Con cualquier persona que comentábamos nuestra intención de viajar a Bélgica, siempre nos recomendaban Brujas como la ciudad más bonita del país.
Tras un buen desayuno en el hotel, salimos de Gante rumbo al noroeste, para en algo menos de 30 minutos llegar a Brujas.
Aparcamos nuestro corsa en el parking de la estación de tren y nos dispusimos a conocer esta bella ciudad.
Estación central de Brujas
Teníamos indicaciones en un mapa con diferentes atracciones turísticas, y un recorrido que nos llevaba por las zonas imprescindibles de la ciudad.
Comenzamos cruzando la amplia avenida Buiten Begijnenvest, y giramos a la derecha por un pequeño paseo ubicado entre árboles, para llegar al puente poertoren (torre de la anunciación).
No es necesario cruzar el puente, pero desde allí se empiezan a ver las primeras vistas bonitas de la ciudad, donde al agua es siempre un protagonista destacado.
Río de Brujas
Antiguo puerto de Brujas
La ciudad estás surcada por múltiples canales, que cruzaremos por una amplia gama de puentes que encontraremos a lo largo de toda la ciudad.
Zona estudiantil
Desde el puente poertoren podemos ver el Minnewater o Lago del Amor. Esta bonita zona era el antiguo puerto de Brujas, que quedó cerrado por la caprichosa acción de la naturaleza.
Ahora vemos que pueblan sus orillas enormes cisnes y patos que no dudan en aceptar comida de los intrépidos turistas que se les acercan.
Minnewater
Justo a la derecha del lago podemos entrar al beatario de Brujas, o beginague para los locales.
Se trata de un mini pueblo con casitas blancas y una iglesia en el centro. Era ocupado por mujeres que vivían allí dedicando su vida a Dios sin tener que renunciar al mundo.
En ese recinto podemos pasear entre unas cuidadas praderas y disfrutar de un agradable ambiente de paz y tranquilidad.
Entrada al beatario
Beatario
Beatario
Salimos del beatario y cruzamos el puente de los cisnes.
Desde allí hay unas magníficas vistas de los canales y del lago del amor.
El nombre del puente no es casual, ya que en esa zona podemos ver una gran congregación de cisnes.
Cisnes en el canal
Lago del amor
Canal de Brujas
Avanzamos un poco por las estrechas calles medievales de Brujas, y vemos a la izquierda el hospital de San John.
Entramos en el patio para ver su decoración, pero no entramos al interior donde había un museo de instrumentos médicos (8€ la entrada).
HJospital San John
Patio interior del hospital
Entrada con el bellocino de oro
Entrada a la exposición de instrumentos quirúrgicos
Plaza frente al hospital
Frente al antiguo hospital medieval se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora.
De la iglesia gótica del s XV, destaca su imponente torre de 122 metros de altura que domina toda la ciudad.
Iglesia de Nuestra Señora
El interior de la iglesia se encontraba en obras y es de acceso gratuito.
Allí pudimos ver un imponente púlpito medieval y las sepulturas de Carlos el Temerario, último duque de Borgoña de la dinastía Valois, y de su hija, la duquesa María de Borgoña.
Púlpito de la iglesia
Interior de la iglesia
Pero para contemplar el mayor tesoro de esta iglesia hay que pasar por caja. Si abonamos 3€, podemos acceder a una capilla alargada que nos lleva frente a la famosísima Madonna de Brujas.
Esta escultura de mármol realizada por Miguel Angel en 1.504 representa a la virgen y al niño recostado entre las piernas de su madre.
Los pliegues y la figura de la virgen recuerdan mucho a la piedad del vaticano.
Retablo de la Madonna de Brujas
Madonna de Brujas
Como curiosidad , en la cripta de esta iglesia hay una pequeña caja de plomo, que contiene el corazón de Felipe el Hermoso, marido de Juana la Loca y yerno de los Reyes Católicos.
Felipe está enterrado en la Capilla Real de Granada, pero su hermana Margarita de Austria consiguió sacar su corazón y depositarlo en Brujas junto a la tumba de su madre.
Salimos de la iglesia y recorrimos todo su perímetro para entrar por una puerta roja a un recinto donde se puede disfrutar de unas vistas increíbles.
Nos encontramos en un pequeño parquecillo llamado Arentshof junto a la parte posterior de la iglesia, y podemos ver la fachada del Palacio Gruuthuse, que en nuestra visita se encontraba en obras.
Ábside de la iglesia
En esa zona hay una estatua de Luis Vives, y podemos cruzar el canal por el puente de San Bonifacio.
Este puente tiene la estética de llevar construido varios siglos sobre el canal, pero realmente es de principios del sXX.
Las vistas desde allí son magníficas, y no solo las vistas, el sonido de cascos de caballo próximos, el ver pasar barcos turísticos por el canal, hacen de esta zona, la parte que mas me gustó de toda la ciudad.
Puente de San Bonifacio
Canal junto a la iglesia
Parte posterior de la iglesia
Vista desde el puente de San Bonifacio
Vista desde el puente de San Bonifacio
Avanzamos un poco junto al canal y llegamos a otro de los lugares más conocidos de Brujas, el Muelle del Rosario (Rozenhoedkaai).
Allí se han realizado las fotos de la mayoría de postales que podemos ver de Brujas en cualquier agencia de viajes.
Además de por intentar sacar la mejor foto, en esa zona se produce una pequeña aglomeración de gente porque desde allí parten las barcas que realizan los paseos por los canales.
Paseo en barca por los canales
Muelle del Rosario
Muelle del Rosario
Nosotros continuamos a pie nuestra visita, y nos adentramos en la plaza donde se encuentran las casas gremiales de los curtidores y el mercado de pescado.
En ese momento aun había varios puestos abiertos que ofrecían pescado fresco del día.
Lonja de pescado
Plaza de los gremios
Una vez más cruzamos el canal y siguiendo el Callejón del asno ciego llegamos a la Plaza del Burg.
Cruzando el canal
Callejón del asno ciego
En esta bonita plaza se encuentra el ayuntamiento de Brujas.
El imponente edificio es uno de los ayuntamientos más antiguos de Bélgica, datando del s XIV.
En la plaza del Burg se encuentra también la Basílica de la Santa Sangre, donde según la tradición se guarda una reliquia de la sangre de Cristo.
Plaza del Burg
Plaza del Burg
Ayuntamiento de Brujas
Avanzamos por la estrecha calle Breidelstraat donde hay multitud de tiendas de productos típicos de Brujas y que desemboca en la Grote Mark.
Tienda de objetos de artesanía
Plaza de Grote Mark
Plaza de Grote Mark
Es la plaza más grande del centro histórico de Brujas, y allí se ubica la torre Belfort.
La torre Belfort es el campanario de la ciudad, y mide 83 metros de altura.
La construcción actual se finalizó en el s XIX, aunque desde 1.240 existe una torre en esa ubicación.
La plaza se utilizó como mercado de lana y paño, y actualmente hay una oficina de correos y edificios institucionales y de restauración.
Torre Belfort
De esta plaza sale la estrecha calle Sint Amandstraat, que tiene restaurantes de todo tipo, y es un buen sitio para reponer fuerzas tras la visita a la ciudad de Brujas.
Nosotros en ese momento volvimos por nuestros pasos hasta el Muelle del Rosario para conocer la ciudad desde otra perspectiva.
Pagamos 8€ y nos acomodamos en una pequeña barca que nos llevaría a dar un paseo por los canales.
Nuestro conductor/guía llevaba una pequeño megáfono e iba explicando, en frandés, flamenco e inglés, curiosidades y datos históricos sobre los edificios y puentes que nos íbamos encontrando en nuestro recorrido
Paseo en barca por los canales
Paseo en barca por los canales
Paseo en barca por los canales
Paseo en barca por los canales
Paseo en barca por los canales
Paseo en barca por los canales
Paseo en barca por los canales
Torre Belfort desde la barca
Escultura de niños jugando
Torre de la iglesia desde el canal
Lago del amor
Puente de San Bonifacio
Torre Belfort
Tras una media hora de recorrido, llegamos de nuevo al embarcadero del Muelle del Rosario y como ya apretaba el hambre fuimos a la anteriormente mencionada calle Sint Amandstraat para buscar un sitio donde comer.
Entramos en un restaurante con un menú de 15€ y comimos bastante bien. Sobretodo un espectacular gofre de azucar.
Gofre con azucar
Con el estómago satisfecho emprendimos camino de vuelta a la estación de trenes para recoger nuestro coche y volver a Gante.
Aparcamiento de bicicletas
Desde mi punto de vista, Brujas me pareció la ciudad más bonita que visitamos en el viaje. El centro histórico lo tienen muy bien cuidado y muy enfocado a las hordas de turistas que cada día invaden la ciudad.
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