegar a la plaza había una enorme cola para entrar a la basílica, pero nosotros teníamos reservada la entrada a los museos a las 12:00, así que fuimos hacia allí. Pasamos por debajo del passetto y empezamos a ver que la cola era kilométrica, llegamos a oir a la gente que llevaba 2 horas y media en la cola, y aun no veían la entrada. Nosotros llegamos con nuestra entrada impresa y entramos directamente sin esperar nada. El museo es impresionante con multitud de arte romano, griego, egipcio y posterior.


Esfera del museo vaticano

Nosotros empezamos con la pinacoteca y seguimos por las salas de Grecia, Roma... Es muy grande por lo que es conveniente ir con tiempo, con buen calzado y ganas de ver obras de arte. Por mi parte me gustaría destacar entre otras muchas el Laocoonte, el torso del Belvedere, la sala de las estatuas, la sala de los mapas, las habitaciones de Rafael, y como no la Capilla Sixtina.


Laocoonte


Esculturas griegas y romanas


Torso del Belvedere


Habitaciones de Rafael

La capilla sixtina es la última estancia del museo, bajas unas escaleras, y te encuentras en una estancia con techo muy alto totalmente llena de frescos en paredes y techo. Nos dio la sensación de no saber por donde empezar a mirar de tan recargado que esta todo. El jucio final es impresionante, al igual que toda la bóbeda. Lo malo que yo le veo es la cantidad de gente y sobretodo los 6 o 7 vigilantes que no paran de molestar gente con chillidos para que no se hagan fotos y que nadie hable. Señores vigilantes, es imposible que un sitio donde hay 300 personas juntas no se oiga ni un ruido, y lo que realmente molestaba eran sus tsssssss , y gritos pidiendo silencio.

Saliendo de la capilla sixtina a la derecha hay una puerta que pone solo grupos, si se baja por ahí, se entra directamente a la basílica sin tener que esperar la cola. La basílica es impresionante, todo en ella es grande, las columnas gigantes, las esculturas enormes, techo altísimo... Con razón es la iglesia más grande del mundo. Hay multitud de cosas dignas de pararse a contemplar la piedad de Miguel Angel, la tumba de Juan Pablo II que lo han subido a la basílica, la gran cúpula, el altar mayor... Hay además una escultura de San Pedro, y varias urnas con los cuerpos de papas con el rostro reconstruido en cera.


La piedad de Miguel Angel


Tumba de Juan Pablo II


Cúpula de San Pedro

No pudimos visitar la necrópolis por estar cerrada, por lo que fuimos directamente a la cola para subir a lo alto de la cúpula. Hicimos la primera parte en ascensor y el final por las escaleras. Hay un primer alto justo al borde de la cúpula, donde se ve el interior de la basílica desde arriba y, es impresionante. Después de unas empinadas escaleras, que acaban en otra de caracol con una cuerda en el medio, llegamos a la cumbre. Entonces, tras recuperar el aliento, pudimos disfrutar de unas increibles vistas de la ciudad de Roma. Impresiona la plaza de San Pedro a tus pies, castel Sant Angelo al fondo, el rio tiber, la zona de la antigua Roma...


La plaza de San Pedro desde lo alto de la cúpula

Tras bajar de la cúpula todavía en éxtasis por las vistas, comimos y fuimos directos a Castel Sant Angelo.
Allí usamos nuestro Roma pass para adentrarnos en una fortaleza medieval muy bien conservada en pleno centro de Roma, con exposiciones sobre la vida que tuvo ese castillo. Además se pueden ver unas bonitas vistas del Varicano, y toda la orilla del rio Tiber.


Castel Sant Angelo


Andamos un poco y nos montamos en un autobús que nos llevó a la zona olímpica de Roma. Vimos por fuera el estadio olímpico, el foro itálico de tenis y la piscina olímpica, donde había una competición de colegios. La pena fue no poder ver por dentro el hogar de la Roma y el Lazio.


Estadio olímpico de Roma


Piscina olímpica


Foro itálico

Una vez de vuelta, justo al lado de castel Sant Angelo habían montado una terraza en el mismo margen del río. Allí pudimos tomar algo y descansar de todos los escalones que habíamos subido ese día, y refrescarnos del calor que habíamos pasado.


Terraza a orilla del Tíber

Así acababa nuestra intensa jornada, con el autobús de vuelta al hotel.

Día 4

Iniciamos nuestro último día de visitas en Roma con un tour de iglesias y basílicas.

Empezamos con Santa María del Pópolo, que brilla con luz propia en una plaza muy bonita, la plaza el popolo. Había una boda prevista en la iglesia, por lo que la visita fue algo rápida. Lo más destacado de la iglesia es el cuadro de la crucifixión de San Pedro de Caravaggio.


Santa María del Popolo

Tras admirar nuevamente la plaza pusimos rumbo a Santa María la Mayor. Allí en vez de boda, lo que había era misa, por lo que tenían cortada media basílica por la ceremonia. Lo que más nos gustó de esta, fue el techo, y los diferentes monumentos funerarios de papas y gente importante (entre ellos Bernini). Una pena no poder verla en profundidad por la misa.


Santa Mária la mayor

Nuestro camino nos llevó hacia la plaza Venecia donde pudimos contemplar el monumento a Vitorio Enmanuel, para subir posteriormente a los museos capitolinos.
El monumento me parecíó muy basto, de unas dimensiones enormes, y con poco atractivo. No me extraña que a los Romanos no les guste. Dentro se pueden visitar varias estancias, entre ellas el despacho que uso Mussolini.


Monumento a Vitorio Enmanuel

Encaminamos nuestros pasos a los museos Capitolinos. Con nuestro Roma pass nos descontaron la mitad de la entrada, así que entramos en unos de los 2 edificios. Este edificio estaba compuesto por varias estancias con lápidas y esculturas romanas. El otro edificio (justo enfrente) es bastante más interesante, junto a más esculturas, nos encontramos con la famosa loba capitolina. Además hay un patio interior con una escultura de trajano a caballo majestuosa.


La loba capitolina


Estatua de Trajano

Tras una rápida comida nos fuimos dirección a la iglesia de santa Maria in Cosmedin, a hacernos la típica foto en la boca de la verdad. Había como 10 minutos de cola y nos hicimos la foto con la mano dentro de la boca. Afortunadamente ninguno mentíamos y pudimos conservar nuestras manos. Entramos dentro de la iglesia y nos ofrecieron visitar la cripta de augusto por 1€, siendo esta la peor inversión del viaje, ya que la cripta es pequeñísima y hay un olor nauseabundo. Nada recomendable

Muy cerca estaba el circo maximo, o por lo menos el espacio que ocupaba. Es una gran explanada situada entre los montes Palatino y Aventino, con más de 500 metros de largos, y donde se disputaban las famosas carreras de cuadrigas. Es curioso imaginarse a 150.000 romanos gritando a su jinete favorito, y a Judá Ben-Hur ganado la carrera.


Circo máximo

Pusimos entonces rumbo al rio, atravesando la isla tiverina, llegamos al barrio del trastevere. Vimos la iglesia de Santa maría del Trastevere, y dimos un largo paseo por sus callejuelas. Terminamos cenando alli la mejor pizza de todo el viaje.

Tocaba volver al hotel y prepara las maletas para nuestro próximo destino: Florencia

1 comentario:

  1. La verdad es que Roma tiene mucho arte, como dicen los andaluces, pero como es la cuna del imperio, pues es normal. Las fotos son excepcionales, muy bien hechas. Me ha encantado la Loba capitolina con Rómulo y Remo. El Vaticano tiene más riquezas que todos los reyes juntos. Voy a por otra parte del viaje, estoy encantada y disfrutando mucho.

    ResponderEliminar