lunes, 11 de marzo de 2013

Etapa 8: Friburgo y Alsacia (Colmar, Riquenwihr y Estrasburgo)

Día 11 

Ese día teníamos previsto desplazarnos hasta la región francesa de Alsacia, pero antes no quisimos quedarnos sin visitar la capital de la selva negra: Friburgo.

Se trataba de un día de contrastes, por un lado visitaremos grandes capitales europeas como Friburgo y Estrasburgo, y por otro pequeñas villas con encanto como Colmar, Riquewihr y Gengenbach.

Nos levantamos temprano, con las pilas cargadas. 

Disfrutamos de un buen desayuno en nuestro hotel de Schonwald, y pusimos rumbo oeste hacia Friburgo. 

Es magnífico desayunar en una casa típica de la selva negra, con un paisaje espectacular frente a nosotros. 

Te sientes parte del entorno.


Schonwald

Friburgo

En apenas 45 minutos llegamos a Friburgo. 

Aparcamos en un parking de la Habsburgerstrasse, y nos encaminamos al centro por la Kaiser-Josheph Strasse.


Tranvía de Friburgo

A partir de ahí pudimos ver que Friburgo es una ciudad con mucha vida. 
Es una de las principales ciudades universitarias de Alemania, y eso se nota en el ir y venir de la gente por sus calles peatonales.


Zona peatonal

Estas calles únicamente están surcadas por las vías del tranvía y por los famosos Bächle.

Los Bächle son uno de los símbolos de Friburgo, se trata de unos pequeños canales de agua que surcan las calles desde el SXIII.

En un principio se construyeron para ayudar en la extinción de posibles incendios en los edificios de la ciudad vieja.

Ahora son una atracción turística, existiendo vendedores ambulantes que nos ofrecen pequeños barquitos veleros para que surquen las aguas de los Bächle.

Como en casi todas las atracciones turísticas, los Bächle tienen también su propia leyenda.
Esta dice que si alguien introduce su pie accidentalmente en uno de estos canales, estará destinado a casarse con un ciudadano/a de Friburgo.

Nosotros por si acaso la leyenda fuera cierta, (y por no llevar el pie mojado todo el día), nos andamos con cuidado de no pisar ninguno.


Un barquito navega por un bächle

Siguiendo las indicaciones, giramos a la izquierda para acceder a la Münsterplatz, en cuyo centro se erige la magnífica catedral de Friburgo.


Catedral de Friburgo

Catedral de Friburgo

Catedral de Friburgo

El templo de estilo gótico, fue construido en el s.XIV, y de su arquitectura destaca sobretodo su magnífica torre de planta octogonal con 116 metros de altura.

En la plaza de la catedral se ubica un mercado, con  tiendas de todo tipo.

Una zona del mercado está dedicada a plantas y flores, otra a legumbres, miel y caramelos, otra a textil, y otra a comida en general. Dimos un paseo por entre los puestos, comprando algún producto típico.


Entrada a la catedral

Mercadillo de la plaza de la catedral

En uno de los laterales está el palacio arzobispal, con una fachada muy característica.


Palacio arzobispal

Nos paramos frente a la entrada principal y pudimos admirar la magnífica fachada de la catedral, con su imponente torre.
Torre de la catedral
Entonces decidimos entrar dentro de la catedral y disfrutar de sus vidrieras y esculturas medievales. Como todas las catedrales que visitamos en el viaje, me pareció que tenía un interior muy oscuro.

Altar mayor

Nave central desde la parte posterior del altar

Estatuas de santos y arzobispos

Tras la visita atravesamos de nuevo la plaza y continuamos paseando hasta la Martinstor, que era una de las puertas de la ciudad de Friburgo, y que está ocupada actualmente por un Mc'Donalds.


Cervezas hechas de gominolas


Martinstor


Martinstor

Giramos a la derecha y nos adentramos dentro del mundo universitario de Friburgo. Paseamos junto a las facultades de derecho, medicina, ciencias... 

Por esa zona, más aun que en el resto de la ciudad, abundaban los ciclistas. Muchos de ellos estudiantes que se dirigían a las diferentes facultades.


Una de las calles principales


Universidad de Friburgo


Universidad

Pasamos junto al teatro principal de la ciudad, y giramos a la derecha para volver a adentrarnos en sus callejuelas y llegar a la plaza del ayuntamiento.


Ópera de Friburgo


Tranvía

Como curiosidad, en las puertas de los comercios de la zona centro tienen pintado en la acera un pequeño mural representativo del tipo de negocio que se lleva a cabo en el local.


Típica panadería-pastelería

En la concurrida plaza del ayuntamiento nos esperaba una sorpresa, ya  junto a su fachada principal se disponían a realizar un concierto un grupo de personas mayores vestidos con el traje típico de la zona.


Ayuntamiento


Músicos frente al ayuntamiento

Un numerosos grupo de viandantes nos detuvimos frente a ellos para escuchar las animadas melodías que tan gustósamente estaban representando. Además aprovechamos para comprar unas berlinas en uno de los puestos callejeros de la plaza.

Tras el espectáculo pusimos rumbo de vuelta a la Kaiser-Josheph Strasse, para concluir nuestra visita a Friburgo.

La ciudad nos gustó mucho. Es una ciudad con mucha vida, más que otras ciudades que habíamos visitado. La pena es que la visita fue algo express porque teníamos por delante otras 4 ciudades que conocer ese día.

Colmar

Nuestro siguiente destino se hallaba en otro país  por lo que nos dirigimos hacia la frontera franco-alemana.

La distancia entre Friburgo y Colmar es de unos 50 km, tardando unos 45 minutos en recorrerlos.

Como curiosidad del camino, nos encontramos que en esa zona la frontera entre Alemania y Francia la representa un viejo conocido del viaje, el río Rin. 
Ya en zona francesa hay una gran exclusa de agua que canaliza el Rin y permite el tránsito fluvial.

Aparcamos en una de las calles cercanas a la zona peatonal, y comenzamos la visita.


Zona peatonal

Teníamos un plano que nos indicaba un recorrido recomendado, por lo que empezamos a seguirlo.


Casas típicas

Lo primero que llama la atención, es lo bien conservado que está todo el centro. Nos encantaron sus casas de estructura de madera cuidadosamente conservadas, repletas de geranios floridos.


Zona del centro histórico


Terraza del centro


Zona centro

En la ciudad se encuentra el famoso museo de Unterlinden, que se halla instalado en un antiguo convento de dominicos. 
En él, destaca sobretodo el fantástico retablo de Issenheim pintado por Grüneweld.


Museo de Unterlinden


Retablo de Issenhaim


En el centro del pueblo destaca La Colegiata de San Martín. 
Este es un templo de estilo gótico, finalizado en el S. XIII y que domina la mayor plaza de la localidad. 
En ese momento estaba cerrada al público por obras de restauración en su interior, por lo que nos limitamos a admirar su exterior.


La Colegiata de San Martín


La Colegiata de San Martín


La Colegiata de San Martín


La Colegiata de San Martín

Seguimos por las calles laterales hasta que llegamos a uno de los edificios más bellos de Colmar, la casa Pfister. 

Es un edificio del s XVI, en cuyo lado Sur se levanto un bonito mirador con una galería de madera. 

La pena es que tenía un bonito andamio que nos impidió disfrutar la fachada entera.


Andamio sobre la casa Pfister

Casa Pfister sin andamio

Uno de los símbolos utilizados para la identidad de Alsacia es la cigüeña blanca. 
Este ave presentaba una población elevada en esta región comparativamente con el resto de Francia, posiblemente por su situación en las vías de migración entre el norte de Europa y el África Occidental. 

Podemos encontrar peluches de cigüeñas por toda la zona de Alsacia.


Cigüeñas

Llegamos entonces al Koïfhus. 
Este edificio de estilo gótico final, era almacén, mercado y centro aduanero. Se trata de un centro logístico de productos que pasaban o se enviaban de Colmar hacia Italia, el interior de Francia, Flandes o las tierras germánicas. 
En su parte central tiene una arcada que permite comunicar las dos plazas comerciales de la ciudad.

Koifhus

Plaza del centro de Colmar

Arquitectura típica

Casas típicas

Arquitectura típica

Casa Paco

Junto al Koïfhus pudimos ver un canal que se dirigía al barrio de la petite venise, y hacia allí nos dirigimos.


Zona de canales

Flores junto a un canal

Plaza frente al Koïfhus

De camino nos cruzamos con el Mercado Cubierto de Colmar, donde se pueden comprar alimentos típicos de la zona, y que incluye una zona para comer, al estilo del Mercado de San Miguel de Madrid.


Mercado cubierto

Sorteando unas obras llegamos.a la zona de petite venise.
Se trata de un amplio canal que discurre por la calle entre típicas casas con fachadas de diferentes colores y entramados de madera. 
Si a ello le sumamos las flores y los puentes, parece que nos hemos trasladado a la capital del Venetto. 
Para que aun nos de una mayor sensación de estar en Venecia, podemos dar un paseo en góndola.

Góndola sobre el canal principal

Petite Venise
Nosotros nos limitamos a admirar el paisaje de la pequeña Venecia desde uno de sus puentes más famosos.

Petite Venise

Todo el entorno es precioso, y uno de esos grandes regalos para la vista. 

Nos hubiéramos podido quedar horas allí en ese puente, o sentados en alguna de las magníficas terrazas de la zona, pero debíamos proseguir nuestro viaje, ya que aun teníamos muchas cosas que visitar ese día.


Calle de acceso a Petite Venise

Caminamos de vuelta al coche, con pena de no haber podido disfrutar más tiempo de esta pequeña ciudad, que en verdad nos encantó.

En una de las rotondas de salida nos sorprendió encontrar una reproducción a menor escala de la estatua de la libertad. Se encuentra allí porque en Colmar nació el escultor Frédéric Auguste Bartholdi que realizó la famosa estatua ubicada en Nueva York.


Estatua de la libertad

Riquenwihr

Tras leer muchos diarios de viaje y mensajes en foros, decidimos incluir el pequeño pueblo de Riquenwihr en nuestro itinerario. 

Dista unos 14 km de Colmar.

El trayecto serpentea entre viñedos, y pequeñas colinas, cambiando totalmente el paisaje que estábamos acostumbrados.


Viñedos

Aparcamos fuera del pueblo, junto a unas enormes naves dedicadas a la elaboración y almacenamiento del famoso vino de Alsacia. 

Constantemente llegaban camiones cargados de uvas con destino a las prensas. Eso producía un intenso olor a vino.


Planta de elavoración del vino

Avanzamos entre los viñedos, y entramos en el pueblo de Riquenwihr. 

Esta pequeña localidad de poco más de 1.000 habitantes tiene fama como productora de vinos, especialmente el Riesling típico de la región de Alsacia.


Más viñedos

Entrada a Riquenwihr

Pero realmente a nosotros el turismo enológico no es lo que más nos atrae, sino que acudimos a Riquenwihr para pasear por su casco histórico. 

En él, nos encontramos con casas de los siglos XV y XVI, con entramados de madera y cubiertas de flores.


Bonita casa

Ayuntamiento

La calle central comienza en la puerta principal de la ciudad, y avanza en una ligera pendiente hasta una torre defensiva junto a la iglesia. 

A ambos lados nos encontramos con coquetos restaurantes, tiendas de souvenirs, pastelerías y tiendas de degustación de productos típicos.


Calle principal

Típico restaurante

Tienda de recuerdos - pastelería

Calle principal

Casa típica

Entre las tiendas de degustación, además del vino de la tierra se puede probar los macarones, que son pastelitos como sándwiches hechos de dos galletas finas y una crema entre ambas. 
Estaban muy buenos, pero el precio era prohibitivo, así que nos limitamos a probarlos. .

Llegando al final de la calle

Casa típica

Había muchísima gente en la calle principal, en algunos sitios hasta había que hacer un poco de contorsionismo entre la masa para seguir avanzando. El pueblo es muy bonito, uno de los grandes descubrimientos del viaje, fue todo un acierto incluirlo en el itinerario.

Como curiosidad, nos encontramos con un desfile de carnaval que salía de la zona más alta junto a la torre de defensa, recorriendo sus calles, para finalizar en un pequeño escenario en la plaza central del pueblo.

Comienzo del desfile

Como la gente se agolpaba en los primeros metros del desfile, y parecía que iba a ir para largo, aprovechamos y entramos en una cafetería cerca de la plaza a comernos unos crepes salados.

Justo cuando terminamos, el desfile empezaba a pasar junto a nosotros. 

La verdad es que los trajes estaban muy logrados, y la gente se implicaba mucho. Fue una agradable sorpresa.


Dama de negro

Pareja de la luna

El mismísimo diablo

Pareja veneciana

Posado discreto

Hasta el perro iba disfrazado

Pareja de negro y blanco

Espectador con localidad privilegiada

Tras admirar los vestidos con ese aire veneciano, pusimos rumbo de vuelta al coche.

Satisfechos por lo bien que se estaba dando el día, programamos nuestro GPS con destino a Estrasburgo.

Estrasburgo

Llegamos a la ciudad más importante de Alsacia tras unos 70 km de recorrido.


Entrada a Estrasburgo

Dejamos el coche en el P-R de Rives de l'Aar. 

Esta es una gran iniciativa turística, ya que se trata de un parking con acceso a una estación de tranvía. 

Aparcar el coche y un billete doble de tranvía (ida y vuelta al centro) por 2,70€. 

Elegimos Rives de l'Aar porque tenía buena conexión con la autopista, y porque allí se podía coger la linea B de tranvía que iba directo al centro.

Circulamos con el tranvía por las calles más concurridas de Estrasburgo, y nos bajamos en la parada de Homme de Fer tras unos 10 minutos de trayecto.

Estrasburgo si que es otro mundo. Acostumbrados a las tranquilas ciudades alemanas y austriacas, a los pueblecitos de los alpes, nos encontramos en medio de la vorágine de una gran capital europea.

Estrasburgo tiene muchísima vida, sobretodo nos cruzamos con gente joven de todas las nacionalidades y razas. Una enorme mezcla de culturas, que nos hace tener la sensación de que hemos vuelto a París.

Pasamos entre la gente bajo la techada plaza de Homme de Fer, para desembocar en la amplitud de la Plaza Kleber.


Plaza de Homme de fer

Esto es lo más parecido a una enorme plaza mayor que nos hemos encontrado en el viaje. Rodeada de terrazas y de tiendas importantes, en ese momento estaba ocupada parcialmente por un gran escenario. 

Junto al escenario nos encontramos diferentes grupos que interpretaban músicas y bailes de todo tipo.


Plaza Kleber

Galerias Lafayette
En la plaza se encontraban los grupos que ya habían bajado del escenario, y por una de las calles se agolpaba la gente para formar un pasillo por el que discurrían las comparsas de camino al escenario de la plaza Kleber. 

Nos paramos a ver el espectáculo, ya que era digno de admiración. Cada grupo lo componían entre 30 y 50 personas, e iban con instrumentos y ropajes preparados para la ocasión. 

Vimos pasar batucadas, grupos con ritmo reagge, de hip hop, un conjunto de gitanos...


Batucada

Gaiteros

Vehiculo extraño

Niños con cencerro en la cabeza

Música étnica

Cuando vimos pasar al último grupo, continuamos nuestro camino hasta la plaza de la catedral.


Calle peatonal
Allí pudimos disfrutar de una de esas grandes maravillas de  la arquitectura: la Catedral de Notre - Dame.

Catedral de Notre-Dame
Nos quedamos sin palabras ante el espectacular templo gótico que teníamos ante nuestros ojos.

Quizá no tenga la elegancia de los grandes duomos italianos, con sus fachadas de mármol de diferentes colores, pero en cuanto a belleza, esta catedral  no le anda a la zaga.

Su fachada es el mayor libro de imágenes de la Edad Media.

Los centenares de esculturas que parecen desprenderse de la pared acentúan los efectos de luz y sombra. 

El color de la arenisca rosa cambia según la hora del día y el color del cielo.

Esta obra de arte de estilo gótico, se finalizó en el año 1439 con la construcción de su única torre campanario de 142 metros de altura. La torre fue el edificio más alto del mundo hasta 1874.

Afortunadamente aun estaba abierta al público, por lo que nos encaminamos a su interior. 

Allí podemos destacar las vidrieras, el enorme rosetón y el púlpito. 

Es digno de admirar el enorme órgano y el reloj astronómico.


Altar mayor

El gran rosetón

Nave lateral

Órgano

Vidriera

Según salimos de la catedral, en la misma plaza podemos ver la famosa Casa Kamerzell. 

Este es un edificio gótico del s XV realizado en estilo gótico, con un característico entramado de madera. En la actualidad en su interior se encuentra un hotel y un restaurante.


Casa Kamerzell

Casa Kamerzell

Salimos de la plaza por la Rue Merciere, que es la calle donde se ubica el mercado navideño desde hace siglos. 

Además desde allí se puede disfrutar de la mejor vista de la fachada de la catedral. Llegamos por la plaza Gutenberg y giramos en dirección al río Ill.

Fachada de la catedral

Tiovivo antiguo
Pasamos junto al palacio Rohan y tomamos un paseo que hay junto a la orilla del río. El paseo era muy agradable, pasando por debajo de los puentes que conectan las dos orillas del Ill. 

Nos llamó la atención que ninguna valla separara el paseo de las aguas del río.

Río Ill

Puente sobre el Río Ill

Paseo junto al río


Casa típicas

El final de paseo se produce al llegar a una esclusa que comunica el río Ill con el barrio de la Petite France.

Justo en ese momento circulaba un barco a través de la esclusa, y pudimos ver como poco a poco esta se llenaba para superar el desnivel de unos dos metros que tiene el río en ese punto.


Barco sobre el Ill

Casas típicas

Esclusa

Esclusa

Entrada a Petit France

Tras pasar la esclusa parece que nos encontremos en una ciudad absolutamente diferente.

Dejamos atrás la Estrasburgo de las tiendas, de las casa modernas, para entrar en una zona atravesada por canales y formada por calles estrechas de casas con entramado de madera.

Realmente parece otra ciudad, una ciudad de cuento, donde todos los balcones están engalanados con flores.

Petit France

Petit France

Petit France

Merece mucho la pena pasear por sus calles peatonales, y evadirse por un momento del bullicio típico de una gran urbe como es la que nos acoje en ese momento.

Paseamos un rato por sus calles, y pudimos ver  los puentes cubiertos y la presa Vauban.


Puentes cubiertos

Presa Vauban

De vuelta al centro de la ciudad pasamos junto a la imponente iglesia de Santo Tomás y nos encaminamos a la estación de tranvía.


Una vez en el tranvía, decidimos no ir directos al parking, sino que teníamos una última visita planeada en Estrasburgo.


Tranvía de Estrasburgo

Plaza de la república

Cogimos el tranvía hasta la plaza de la república, y allí cambiamos a la linea E para bajarnos en la parada del Parlamento Europeo. 

Ya que estábamos en Estrasburgo, no podíamos dejar de visitar una de las sedes donde se reúne el Parlamento Europeo.


Parlamento Europeo

El parlamento Europeo ejerce junto con la Comisión  la función legislativa en la Unión Europea.

Lo componen 754 diputados elegidos mediante sufragio universal por los más de 375 millones de electores de los países miembros de la UE.

El Parlamento Europeo celebra sus reuniones en Bruselas y en Estrasburgo, siendo utilizado para tal efecto el edificio Louise Weiss de la ciudad francesa.

El edificio está rodeado de zonas verdes, y abrazado por uno de los brazos del río Ill. 

La frontera alemana está situada a menos de 3 km de allí, siendo el Rin la frontera natural entre los dos países.

A pesar de que la noche se nos estaba echando encima, pudimos admirar perfectamente la postal que teníamos ante nuestros ojos. 

El edificio de las instituciones comunitarias es magnífico.

Destaca la parte redondeada en la que se encuentra el hemiciclo, y este se ve rodeado por el edificio anexo con su fachada de cristal.

Parlamento Europeo

La estampa aumenta su belleza por el tenue anochecer sobre el río Ill.

Recorrimos el paseo que separa el Parlamento del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Este es un edificio menos espectacular, pero es de gran importancia, ya que se trata de un tribunal internacional ante el que cualquier persona que considere haber sido víctima de una violación de sus derechos puede fundamentales en la UE, puede solicitar la subsanación de dicha violación.


Tribunal Europeo de Derechos Humanos

 Enseguida llegó el tranvía y tras un corto transbordo nos dejó junto a nuestro parking.

 A pesar de que la noche se nos estaba echando encima, decidimos terminar nuestro día en el coqueto pueblo de Gengenbach.

Atravesamos la frontera franco-alemana y tras unos 35 km de camino, llegamos a Gengenbach.

Gengenbach es un pequeño pueblo situado en los límites occidentales de la selva negra,  que tiene muchísimo encanto. 

De hecho, aquí se rodaron los exteriores de la película Charlie y la Fábrica de Chocolate de Tim Burton.

Nosotros aparcamos fuera del casco viejo, en un pequeño parking junto a la carretera de acceso al pueblo. En ese lugar había un par de ruidosos arroyos, que podíamos adivinar en la oscuridad, ya que había muy pocas farolas.

Caminamos hacia el centro del pueblo hasta que llegamos a la biblioteca universitaria. Justo al lado de ella hay un coqueto molino de agua


Biblioteca
Recorrimos las callejuelas, hasta llegar a la plaza del mercado, y a la calle que recorre el pueblo como una gran columna vertebral.

Calle principal

Calle principal

En uno de sus laterales se encuentra el ayuntamiento. 

Como curiosidad decir que en Gengenbach se considera su fachada principal como un gran calendario de adviento, ya que posee 24 ventanas, una por cada día de adviento.

Ayuntamiento

En cada extremo de la calle están situadas dos puertas bajo la muralla, coronadas con una cónica torre.

Es una pena que no esté más cuidada la iluminación de los edificios, porque este pueblo podría ofrecer un gran espectáculo por la noche, y se limita a tener 4 farolas, el ayuntamiento y la biblioteca tenuemente iluminados.

Tras pasear por la calle principal, recorrimos algunas de las bonitas callejuelas adoquinadas. 

Destaca la belleza del conjunto que forman las estrechas calles con sus casas de entramado de madera cubiertas de flores.

Llegado ese momento decidimos buscar un sitio para cenar. 

Ese día íbamos algo tarde para las costumbres Alemanas, ya que eran las 21:30 horas. 

En varios restaurantes nos dijeron que ya tenían la cocina cerrada, así que tuvimos que recurrir una vez más a la comida italiana. 

Cenamos en el restaurante Michelangelo, justo enfrente del ayuntamiento, resultando bastante recomendable por su relación calidad-precio.

Tras la cena caminamos de vuelta al coche para emprender camino de vuelta a Schonwald.

Después del trote del día se nos hicieron algo largos los 50km de camino, pero por fin sobre las 23:00h ya estábamos en nuestro hotel para un merecido descanso.

Este es el recorrido del día
Ver mapa más grande




7 comentarios:

  1. Muchas gracias por todo el detalle. ¿Cómo se llama el hotel de Schönwald? ¿Lo recomendáis? Muchas gracias!!!

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    1. El hotel es el Landhaus Lena y lo recomiendo sin duda.

      http://www.booking.com/hotel/de/landhaus-lena.es.html?aid=311090;label=landhaus-lena-MfV1AGcSCCqsFyZf5GlyNAS28595890140%3Apl%3Ata%3Ap1%3Ap2%3Aac%3Aap1t1%3Aneg%3Afi%3Atiaud-146342138710%3Akwd-17283929214%3Alp9061043%3Ali%3Adec%3Adm;sid=77d588e699776e97a2b9a94adccdde36;dcid=1;dest_id=-1860538;dest_type=city;dist=0;room1=A%2CA;sb_price_type=total;srfid=f734e9af43547d1dd4e3cd12eaae64c839a9e808X1;type=total;ucfs=1&

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  2. Felicidades por el blog!!! Voy a hacer un viaje a esa zona este verano y me gustaría me dijeras que tal el par quingo de Friburgo,si es muy caro porque veo que esta justo al lado del centro.Gracias!!! (Miguel)

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    1. El parking no recuerdo exactamente que precio tenía, pero no era especialmente caro.
      Además yo estuve un par de horas en la ciudad, por lo que era la mejor alternativa para la visita.

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  3. Hola, muy bien detallado todo tu viaje. Me gustaría saber en que mes viajaste, para saber el clima y ver cuando conviene ir. Gracias.

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  4. (la lucha contra la pobreza) Buenos días Señor/Señora Le han rechazado en el banco porque su crédito no cumple

    sus normas?

    Sueñas con ser dueño de tu propia casa, pero te han negado una hipoteca debido a una tasa alta

    o crédito insuficiente?¿Su

    negocio está abajo?¿Necesita dinero para impulsar su negocio?

    pagos atrasados ??explicables, sobreendeudamiento, divorcio o

    pérdida de empleo u otros, puede tener un

    segunda oportunidad de credito entre particulares te enteraste de la gran campaña

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