viernes, 5 de abril de 2013

Etapa 10: Heidelberg y Speyer

Día 13

Heidelberg

Nos despertamos pronto con las pilas bien cargadas y comenzamos la visita a la ciudad de Heidelberg.

El hotelo Heidelberg era correcto. No era el mejor del viaje, pero para descansar estaba muy bien.
Se ubica algo alejado del centro de Heidelberg, por lo que tuvimos que coger el tranvía 26 al lado del hotel, hasta la parada de Adenauerplatz. 
Esta es una zona donde se encuentran los edificios de oficinas más modernos de la ciudad, y donde hay mucho ir y venir de trabajadores trajeados.

Como no habíamos desayunado, aprovechamos que había un Mc Donalds allí y nos comimos unos mufflins recién hechos.

Nuestra primera visita del día consistía en visitar el monumento más conocido de la ciudad: el castillo de Heidelberg.

Recorrimos la calle Hauptstrasse, que es una calle peatonal muy comercial que recorre todo el casco antiguo de la ciudad. 
A ambos lados nos encontramos tiendas de las firmas más conocidas internacionalmente, así como multitud de restaurantes.


Hauptstrasse

Llegamos a la Karlsplatz, y cerca de allí se encuentra la estación del funicular para ascender al castillo.

El precio de 5€ incluye la subida y bajada en funicular, y las visitas al castillo, museo de la farmacia y tonel más grande del mundo.

El recorrido es bastante más corto que en Salzburgo, y había mucha menos gente que en la ciudad austriaca.


Estación del funicular

Funicular

Llegamos a la zona del castillo en apenas 2 minutos de trayecto, y salimos al exterior. 
La audioguía era bastante costosa, y pensamos que no merecía la pena.

Entrada al castillo

Se puede acceder sin entrada a uno de los laterales del foso, pero nosotros con nuestra entrada en mano nos dirigimos al interior.

El castillo se comenzó a construir en el SXIII, y su destrucción parcial se llevó a cabo a lo largo de los siglos, hasta finales del SXVIII

La parte exterior del castillo está prácticamente en ruinas. Lo más interesante se encuentra en el patio central .
Por un lado nos encontramos con el museo de la farmacia. El museo consta de 14 salas de exposición.

Museo de la farmacia

Una de estas salas muestra la zona de dispensación de la farmacia lujosamente amueblada, proveniente del monasterio benedictino de Schwarzach.

En otra sala nos encontramos con dos oficinas de farmacia. 
Una es la reproducción de la del monasterio de las Ursulinas de Klagenfurt, en lujoso mobiliario de estilo barroco. 
La otra es una reproducción según modelo del siglo XVIII. La mesa-mostrador estilo rococó, es original de la "farmacia de La Corte", del Principado de Bamberg.

Continuamos por la "Farmacia La Corona " de Ulm, cuyo mobiliario es de madera de cerezo, del año l812.
Reproducción de oficina de farmacia

Reproducción de oficina de farmacia

Reproducción de oficina de farmacia

Reproducción de oficina de farmacia

Es un recorrido por el túnel del tiempo, lleno de encanto y belleza. 
En las siguientes salas, podemos observar antiguas farmacopeas alemanas con portadas grabadas en cobre.

Se exhiben emblemas de antiguas farmacias, y se reconstruye un laboratorio con instrumental y aparatos de los siglos XVII al XIX.

Hay también en el museo, una impresionante colección de drogas naturales, y de fármacos antiguos.


Reproducción de laboratorio farmacéutico

Símbolos antiguos de farmacias

Símbolo actual de las farmacias

El museo está muy bien, y si se visita con una farmacéutica, pues mejor aun.

Salimos del museo, y justo enfrente nos encontramos una pequeña rampa de acceso hacia una puerta donde se anunciaba el barril más grande del mundo.

Rampa de acceso al interior

Entramos y descubrimos a la derecha un enorme barril de madera, con el que había cola para fotografiarse.
La verdad es que era bastante impactante la enormidad del barril, midiendo varios metros de alto.

Tonel enorme
Cuando pensábamos estar ya ante el barril más grande del mundo, giramos a la derecha, y nos encontramos con una sala donde se encuentra un gigantesco barril que tiene 7 m de ancho, 8,5 m de largo y puede contener 222.000 litros de vino.

Es tan grande, que hay una escalera para subir a la parte alta del barril, y poder hacerse una foto encima de él.
Este barril data de 1.751, y antes que este, hubo otros tres grandes barriles.
El tercero de ellos fue cuidado por Perkeo, que es el famoso bufón de Heidelberg. 
Como homenaje  a su persona, está representado por una estatua frente al barril, que le convierte en su guardián permanente.

Tonel más grande del mundo

Estatua de Perkeo

Salimos de nuevo al patio del castillo, y enfrente se puede acceder a un magnífico mirador sobre la ciudad de Heidelberg. En esa amplia zona nos agolpábamos con hordas de japoneses que intentaban hacer la foto más artística posible, con la ciudad de Heidelberg a sus pies.

Heidelberg desde el castillo

El río frente al castillo

Patio central

Patio central

Edificio principal

Arco de entrada

Entrada

Parte del castillo en ruinas

Foso

Pasamos un rato contemplando la belleza de la ciudad del Neckar, y pusimos rumbo de vuelta al funicular para descender de nuevo al centro de Heidelberg. 

Andamos un poco hacia la Karlsplatz, desde donde había una magnífica vista del castillo.


Bajada del funicular

El castillo desde la Karlsplatz

Karlsplatz


Karlsplatz
Salimos de esta y desembocamos en la Marktplatz. En esa plaza se encuentra el ayuntamiento y la Iglesia del Espíritu Santo. Junto a los muros de la iglesia hay un pequeño mercadillo con cosas interesantes sobre la ciudad.

Iglesia del Espíritu Santo

ALGUNA BUFANDA CONOCIDA?

Enfrente de la iglesia nos encontramos con el edificio Haus Ritter, construido a finales del s. XVI.

Ayuntamiento

Después de picar con algunas compras, entramos en la iglesia, edificada en estilo gótico, y que data del sXV.  
Su interior es bastante más luminoso que otras iglesias que habíamos visitado, y se se notaba que su  había sido reconstruido tras la guerra.

Interior de la iglesia

Hotel Ritter

Salimos de la iglesia, y completamos la dupla eclesiástica, con la iglesia de los jesuitas. 
Está construida en estilo barroco, y data del sXVIII. Entramos dentro, y pudimos admirar su peculiar decoración en blanco con detalles dorados.

Iglesia de los jesuitas

Interior iglesia


Órgano
Tras la visita al interior de la iglesia, salimos a la Plaza de la universidad. 
Allí se asientan los edificios más importantes de la famosa Universidad de Heidelberg, fundada por Ruperto I en el s XIV.

Muy cerca hay una conocida tienda de artículos navideños. Los escaparates eran todo un espectáculo visual

Universidad

Biblioteca de la universidad

Tienda de adornos navideños

Adornos navideños

Hauptstrasse

Finalizado este recorrido por el interior de la ciudad, nos dirigimos a la orilla del Neckar, para recorrer la distancia que nos separaba del Brükentor o Puente viejo. 
Este puente, llamado de Carlos Teodoro, está decorado con dos cúpulas muy llamativas, y data de finales del s. XVIII.
En uno de sus extremos se encuentra la figura de una especie de mono babuino. 
Se trata del mono del puente, que se instaló en los años 70, y recuerda una histórica escultura de un mono con un espejo que durante siglos estuvo ubicada en dicho lugar. Representa la idea de que antes de criticar a otros, mírate tú en un espejo,  pues quizás descubras que eres un mono.
La costumbre dice que si lo tocas, tendrás mejor salud y volverás a Heidelberg. 


Casa con torreones junto al río

El río Neckar

El río Neckar

Casa señorial

El mono de la suerte

El castillo 

Entrada al puente

El Neckar desde el puente

El castillo y el puente

Cruzamos el río y comenzamos el ascenso que nos llevará hacia el Philosophenweg, o Camino de los Filósofos. 

Este es un camino situado en la orilla del río opuesta a la del casco antiguo, y que discurre a unos 200m de altura por encima de este.

Recibe este nombre porque los filósofos que vivieron en Heidelberg junto con profesores de la universidad hacían este paseo mientras discutían sobre temas de actualidad y filosofía.

El castillo

Las subida de acceso al camino es bastante sinuosa, alternando caminos de rampas, con escaleras. 

De camino nos encontramos con varios miradores que nos regalaban unas vistas magníficas de la ciudad.

Subida al Camino de los filósofos

Heidelberg

Heidelberg

Por fin coronamos la dura rampa de acceso, y llegamos al Philosophenweg.

A través de este camino pudimos disfrutar de unas magnñificas vistas del castillo, el casco viejo y el río Neckar.


La universidad
El camino discurre rodeado de exoticas plantas, e incluso se puede ver una antigua fortaleza celta.

Camino de los folósofos

El río Neckar

Para mi fue la visita más agradable y recomendable que realizamos en Heidelberg.

Llegamos al final del camino, que se encuentra junto a un bonito jardín, y comenzamos el camino de descanso. 

El descenso se realiza a lo largo de unas urbanizaciones con casas de lujo, que denotan el alto poder adquisitivo de los habitantes de esa zona.

Con esto dábamos por concluida la visita a la ciudad de Heidelberg. La verdad es que es una ciudad bastante pequeña, pero que ofrece muchas cosas. Es perfecta para pasar una mañana de turismo.

Cruzamos de nuevo el Neckar, y cogimos el tranvía en la Bismarckplatz.

Como ya era hora de comer, volvimos al hotel para coger el coche, y aprovechar para ir a uno de los restaurantes cercanos.

Ahí surgió una curiosa anécdota. 

Se trataba de un edificio junto al hotel, en el que a través de la misma entrada se podía acceder a 3 restaurantes diferentes. 
Uno de ellos era un chino, otro un burguer, y otro un wok. 
Pero el que nos llamó la atención era uno que se llamaba "Pollo campo". 
Se trataba de un híbrido entre KFC y Tacobell, aunque con ciertos nombres en mitad alemán, mitad español.
Además para sorpresa nuestra tenían puesto en el hilo musical el megamix del "Máquina total 7", que escuchábamos allá por el año 1994. 
El dependiente de origen oriental se quedó bastante sorprendido al vernos cantar a Laura Pausini y compañía.

Comimos más que decentemente, y cogimos el coche, rumbo a Speyer (en español Espira).

De camino pasamos junto al circuito de Hockeinheim.

Circuito de Hockeinheim

Llegamos a Speyer. donde se encuentra el Technik Museum.

Speyer (Technik Museum)


Technik Museum

Allí se exhiben coches antiguos, motocicletas, aviones y camiones de bomberos históricos. 

Actualmente el museo dispone de más de 25.000 m2 de superficie techada y 150.000 m2 de recinto al aire libre.


Entrada

Zona exterior

Comenzamos la visita por una de las naves donde pudimos ver coches, camiones de bomberos, locomotoras, aviones antiguos. 
Todos muy bien conservado y con su propia historia y explicación. 
Justo en el centro de la nave hay un bonito tiovivo, y una zona con instrumentos musicales antiguos.

Mercedes Benz 380K de 1934

Diligencia

Antiguas locomotoras

Opel RAK 2

Tiovivo antiguo

Antiguo autobus

Caza boca abajo

Roll's Royce

Órgano antiguo

Mercedes alas de gaviota

Antigua diligencia

Interior de una locomotora

Salimos al exterior, y nos encontramos con una de las joyas del museo, un Boeing 747 de Lufthansa situado sobre un enorme armazón de acero.

Es impresionante la silueta del jumbo encima de nuestras cabezas. Subimos por las empinadas escaleras para poder acceder al avión por la puerta de embarque de uno de los laterales.

Boeing 747

Boeing 747


Tren de aterrizaje del jumbo

La zona de la cabina de pasajeros estaba prácticamente desmontada en su totalidad, pudiendo contemplarse el revestimiento y el armazón del avión.

Entrada al avión

Tren de aterrizaje



Cabina de pasajeros



Bajada a la bodega de equipajes

A través de unas escaleras se podía acceder a la bodega de carga, aunque era bastante angosta, y decidimos que era mejor no bajar.

Unos metros hacia delante estaba reconstruida una sección de la cabina de pasajeros, con maniquíes representando a la tripulación.

Recreación de la cabina de pasajeros

Es complicado e inquietante moverse por el interior del avión, ya que este tiene una ligera inclinación lateral y vertical. 
Es como la casa al revés de Polonia, o esas casas mágicas de los parques de atracciones.

Conseguimos llegar a la parte del morro del avión, y de allí surgía la escalera que nos llevaba hasta la cabina de pilotos. 
Allí unos maniquíes y una radio simulaban un vuelo del jumbo.

Cabina de pilotos

Transporte del jumbo

La parte más curiosa, es la posibilidad de salir al exterior y caminar por el ala izquierda del 747. Es curiosísima la sensación de estar encima del ala de un avión.

En el ala del avión

En el ala del 747

De vuelta a la estructura que sujeta el avión, vimos la posibilidad de bajar por un enorme tubo, pero como no teníamos alfombra para ello, no pudimos hacerlo.

En esa zona al aire libre hay multitud de aviones de todo tipo, desde cazas, pasando por un hidroavión, hasta un biplano.

Avión de rescate

Más aviones

Caza americano

Caza

Como la hora de cierre se acercaba peligrosamente, decidimos entrar en la otra nave,  y sumergirnos en la mayor exposición de Europa sobre aeronáutica.


Entrada a la zona aeroespacial
Allí destaca el modelo original del transbordador ruso BURAN y una cápsula espacial Sojuz.
Una escalinata nos permite asomarnos a la zona de carga del Buran, y a la cabina de pilotos.

Transbordador Buran

Interior del transbordador

Capsula espacial

Sección de la Estación Espacial Internacional

Recreación del módulo de la ISS

Caza y cápsula Soyuz

Como curiosidad, nos explicaron que el transbordador proviene de Barhein, y que para trasladarlo al museo, se hizo primero por mar hasta Rotterdam y desde ahí, Rin arriba en un pontón hasta Espira.

Pudimos admirar la reconstrucción de un alunizaje del programa Apolo, así como multitud de satélites. Había un módulo de la estación espacial internacional, y la reproducción de una sonda enviada a Júpiter.

Recreación de un alunizaje


Módulo lunar
Como buen fan de Star Wars, nos sorprendió gratamente que la exposición temporal se basara en la gran saga galáctica. 
Allí pudimos ver trajes originales de soldados de asalto imperiales, una reproducción de la vaina de carreras del Ep1, figuras de Yoda, de Darth Vader, Chewbacca...
Junto a ello había una exposición de maquetas de lego sobre temas de las películas.

Soldados imperiales

Vaina de carreras

Yoda

Chewbacca

Bustos de los protagonistas de Star wars

Halcón milenario de Lego

Busto de Darth Vader

Antiguo avión de helices

Caza
Camión de carreras

En una de las esquinas de la nave del museo había una exposición de motos de competición, siendo quizá la parte menos interesante, ya que no eran motos conocidas del campeonato del mundo, sino que eran del campeonato alemán de superbikes.

Superbikes

Transbordador Buran

Motos antiguas

Salimos de esa nave y cruzamos la zona de aviones hasta llegar al submarino U-Boot U9 de la Marina Federal alemana con una longitud de 46 metros y un peso de 466 toneladas. 
Como no habíamos entrado nunca en un submarino, alla que fuimos.
Submarino

El jumbo desde el submarino
Entramos por una de las escotillas superiores y accedimos a la zona de los torpedos. 
Allí se encontraban las salidas de los torpedos. Junto a ellas estaban las camas de los oficiales, ocupando el pequeño espacio a lo largo del estrecho pasillo.
Salidas de torpedos

Camarotes

Radar
Unos metros hacia delante se encontraba el periscopio y el radar.
Avanzamos por el minipasillo rodeados de cables, válvulas y tubos, aumentando bastante la sensación de claustrofobia. No me quiero imaginar a un montón de soldados y oficiales viviendo días y días en ese espacio a cientos de metros bajo el mar.

Válvulas

Zona de motores

Exterior

Hélice

Como aun teníamos algo de tiempo, nos subimos en el Antonov 22, que a día de hoy es el avión de hélice construido en serie más grande del mundo con una envergadura de 64 metros y una longitud de 58 metros.

Antonov 22

Rampa del Antonov

Interior del Antonov

Subimos a la cubierta de un barco de pesca, y al interior de un helicóptero de rescate.

Helicóptero

Interior del helicóptero

Zona de carga del helicóptero

Casi sin darnos cuenta ya eran las 18:00h, y el museo cerraba sus puertas.

Nos hubiera gustado poder verlo todo más tranquilamente, pero la verdad es que salimos muy satisfechos por la visita.

Nuestro Mercedes clase B

La próxima vez me gustaría también poder visitar el otro museo de la técnica en Sinsheim.

Nos despedimos del museo con la vista aun clavada en el jumbo, y pusimos rumbo al centro de Espira.

Aparcamos junto a su famosa catedral y nos acercamos al templo.

La catedral de Espira es uno de los templos románicos más importantes del mundo, siendo el edificio más grande del mundo construido en ese estilo arquitectónico.

Su construcción comenzó en el año 1.060, y está declarado como Patrimonio de la Humanidad. 
Mide 133m de largo y 43 de ancho, y está realizada con gran cantidad de la piedra de arenisca roja.

Catedral de Espira

En la plaza, frente a la portada principal de la catedral, se encuentra la Fuente de piedra (Domnapf), con una capacidad de 1.560 litros. Antiguamente simbolizaba el límite de inmunidad entre la ciudad y el obispo.

Fuente de Piedra

Afortunadamente la catedral aun estaba abierta al público, por lo que entramos en su interior.

Un elemento distintivo y característico de esta catedral es la galería de columnas que bordea todo el perímetro del edificio, justo debajo de la línea del tejado.

Interior de la catedral

Nave principal

Ayuntamiento de Espira

Tras un pequeño paseo por la calle central, volvimos al coche, para regresar a Heidelberg.

El día había sido bastante completo y provechoso.

De vuelta al hotel cogimos unas hamburguesas para cenar y pusimos punto y final al día.



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